C u a r e n t a

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Babies, espero feedback, comentarios, opiniones, que me digan si lo aman, si lo odian que harían en ese caso... cualquier cosa. A veces pienso que no les gusta la historia, y la verdad quisiera saber en que puedo mejorar, o si mi percepción a quedado clara y así. Estaré leyendo y respondiendo a sus comentarios. Sin más que decir, espero que les guste el capítulo ❤️

"Has escuchado al doctor, Iñigo. Tienes que descansar." Sentenció Christina una ves el doctor terminó de revisar al hombre.

"Exagera como todos, no ha sido para tanto."

"Mira, tu dices que todos exageramos todo. Le hablaré a tu doctor para que el sea el que te diga si en verdad estamos exagerando."

"No, no le hables al Dr. Miller. Prometo ya no quejarme." Pidió pensando en que pasaría si Miller lo revisará.

Probablemente llamaría a sus padres para darles una  lista detallada de todo lo que no está bien. Aún cuando exagere mucho. No los tranquilizaría para nada, y en menos de lo que Iñigo pudiese cerrar los ojos, Cynthia y Erick estarían en America. Incomodando a Christina, de eso no le quedaba duda.

"Eres un chiquillo. Tienes que cuidarte, Iñigo. Si no lo haces tú, me veré en la necesidad de hablar con tus padres, tal vez ellos puedan persuadirte de hacerlo."

Genial. Lo que le faltaba, Christina ya se había dado cuenta que sus padres ejercían una gran presión en su vida. Iñigo era un hombre hecho y derecho, y obviamente sus padres ya no decidían nada por él, pero a veces le incomodaba la insistencia de los mismos, y si no le causaba ninguna molestia, trataba de no llevarles la contraria. Él tomaba sus decisiones, pero escuchaba consejo. Era una parte de crecer, no todo es ser testarudo... a veces valía mucho escuchar a los demás.

El caso no era ese ahora, más bien le preocupaba que sus padres dejaran todo tirado por verlo, y la verdad le apetecía pasar una temporada bajo el cuido de Christina, eso si sería interesante...

"Ya te dije que me cuidaré, ahora, no podré hacerlo solo. Pretendo que tú me ayudes a eso."

"Pues no, contrataremos a una enfermera." Dijo la chica sonriendo dulcemente.

"¿Que—, sabes que, está bien, contrataremos a una linda y joven enfermera que me cuide." No creía que los celos fuesen a funcionar con Christina, pero tenía que intentarlo...

"De eso nada, pequeñuelo. Contrataremos a un enfermero, o si lo prefieres a una dulce señora con una familia bonita. ¿Que te parece?" Contesto enseguida sabiendo que ambos bromeaban. O al menos eso esperaba. No era celosa, o eso se trataba de decir a sí misma. No eran celos, pero si exclusividad... o algo parecido.

"Eso no es justo," dijo Iñigo haciendo un puchero ridículo, a lo que Christina solo sonrió "yo soy el que pierde siempre."

"Si te portas bien tal vez me compadezca de ti." Jugueteó la chica acercándose a su novio y plantándole un beso en los labios que aún permanecían con el ademán que le parecía tan tierno.

"Yo siempre me porto bien" murmuró Iñigo antes de tomarla desprevenida por la cintura.

Abalanzó el cuerpo de la chica sobre el suyo propio y aprisionó sus labios en un cálido y apasionado beso. La chica cayó de bruces sobre su pecho y él la ayudó a posicionarse mejor. No parecía entonces estar tan golpeado como los doctores decían. Pero conociéndolo, solo estaba siendo negligente una vez más.

"Iñigo, ten cuidado, te lastimare." Dijo la chica de inmediato tratando de levantarse pero a él parecía no gustarle aquel gesto. Moviendo sus manos hasta su trasero cubierto por jeans, empujó una vez más a la chica hacia su cuerpo.

Cásate Conmigo. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora