— ¿Podrían tener mas cuidado con Shinato? Después de todo no es un criminal — Mara salió a su rescate y los detuvo en el pasillo.
— Mara, tu trabajo como cuidadora de Shinato ya ha terminado, no tienes por qué meterte en esto — el Hokage le avisó de mala manera.
— Aun asi, Minato-san no tiene motivos para tratarla de esa manera — le señaló al rubio.
Shinato no podía entrar en razón en ese momento, se había quedado totalmente sin habla cuando el rubio la tomó por la fuerza. Solo podía mirar.
Por otra parte Minato, no quería verse como el malo del cuento frente a Mara, pero ordenes del Hokage eran ordenes del Hokage. Además, sentía que aún que Shinato estuviera ahí, no podía sentirla. Después de cuatro meses sin verse, y eso pasaba.Sin decirle nada más a la centinela, los dos avanzaron y sacaron a la peliazul de aquella prisión, la metieron en el tipo carruaje del Hokage y avanzaron rumbo a Konoha.
A pesar de ir sentados en el mismo lugar, el rubio y la peliazul no se veían ni por accidente. La situación era muy incomoda, y es que nadie decía nada, se podía sentir la tensión que había entre los tres debido a la mala aura que tenia Shinato. Ella jamás le dirigió la palabra a ninguno de los dos, solo iba observando el camino.
El trayecto a Konoha fue muy largo, casi un día entero les había costado llegar de nuevo a su hogar. Una vez al llegar, la llevaron a la torre del Hokage, donde una Tsunade y un Jiraiya muy preocupados los esperaban.— ¡Shinato! — la rubia se le echó encima preocupada abrazandola y revisando que no tuviera nada malo en su cuerpo, algo como una herida, puesto que ya se le había dicho, que en caso de que se resistiera iban a usar la fuerza.
— Me alegra ver que estas de vuelta — Jiraiya también fue a recibirla con un abrazo.
— Bueno — Hiruzen interrumpió su bienvenida — Me alegra que estés de nuevo en Konoha, nos hacías falta.
— No quería volver — la peliazul negó con la cabeza y lo miró mal.
— Deberías de agradecérselo a las tres personas que tienes a tu lado, no dejaban de insistir en encontrar otra solución para traerte de vuelta, en especial Minato — terminó de decir.
Shinato estaba bien en cautiverio, todo era paz y ahí no le haría daño a nadie si llegaba a transformarse de nuevo, pero en el fondo sabia, que quería volver a Konoha, porque era lo que más deseaba proteger, ahí se encontraban sus maestros, y Minato, que aún que tampoco quisiera aceptarlo, lo extrañaba en demasía.
— Gracias — pronunció por lo bajo y la rubia y el peliblanco sonrieron abrazandola — Supongo que hablaron de una solución, ¿cuál es?
— Creo que te va a subir el ánimo lo que voy a decirte — Shinato no creía que hubiera algo que le animara en ese momento — Mientras Minato hacia una exploración en la Tierra del Hierro, se encontró con una pequeña aldea en medio de la nieve, ahí vive lo que queda de tu clan — terminó.
<< La peliazul abrió los ojos grandes. Mi clan... vivo... >> pensó sorprendida.
— El clan de los Hanyo, ¿están diciendo que aún existe? — le preguntó y por acto involuntario volteó a ver a Minato.
— Si, conversé con Sesshomaru-sama, quien al parecer es tu padre — Minato le dijo de manera directa.
Aún más sorprendida por escuchar que había hablado con su padre, pareciera que el ánimo le subió de una tirón.
— Pero se supone que ellos desaparecieron tras la guerra interna — les dijo con un tono incomprensible. Parecía triste ahora.
— Quedan muy pocos, pero aun siguen siendo tu clan de procedencia — Jiraiya le dijo.
— ¿No estas contenta? — está vez Tsunade le preguntó.
— Yo... — habló entrecortado — Si, lo estoy, claro que lo estoy.
Pero no estaba contenta por el clan, si no por saber que su padre aun estaba vivo y que podría verlo de nuevo. Y se encontraba triste a la vez, porque recordó el momento en que su madre fue asesinada frente a sus ojos. Nunca lo olvidaría.
— ¿Podré ver a mi padre? — emocionada se dirigió al Hokage y este asintió al instante.
— Pero tienes que escuchar las condiciones — la peliazul asintió de inmediato como antes había hecho el Hokage — Primero, tendrás que volver a tu estado de perfecto control de chakra, y debido a que las transformaciónes que sufres no son hereditarias de tu clan, por lo menos tendrás que controlar el Inu no Tamashi que llevas dentro de tí.
— ¿Inu no Tamashi? — ella preguntó confundida. Era la primera vez que escuchaba aquel término.
— Si, la habilidad hereditaria que tienes por tu clan, pero, todo esto tendrá que ser supervisado por Minato — le avisó.
Al instante volvió a pensar en el rubio. No era cierto, el no podía estar a su cargo otra vez, no lo dejaría.
— Antes de que digas algo, es una orden absoluta del Hokage.
Mejor no le dijo nada. De igual forma no volvería a relacionarse sentimentalmente con aquel hombre.
(...)
— Iré a mi habitación — le avisó a Tsunade y Jiraiya una vez llegaron a la casa de Orochimaru.
— Está bien, descansa — Tsunade le respondió un poco preocupada puesto que no había dicho palabra durante todo el camino.
Avanzó a su habitación después de tanto tiempo y antes de entrar alguien le llamo.
— Shinato-san.
Volteo de manera involuntaria al patio y lo vió.
— ¿Qué haces aquí? — le cuestionó indiferente.
— Solo vengo a hacer mi trabajo — se acercó a ella lentamente.
— ¿Qué trabajo? Es demasiado pronto para empezar a... _ se quedo callada, puesto que el rubio ya estaba frente a ella.
Se miraron fijamente y después, el rubio la tomó por la cintura bruscamente apegandola a su cuerpo. Shinato no vio venir nada, tan solo podía preguntarse qué estaba pasando. Rápidamente, él llevo una de sus manos a su espalda baja y de pronto esa parte comenzó a arder como si de una quemada se tratase.
— ¿Que hiciste...? — le pregunto por lo bajo y se aguantó un quejido debido al dolor que le estaba causando su mano en aquel lugar.
— El Hokage me pidió que te pusiera la marca del Hiraishin para tenerte vigilada — el rubio también sonaba indiferente...

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《Mitad X Mitad》Minato Namikaze☇/ En edición.
FanfictionShinato Tártaros era una pequeña niña cuando su aldea desapareció por completo del mapa; rescatada por el que seria su maestro, es llevada a Konohagakure no sato para continuar con su vida. "Mientras así lo quieras, nuestro vínculo será eterno..." T...