Capítulo 6

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Había pasado ya una semana después del incidente con la carta. Me había olvidado ya de eso. Pero había alguien que no; él. Parecía algo desesperado, ya que aún no encontraba a la autora de la carta. Es que ni siquiera pistas tenía, no sé como iba a encontrarla. Hubo varias ocasiones en que mi "mejor amiga" me decía que ya le dijera a aquel chico que yo había sido la chica de la famosa carta. Pero aún no me armaba de valor.

Él, en ciertas ocasiones, se sentaba a platicar conmigo. Y reconozco no saber ocultar mis nervios, así que solo asentía a todo lo que éste me decía. Me resultaba interesante verle hablar, y como en algunos momentos me contaba sus malos chistes. Reía frenéticamente. Pero lo hacía por él.

 Y cambiando de tema —, hizo una pausa frotándose un poco la barbilla — aún no nada sobre la persona que me ha escrito la carta.

Me puse más nerviosa de lo normal y comencé a mirarme las uñas. Noté que él me miraba algo... atónito. Y me sonrojé.

 ¿Ocurre algo— me preguntó. 

— No, para nada.

Miré a otro lado, tratando de distraerme con otra cosa. En verdad pensé que él ya no seguía buscando a la autora de su carta.

 En serio necesito ayuda, quiero encontrar a esa chica. ¿Me ayudas?

Clavó su mirada en la mía, quedé algo embobada con el color de sus ojos. Era simplemente hermoso.

Se supone que yo lo ayudaría a... buscarme, reí internamente. Así que asentí a su propuesta, <<solo le seguiré la corriente... ¿qué tan difícil podría ser?>> pensé.

Él solo me miraba, sentí que ponía atención a cada uno de mis gestos. Me puse algo nerviosa ya que me pilló viéndole la comisura de sus labios, los cuales tenían una forma muy bonita. De inmediato sentí el impulso de querer besarle. Aunque no sabía besar, yo quería hacerlo, aprender de él era una de mis fantasías.

Me lanzó una de sus usuales y bonitas sonrisas y se fue dejándome sola. Solo le miraba mientras caminaba, era jodidamente alto.

Por unos momentos sentí felicidad, ya que por fin interactuaba con él, que era lo que tanto anhelaba. Pero luego pensé que... tal vez nunca pasaríamos de ahí. Y fue en ese entonces que supe que debía decirle que la de la carta había sido yo. Pero debía encontrar el momento exacto para decirle. No quería echar a perder las cosas, pues me gustaba como estaban justo ahora. Y si tal vez me dejaba de hablar por eso, me daría igual. Al menos en un futuro sabré que tuve el valor de admitir algo de lo que era responsable.

I looked for you for sex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora