122. Repentino.

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Por la mañana, Shinato despertó atolondrada, adolorida y más que nada sintiéndose totalmente diferente, una sensación que podría llamarse "como antes".

Tallando sus ojos con fuerza, pronto se dio cuenta de los cabellos que le estorbaban en el rostro. Tomó mechón con extrañeza y quedo confundida en demasía.

<< ¿¡Azul!?... >> pensó de inmediato. Ahora ya entendía porque se sentía de es manera tan extraña. La verdad era que se sentía como antes de que todo aquello comenzará, con su control de chakra intacto y unas tremendas ganas de ir a entrenar.

Justo en ese momento, el rubio entro a la habitación vestido con unos pantalones de dormir negros y una camisa pulcramente blanca. También llevaba en la cabeza una toalla, como si acabará de salir de bañárse.

Se vieron a los ojos mutuamente y una sensación extraña los invadió a los dos.
Minato estaba preocupado, apenado y triste por sus acciones de ayer, se estuvo preguntado toda la mañana si era necesario decirle acerca de la maldición, si de verdad era necesario decirle que Tsukuyomi, que en realidad era Shintaro, era parte de su familia, ¿estaría bien contarle acerca de eso? Después de todo ella seguro se daría cuenta que algo habia pasado la noche anterior como para tener de vuelta todo lo que había perdido.

Por su parte, Shinato, estaba muy temerosa, solo con verlo se había puesto a temblar de miedo, no queria  aceptarlo, pero algo había cambiado. Con la espalda recargada en la pared, agachó el rostro.

- Oye, Shinato... - el rubio comenzó - Sobre lo que paso ayer... yo... - fue interrumpido.

- Está bien - tenia la voz temblorosa, como si fuera a llorar. Ni siquiera lo estaba mirando a la cara - Te-tenias razón, en primera no debí negarme, y-yo tengo la culpa de esto, eres el Hokage-sama y debes ser atendido correctamente por tu mujer - termino.

Minato sintió algo romperse en su pecho al escuchar cada palabra que salía de su boca irradiar miedo puro. Se sintió una basura completa.

- No es verdad - le contesto acercándose - Lo que hice no estuvo bien, pero yo, no lo hice con... - se interrumpió solo, ya que recibió una esperada reacción que ahora si, además se sentirse basura, sintió que no debió nacer.

Como se estaba acercando a ella, pronto su mano se dirigió a tocar su mejilla y acariciarla con el fin de darle un poco de seguridad, que se sintiera por lo menos confiada con su presencia, como siempre había estado. En vez de eso, su mano se detuvo ya que la de nuevo peliazul, como acto reflejo, se vio involuntariamente en la necesidad de alejarse y en acto llevo las rodillas hacia arriba para rechazarle, después cerro sus ojos con miedo.

El rubio se alejo totalmente, se llevó la mano con la que quería tocarle al pecho mientras la otra la retenía, bajo la mirada y dio unos pasitos atrás. Sus ojos se llenaron de lágrimas.

No se dijo nada mas, el rubio abandono la habitación tan rápido mientras ella abría los ojos y se miraba los pies inquieta.

Tardarían un poco en volver a lo que era antes, si es que podían volver.

(...)

- Dos semanas mas tarde:

Fueron dos eternas semanas en que la pareja de un poco mas de dos años de casados lidiaron con una situación bastante extraña. Ninguno se había aplicado la ley del hielo, es decir, mantenían el habla, pero no como siempre, era algo como una relación secretaria-Hokage. Si se le puede llamar así.

La peliazul había estado en casa sin querer recibir ningún tipo de visita, ni siquiera salia, Kakashi era la excepción en visitas, pues él se convirtió temporalmente en su mandadero, ya que como ella no salía ¿quien iba a ir por las compras?
La razón de su antisocialidad era porque no quería que alguien más la viera así de nuevo, ni siquiera sabía que había pasado, así que mientras menos personas se enteraran era mejor, aun así, Kushina y Mara, sus más cercanas, ya se preguntaban que le pasaba como para rechazar toda invitación a salir.

Ella solo quería olvidar aquella noche, pero al verse en el espejo con su anterior aspecto solo se lo recordaba. Era como si estuviera refiriendoselo en la cara. Literalmente.

El Yondaime había estado igual de ocupado que siempre. Trabajaba todo el día e intencionalmente llegaba más tarde que nunca, pues era muy pronto para que pudiese él mismo perdonarse y ya muy tarde para disculparse. Estaba hecho un total lío, podríamos decir que incluso tenia un problema de salud al no comer lo necesario al día, simplemente no le daba hambre.

Él no quería olvidarlo o de lo contrario se sentiría muy egoísta y con peor sentimiento. Si es que peor se podía.

Aquella tarde, la señora de Namikaze, se encontraba cocinando, pensaba que después podría salir y llevarle a Minato el almuerzo, hacia las dos semanas que no lo hacía y de verdad estaba preocupada por lo que estiviera comiendo. Pensaba eso, ya que si quería volver a lo de antes tendría que poner de su parte.

Mientras cortada el pollo en pequeños pedacitos para la ensalada que tenia pensado hacer, le entraron unas tremendas ganas de vomitar, pues el pollo crudo le había causado asco, pronto se sintió mareada y después se desvaneció en el suelo. Perdió la conciencia en un santiamén.

Pocos minutos después, Minato aprecio repentinamente en la cocina para encontrarla tendida en el suelo. No perdió tiempo, rápidamente la tomó en brazos y volvió a utilizar el Hiraishin para aparecer en el hospital.

- ¿¡Hokage-sama!? - una de las enfermeras se sorprendido al verlo aparecer de la nada en el recibidor de la clínica.

- Mi esposa se desmayo de repente, por favor, llame a alguien para que la atienda de inmediato - le dijo rápidamente. A pesar de estar muy preocupado tenia que actuar firme con ella en brazos inconsciente.

La enfermera de inmediato corrió a avisarle a un doctor, y para su sorpresa, Tsunade estaba por ahí en esos momentos. El rubio se la entrego con confianza y se la llevaron a una habitación mientras él se quedaba en su lugar sin quitarle la vista a la camilla en la que iba pensando en algunas cosas que no le cuadraban.

La razón de que el Namikaze haya aparecido de repente en su casa justo cuando Shinato se desmayo, era porque ella ya había recuperado su chakra y como todos ya sabemos es un shinobi tipo sensor, podía sentir su chakra incluso en la torre del Hokage y cuando esté desapareció de la nada, solo utilizo el Hiraishin sin decir nada.

Se encaminó detrás de Tsunade y las enfermeras por si necesitaban algo.

《Mitad X Mitad》Minato Namikaze☇/ En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora