93. Los besos.

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- ¿Quieres contarme que te pasa? - le hablo directo causando que la peliazul dejará caer la cuchara sobre la sopa sin ningún cuidado.

- No me pasa nada - le contesto de inmediato intentando calmarse, pero le era imposible, lo que le había dicho Mara la tenia estresada.

Volteo a verle con indiferencia, realmente no lo podía controlar, nunca se había sentido tan celosa y molesta a la vez. El rubio lo noto al instante.
La mesa que había en medio de la cocina era lo único que los separaba, así que el rubio la rodeo hasta estar frente a ella, entonces la miro fijamente a los ojos.

- Shinato... - la llamo por su nombre lentamente - Sea lo que sea, sabes que puedes contarme - comento serio, entonces la peliazul desvío la mirada.

- No es nada importante, solo estoy cansada, ayer no pude dormir bien - ya sonaba más tranquila, pero aquel semblante decía todo lo contrario.

El rubio suspiro pesado, pero pronto se le ocurrió una buena idea para saber si decía la verdad.
La tomó por la cintura firme y la beso de sorpresa, esta se tardó un poco en responder, pero lo hizo. Duraron un rato así, hasta que el rubio intensificó el beso y la movió de lugar para pegarla a la cocina, después la peliazul accedió a que la tomará del trasero y la levantará para sentarla en el mueble desocupado. Sin duda sin seguían así iban a terminar haciendo el amor como las otra veces, pero luego, ella le puso las manos en el pecho y lo alejo.
Minato, al instante, al recibir aquel rechazo por parte de ella, se separo de su cuerpo y la vio. Con aquello podía saber que si estaba mintiendo con la respuesta que le había dado anteriormente.

- ¿Que es eso tan importante que Mara tiene que decirte? - le pregunto tomándolo por sorpresa. Aun seguía sentada en el mueble.

- ¿Que? - no esperaba para nada aquella pregunta. Ella lo siguió mirando fijamente - No se de que me estas hablando - contesto por fin. Su respuesta sonaba muy sospechosa, pero era la verdad.

- Me la encontré hace rato en la calle y me dijo que tenía algo importante que decirte, que necesitaba verte pronto - le explico y sin esperar respuesta se bajó del mueble y quedaron de frente. Claro, el rubio con la mirada hacia abajo por la estatura.

- Yo... yo no lo se, no he hablado con ella desde el otro dia en la torre del Hokage y no tenemos nada de que hablar - contesto rápidamente haciéndole entender que aquello era un mal entendido.

Se observaron mutuamente aun en su lugar. Minato no tenia idea de porque la pelinegra quería verle, solo esperaba que aquello no fuera un vil truco para hacerlos pelear, pero desgraciadamente así era.

- ¿Que fue lo que paso entre Mara y tú cuando estuvimos separados? - finalmente pregunto lo que se estaba guardando desde aquel día en la torre. Quería escuchar la verdad.

- Solamente me ayudó en unas cuantas cosas... - comenzó a explicarle - Solo era cuestión de trabajo y algunas veces me ayudaba con el entrenamiento de mi equipo - termino, pero al instante recordó que había algo más en la historia que no había dicho, para desgracia de el, fue demasiado notoria la manera en que lo recordaba.

La peliazul se dio cuenta de que algo le faltaba a su confesión debido a la ya mencionada manera en que Minato había reaccionado, y como nunca antes le había visto de aquella manera, de inmediato lo noto.

- ¿Eso es todo? - le pregunto desconfiada.

Minato ya se había dado cuenta que su chica lo sabia, así que lo menos que quería era que terminara más molesta por ocultarselo. Aun así, de igual manera sabia que se iba a molestar.

- Yo... yo la bese - confesó de una buena vez.

Aunque aquello sonará a juego de niños, a la peliazul le dolió internamente. El saber que Minato pudo olvidarla en los brazos de otra mujer...
Se alejo de él y le dio la espalda. Se sentía lastimada y traicionada.

- Lo siento, estaba deprimido, ya no soportaba más tenerte lejos de mi, ese día ella fue a mi casa y te juro que pude verte, así que la bese - le explico preocupado. Lo menos que quería era que se molestará con él ahora que por fin estaban juntos.

Ella no le contesto nada, quería irse de ese lugar, pero no podía, Shinato era una persona razonable y de antemano sabia que no estaba en derecho de molestarse por las acciones del rubio, ya que en ese momento no estaban juntos. Aun así se sentía lastimada, pero reconoció su error, tardo unos segundos en pensar dirigirse hacia él y pedirle disculpas por sus celos fuera de lugar, pero antes, Minato le ganó la palabra...

- No puedes solo molestarte porque si - le dijo en tono molesto y ella se volteo a verlo - Porque no me dices tú que paso con Rogue, no me sorprendería que estando comprometidos no te hayas acostado con él... - justo termino, recibió una fuerte bofetada por parte de Shinato.

El rubio se había pasado de la raya con aquella acusación, pero era exactamente lo que la peliazul estaba haciendo con él. Los dos estaban mal, pero ella ya había reconocido que estaba equivocada en molestarse, en cambio él, no estaba pensando.

En realidad aquello lo había pensado mucho antes de que ella volviera a Konoha, solo se pasaba los días pensando en su chica en brazos de otro hombre. Minato era incluso más razonable que Shinato, pues él, de no ser por la situación, jamás le hubiera hechado en cara aquello, porque también entendía que no tenia derecho sobre ella fuera de la relación.

- ¿Que demonios crees que soy? - está le pregunto totalmente molesta mientras él se negaba a verla debido al golpe anterior - ¿Una zorra o algo por el estilo? Al único que le he dejado tocarme de esa manera fue a ti, Minato. Además, yo no era la persona que salía en defensa de alguien cada que se metía en un problema por si sola - lo señaló molesta - Y si lo querías saber, pues si, también lo bese - termino, se dio la media vuelta y abandono la cocina.

El rubio, también se sintió muy lastimado al saber aquello, pero no tenía el derecho de molestarse y lo sabia perfectamente. Acepto de igual manera, que había metido la pata con aquella acusación tan baja que le había hecho, así que la siguió. La detuvo antes de que saliera al pasillo que daba a su cuarto.

- No debí decirte eso... lo siento - le dijo cuando la tomó del brazo y la
halo haciendo que le diera la cara. Esta se encontraba llorando.

- Vete... - menciono triste - Y vuelve cuando los dos estemos más tranquilos, entonces podremos hablar - menciono.

Si, aquello era lo mejor que podían hacer en esa situación, calmarse y hablar tranquilamente. Él lo acepto, pero antes de irse beso su frente con ternura.

Cuando la Hanyo se quedo sola de nuevo, fue a descansar a su cuarto.

《Mitad X Mitad》Minato Namikaze☇/ En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora