64. Es lo que hacen las amigas.

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El día había transcurrido demasiado lento. El entrenamiento se volvía muy monótono desde que Shinato había podido controlar su alma de perro, además las cosas con Rogue no estaban del todo bien, pues no se hablaban nada más de lo necesario. Se dió cuenta de la mirada penetrante del rubio muchas veces en ella y el pelinegro, de alguna manera le gustaba, ya que durante mucho tiempo el rubio no la veía de esa manera, aún así, se encontraba preocupada por lo que pudiera hacer.
Y por último, la Uzumaki la observaba de forma extraña y reía por lo bajo cuando conectaban miradas. << ¿Que demonios le pasa? >> pensó más de una vez la peliazul.

Cuando por fin, los deberes del día habían terminado, la noche había caído en la Tierra del Hierro y todos se disponían a ir a sus habitaciones después de la cena, Shinato avanzó sin hacer mucho caso de lo que hacían los demás y así llegó a su habitación sin ninguna interrupción, eso, hasta que después de haber cerrado su puerta, la pelirroja irrumpió con una actitud extraña, observando hacia todos lados como si alguien la estuviera siguiendo.

— ¿Qué demonios te pasa? — está vez preguntó en voz alta a la pelirroja de manera graciosa.

Kushina por fin cerró la puerta y volteó a verla con una sonrisa enorme. Shinato se asustó.

— Sabes... — comenzó a hablarle de manera misteriosa acercándose poco a poco a ella — Es una falta de respeto que no le digas a tu amiga que has vuelto con tu novio — terminó muy cerca de su rostro, y ya que como Shinato era más baja, quedó observando hacia arriba.

— Eso no es verdad, ¿quién te lo dijo? — le dijo retrocediendo de manera sospechosa.

—;Mentirosa — le respondió en tono de burla y avanzó hacia la cama para sentarse, después Palmero el lugar aún lado de ella. Shinato se sentó no muy convencida — Se que pasaron la noche juntos-ttebane — dijo de manera emocionada un poco mas alto de lo que esperaba.

La peliazul hizo el sonido de - shhhh - de inmediato y se sonrojó de manera notoria. Con sus palabras pudo llegar a una conclusión.

— Entonces tu le contaste que me voy a casar — le dijo de manera afirmativa. La pelirroja hizo como que no entendía de que le hablaba — ¿¡Por que se lo dijiste!? — le reclamó en voz baja.

— Es que, no puedes casarte con ese hombre — le contestó de inmediato — ¿Acaso quieres matar a Minato de la tristeza? — le preguntó y la peliazul de inmediato bajó la mirada.

— No, y es por eso que lo decidi así, en cambio ahora tratara de hacer que cambie de opinión y si yo no lo hago será peor — admitió dolida.

— Como te lo digo... — la pelirroja aspiró hondo — Minato ya remedió su error ayer diciéndote lo mucho que te amaba y todo eso, pero tú... — la señaló — Tú estas loca, porque aún así sigues con esa estúpida idea de alejarlo de ti — la pelirroja se había molestado y le había dicho la verdad.

Shinato lo pensó. Tal vez Kushina tenía razón, pero ella ya había tomado una decisión, una decisión que a su criterio era la mejor opción de todas y no la iba a cambiar.

— Si Minato lo acepto... — se levantó de la cama — No veo porque tengo que discutir la decisión que he tomado contigo — le dijo de manera indiferente, e incluso cuando le dió la mirada está estaba entrecerrada.

La pelirroja también se levantó de cama, se había dado cuenta que la peliazul hablaba en serio y su actitud no le gustaba. Caminó hacia ella y le vió de frente, era como un flashback, se veían exactamente igual que cuando tenían ocho años y peleaban todo el tiempo. Solo que ahora se notaba la diferencia de estatura más que antes, pero tampoco es como si Shinato fuera un hobbit.

— Sabes perfectamente que tengo razón — le habló en la cara.

Las cosas se habían puesto serías. Seguían viéndose de frente, pero ahora con un poco de molestia.

— ¿Y qué pasa con eso? Aun así no voy a retractarme de nada -— le dijo admitiendo que ella tenía la razón.

— Estas equivocada — volvió a repetirle — Pero te haré entender que tu decisión no es la mejor opción...

— ¿Por qué? — la peliazul la interrumpió — ¿Por qué te tomas tantas molestias conmigo? Mejor deberías preocuparte por tus asuntos y no meterte en lo que no te llaman — terminó de decir.

— Porque somos amigas — Kushina le contestó enseguida.

Solo esas tres palabras dejaron en silencio a la peliazul. Solo tres palabras para que su semblante tambaleara frente a los ojos de la Uzumaki. Rechinó los dientes y se alejó rápidamente.

— Shinato-chan... — la pelirroja le llamó más calmada está vez — Deberías haberlo sabido desde hace tiempo, ¿recuerdas que te dije que iba a ayudar en todo lo que fuera necesario? Pues es lo que estoy haciendo. ¿No es lo que hacen las amigas? ¿Aconsejar con las relaciones amorosas? — sonrió aunque Shinato no la pudiera ver, ya que se encontraba de espaldas.

— Lo siento — la peliazul se disculpó — No debí hablarte así, es que esto es tan estresante, pero deberías poder entenderlo, solo quiero lo mejor para Minato y mi clan — puso una mano en su frente y cerró los ojos.

— Lo entiendo, pero no te has puesto a pensar, ¿qué es lo que tú quieres para ti? — hizo que se cuestionara ella misma.

Su mano cayó a su costado y sus ojos se abrieron a tope, de pronto comenzaron a salir lágrimas involuntarias.

— No — respondió con sinceridad.

La pelirroja se acercó a ella, la tomó del hombro e hizo que se diera la media vuelta, para después abrazarla fuerte.

— Por ahí hubieras comenzado — le dijo en medio del abrazo escuchando como la peliazul se echaba a llorar libremente.

《Mitad X Mitad》Minato Namikaze☇/ En edición.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora