Capítulo 22

60 9 0
                                    

Al llegar aparcamos el auto en un estacionamiento al aire libre cerca de la zona de campistas, estaba casi lleno y aún habían personas estacionando sus coches. Salimos del auto y vi como mi "mejor amiga" y su novio desempacaban las cosas del compartimiento trasero del vehículo. Eran demasiadas cosas.

 ¡Bien! ¡Vengan a ayudarnos chicos— dijo mi mejor amiga mientras cargaba lo que parecía ser una mini heladera portátil.

Los cuatro nos apresuramos a sacar todo lo necesario del auto y nos pusimos en marcha colina arriba, no sabía a donde iríamos exactamente pero solo seguí caminando, en ambas manos llevaba bolsas con lo que parecían ser algunos bocadillos variados, y me llamó la atención unos malvaviscos al fondo de una de las bolsas. Sin duda eran deliciosos.

Ésta sería la segunda vez que acamparía, la primera fue cuando era niña y pertenecía a uno de esos grupos llamados "boy scouts" (capricho de mi madre). Ese día fue maravilloso, recuerdo haber comido demasiados malvaviscos asados. Y ya para la hora de la cena no tenía hambre.

Luego de un par de minutos caminando entre los árboles llegamos a una zona algo solitaria. Pero no a mucha distancia se podían oír a otros campistas hablando y riendo como locos. Estaba anocheciendo, calculé la hora y diría que eran las siete, más o menos.

Nos dispusimos rápidamente a desempacar las cosas de los bolsos y ponernos a armar las tiendas de campaña. También pusimos unas tres lámparas con luces led brillantes al rededor de las tiendas para no quedarnos en completa oscuridad.

Media hora después, luego de haber acomodado todo. Me encontraba sentada en una de esas sillas plegables playeras, a mi lado se encontraba él, estaba en completo estado de seriedad. Mi "mejor amiga" y su novio estaban frente a nosotros intentando encender una "fogata"; en realidad llevaban rato tratando de hacerlo. Y no pude evitar reírme un poco de ellos. Pero luego de un par de intentos funcionó.

El ambiente mejoró y el momento era de maravilla, mi cita había comenzado a hablar más y a llevarse mejor con los chicos. Yo estaba comiendo malvaviscos asados. Y todos estábamos algo emocionados.

Mi "mejor amiga" extrajo de la heladera lo que parecían ser latas de cerveza. Yo no tomaba. Pero de todos modos ella me lanzó una lata, la abrí y el primer sorbo que le dí a ésta me quemó por dentro. Sentí como el líquido corría cuesta abajo en mi garganta. Tenía un sabor algo desagradable, pero mientras más sorbos, el sabor era mejor. Sentí una mirada pesada y al voltear a mi lado él me estaba mirando fijamente.

 ¿Has bebido antes— susurró.

Negué con la cabeza mientras bebía otro sorbo.

 Será mejor que lo hagas despacio...
— Me cuidarás de todas formas... — espeté.

Noté como sonreía de manera adorable. Me gustaba sacar esa versión suya. Últimamente lo había estado haciendo seguidamente. Y él no podía evitar seguirme el juego.

El tiempo pasaba mientras nosotros compartíamos y platicábamos sobre cosas irrelevantes. La heladera estaba repleta de latas de cerveza, nada de agua, ni jugo.

Al poco tiempo, comencé a sentirme mareada y algo asqueada. Y supuse que eran las cervezas, pues era ya la tercera lata que me bebía. Lo sé, era poco, pero como dije antes, no tomaba.

Me pregunté como es que los demás podían beber tantas latas rápidamente y no sentirse mal. Quizá ellos ya estaban acostumbrados. Al mirar a mi lado, noté como él hablaba de una manera fluida con mi "mejor amiga", y no supe de qué hablaban. Solo se miraban sosteniendo una gran sonrisa. El novio de mi "mejor amiga" no estaba en su silla. Quizá había ido a buscar algo al auto o no lo sé.

I looked for you for sex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora