Cap.: 7 - El concierto

17 2 0
                                    

Esa tarde quedé con Anna, quería poner las cosas en orden. A penas había estado una semana ausentada y ya habían sucedido muchas cosas. El chico que antiguamente me gustaba había vuelto a la escuela y me volvía a hablar, Anna y Cody habían roto y nadie sabía el porqué, el niño al que iban a adoptar al final nunca se presentó y la línea de bus dónde conocí a Jimin cerró por averías entre otras cosas.

Cuando llegué al lugar de la quedada vi un enorme grupo de gente delante de un escenario. Entre la multitud salió Anna.

- Marta, ¿aquí me querías traer?

- Anna, no sabía que había un concierto

- Resulta que sí, ¿y sabes quién canta? - me miró con una sonrisa burlona - tu novio de primaria

- ¿Erick? No era mi novio de primaria, era mi amigo

- Lo que digas pero te recuerdo que has sido tú quién me ha invitado a verlo ¿no te seguirá gustando ahora que ha vuelto?

- Yo... yo no sabía que iba  a actuar hoy justamente aquí

- Entonces que casualidad que me hayas traído - sabía que ella no me creía pero sí que era una casualidad - pues ahora nos quedamos a verlo - y me metió entre la multitud.

Nos quedamos entre un grupo de fans chillonas en medio de todo, quizás habían unas 500 personas e incluso tuvieron que cerrar algunas carreteras. Ya caía la noche y de repente se encendieron los focos, era espectacular. Todos empezaron a chillar, sobretodo las fans locas de mi lado, incluso Anna saltaba y chillaba, realmente me extrañé, ella no era así ¿qué sucedió con Cody? Sea lo que sea, eso la marcó y la cambió mucho. Me quedé durante unos segundos viéndola saltar, intentando elegir entre la Anna de antes y la de ahora pero entonces, lo que parecía imposible ocurrió, y las fans locas que creías que ya chillaban bastante se pusieron a chillar aún más. Miré al escenario. Era Erick. Saludó con la mano y se sentó en un asiento, llevaba su guitarra con él. Todo se quedó en silencio y se puso a cantar una balada. Se hizo el silencio, sólo estaba él cantando, la gente cerraba los ojos, las parejas se abrazaban, los amigos gays que se gustaban pero que no querían aceptar que eran gays se cogieron de las manos y las fans locas no parecían tan locas. Me pareció impactante como él, con su música, consiguió esa preciosa felicidad. Yo también me adentré en su música, la gente parecía desaparecer hasta sólo quedar yo y Erick, todo se había quedado a oscuras y sólo estaba iluminado un pasillo que iba del uno al otro. Caían pétalos de rosas y yo me acercaba a él y su guitarra, en pocos segundos ya estaba encima del escenario con Erick. Caminé a su alrededor acariciándole los hombros muy lentamente para que ese frágil momento no se nos rompiera. Yo llevaba un vestido rojo, precioso y él iba trajeado. Des de su asiento me miró cuando mi cabeza estaba pasando detrás de la suya. Lo rodeé un poco para permanecer a su lado. Ya no movía los labios pero la música seguía intensamente presente. Entonces él acercó sus labios con los míos... Hasta ese momento lo único que escuchaba era la música pero de repente oí unos pasos. Giré la cabeza, porque fueron unos pasos que me llamaron más la atención que el beso que me iba a dar Erick.

Salí de mi sueño y volví en medio de la multitud. Todo seguía igual. Buscaba los pasos que me habían hecho salir de mi imaginación. Y, detrás de una madre con sus hijas estaba el chico del barro. Miré a Anna que seguía hipnotizada por la música de Erick y volví mi mirada con el chico rubio de media melena que, como no, vestía negro otra vez. Nos estaba mirando, más concretamente a mí por lo que parecía. Ya estaba harta, ¿quién era ese chico? ¿por qué me lo encontraba por todas partes? ¿por qué nos estaba mirando? ¿cómo se llamaba?

Aparté a la gente y fui a buscarlo y él hizo igual, no me venía a buscar a mi, huía de mi. Lo perseguí y no lo perdí de vista ni un solo segundo. Cuando ya estábamos fuera de la multitud él empezó a correr y yo le pisaba los talones des de atrás. Corrimos unas calles hasta que en un paso de cebra un coche que iba a demasiada velocidad casi lo atropelló, suerte de él que se apartó pero se cayó y yo pude llegara  atraparlo.

- Chico, eres todo un misterio - le dije dándole la mano para ayudarlo a levantar.

- Lo sé

J.E.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora