Espero que les guste... aunque algo me dice que no será así.
Christina despertó un poco desorientada en su habitación. Pero luego de pensar un segundo en lo que había sucedido recordó la noche anterior. Todo había salido bien. Aun quedaban un par de dudas acerca de su decisión pero en cuanto aparecían, ella las intentaba borrar de su mente. Quería sentirse en paz con sus decisiones, y no arrepentirse de nada.
Se había despertado un poco tarde. Siempre se consideró una persona mañanera. Le gustaba dormirse temprano y despertar temprano, y había llegado a la conclusión que trabajaba mejor de día que de noche. Pero cuando se desvelaba, su ciclo de sueño se alteraba demasiado. Y eso fue justo lo que sucedió esa mañana.
Lo primero que hizo la despertarse fue revisar su celular para saber si Iñigo ya había llegado a Alemania, pero no había ningún mensaje nuevo en su bandeja de entrada. Pensó entonces que aún estaría viajando. Al final de America a Alemania eran alrededor de 15 horas o más, por lo que si hacía cuentas aún debía estar volando.
Se trató de tranquilizar y esperar unas horas más, pero cuando ya habían pasado casi veinte horas desde la ultima vez que había sabido de él se empezó a asustar de verdad.
Pensó en mil posibilidades, pero ninguna parecía calmarla en lo más mínimo, y cuanto más tiempo transcurría más crecía su ansiedad. Ayer estaba lloviendo... quizás habían tenido un accidente. Pensaba negando con la cabeza a la vez que se mordía las uñas esperando un mensaje de Iñigo.
Esa noche no pudo dormir. Se la paso revisando el celular cada quince minutos, esperando que alguien le dijera algo referente al chico pero no había recibido ninguna noticia.
El domingo no se había despegado de su celular, buscaba a cada momento las noticias pude último minuto para saber si algo le había pasado al vuelo en el que iba pero nada parecía darle alguna pista del paradero de Iñigo.
¿Y si algo le pasó? No, no seas tonta, te hubieran avisado si algo le hubiese pasado... o tal vez no, al final nadie sabía que Iñigo es tu novio, habrían llamado en todo caso a su familia. Pero al menos hubiese salido en las noticias si algo le hubiese pasado al avión en el que iba. Pero porque debería salir en las noticias, era un avión particular del que no se tiene ningún tipo de información real. Además, esperarían hasta el lunes para dar la noticia, no es como si el presidente fuera en el avión. Ay Dios, ¿que está pasando?
Nada parecía tener sentido, y la verdad Christina no podía pensar bien en la situación. Se la paso preocupada todo el fin de semana, y no podía esperar a que terminara para preguntar en la empresa que había pasado con Iñigo, o si alguien sabía algo, por más remoto que fuera, del paradero del ingeniero.
Cuando el lunes en la mañana por fin salió hacia la empresa, parecía otra persona. Se había arreglado para no parecer una loca, y estaba impecable como siempre, pero por dentro se estaba muriendo por saber que estaba pasando.
Logró llegar a su oficina y sentarse en su escritorio mientras pensaba en cómo preguntar por Iñigo sin parecer muy entrometida. Tenía todo el derecho de saber que había pasado con su prometido, pero las personas aún no sabían que estaban en una relación, mucho menos comprometidos. Y la verdad que no quería explicar nada a nadie, por lo que prefirió guardárselo y solo preguntar por el bienestar de Iñigo como una colega del trabajo más.
Cuando por fin logró hacerse una idea de lo que sonaría bien y suficientemente casual se puso de pie, pero de inmediato volvió a sentarse al escuchar como su puerta era tocada y por ella entraba Richard, el asistente de Iñigo. Al final se había decidido a no volver a contratar a una secretaria, por lo menos no por el momento.
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Cásate Conmigo.
RomanceDespués de tantos años, volvía a casa. Pero ya no como la misma niña fea e insignificante. Tenía una carrera hecha, un trabajo de ensueño, dinero para derrochar en todos los lujos que se pudiese imaginar... Había cambiado su imagen, su forma de vest...