Capítulo 27

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Pasaban las semanas y poco a poco se acercaba mi cumpleaños, estaba realmente nerviosa ya que se supone que la celebración sería en mi casa. Debía estar al pendiente de todo lo que sucedería allí, y sin contar de que no conocía a ninguna de las personas que asistirían. Tal vez socialice un poco, aunque no estaba segura del todo.

<<¡Por Dios! ¡Es tu cumpleaños! ¿Qué sucede contigo?>> me dije a mí misma.

Y la verdad, tenía razón, era mi fiesta y no podía dejar que nada ni nadie arruinara ese día. Debía disfrutarlo al máximo, pero tampoco quería pasar vergüenzas ni nada por el estilo, ya que, mi "mejor amiga" aclaró que parte de los invitados eran de la secundaria.

(...)

Mamá ya había partido destino a su visita a la casa de la abuela, y me encontraba sentada en el sofá viendo películas con él a mi lado, mi cabeza se encontraba en su hombro mientras que su brazo rodeaba mis hombros. Estábamos teniendo un momento de calma y relajo, sin interrupciones ni inconvenientes, solo nosotros dos.

 Se acerca tu cumpleaños, ¿qué piensas hacer? — murmuró. 

— Ya que hablas del tema, haré una fiesta acá en mi casa.

Rápidamente me senté sobre su regazo con las piernas a ambos lados de su cuerpo y él se acomodó un poco para que pudiera sentarme mejor. Luego me acerqué lo más posible a su rostro inclinando un poco mi cabeza para darle un beso, pero en vez de eso me detuve quedando a escasos centímetros de su rostro.

—  Y no estás invitado... — susurré cerca de sus labios.

Él enarcó las cejas mirándome con algo de intriga.

 ¿A si? - dijo dándome un rápido beso —, y entonces... ¿Quién estará allí para cuidarte si bebes demás?
— Te aseguro que no lo haré...

Y continué besándolo mientras mis manos rodeaban su cuello. Él de inmediato posó sus manos en mis caderas, y luego las pasó por debajo de mi camisa para desabrocharme el sujetador. Lo extrajo con cierta delicadeza por debajo de ésta y separándose de mis labios metió su cabeza por debajo de la camisa para poder besar mis pechos.

— Ah... — se me escapó un pequeño gemido.

Mis manos sujetaban su cabeza a ritmo que ésta se movía constantemente. Él de inmediato me quitó la camisa pasándola por encima de mi cabeza, la tiró a un lado y luego clavó su mirada en mí.

 Se supone que esta sería una tarde tranquila...

Yo solo reí. Yo me lo había buscado, pues fui la que me senté en su regazo, cosa que a él le gustaba. Me atrajo hacia él otra vez, besando mi cuello con lentitud. Y de un segundo a otro comenzó a chupar una parte de éste.

— Vas a dejarme una marca, cariño, no... — dije entre constantes jadeos.

Se separó de mi cuello para poder mirarme.

 Muy tarde...

Y reí, pues la verdad no me importaba si me hacía marcas. Nadie las vería, eso creo.

— Una tarde sin interrupciones, ¿no es así? — susurré.

Y el asintió al ritmo en que besaba mi cuello, dejando pequeñas marcas en éste. Me aproximé a quitarle la camisa para luego besar sus abdominales de arriba hacia abajo e inverso. Cuando estaba a punto de llegar a su boca sentí el vibrar de mi teléfono en el bolsillo trasero de mi pantalón. Él metió la mano en éste y extrajo el móvil para mirar de reojo mientras le besaba quién podría ser el o la que llamaba.

- Es tu mejor amiga...

<<¡Idiota!>>

Suspiré algo frustrada ya que, me llamaba justo en los momentos más inoportunos. Tomé el teléfono y contesté.

— ¿Si?
 ¿Qué andas haciendo?

Pensé que era algo más importante que eso. Me recosté en el pecho de él aún estando sentada sobre si. Recorrió mi desnuda espalda con sus manos mientras hablaba. Sus manos estaban frías, y que las pasara por mi espalda al ritmo en que lo hacía provocó que mi piel se erizara y que mi cuerpo se relajara.

— ¿Ocurre algo? — pregunté.
 Bueno, justo ahora voy camino a tu casa...
— ¿Qué? ¿Para?
 Solo no tengo nada que hacer, y ya que estás sola... 

— No estoy sola — murmuré —, aún así puedes venir.

<<¿No pudo ser otro día?>>

Y colgué. Ahora si estaba frustrada, y no solo porque ella vendría, si no también porque ella solía actuar muy raro estando en presencia de él. Y eso no me gustaba, pues me daba a entender que a ella también le gustaba.

— Ella vendrá...
 ¿Y eso es malo— dijo dándome un beso en la frente. 

— No...

La tarde sin interrupciones quedó literalmente interrumpida.

I looked for you for sex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora