I looked for you for sex

Capítulo 15

Los días siguientes se volvieron infinitos, ya quería entrar en vacaciones para quedarme en casa leyendo.

El colegio ya era abrumador, e incluso cuando no había nada que hacer en él. Esos pocos días en el colegio estuve con él, compartiendo y charlando como era costumbre. Ninguno de los dos habló sobre lo que recién había sucedido en el partido de basketball... Habían días en los que no lo soportaba; ya que sus chistes eran algo inentendibles. A pesar de eso estuve allí, escuchándolo, prestando atención a cada una de sus palabras. Ya que, aunque a veces no tuvieran sentido, me hacía feliz el simple hecho de escucharlo... ¿es raro sentir atracción por la voz de alguien?

(...)

Era domingo por la mañana, y no tenía nada que hacer. Pues no tenía deberes. Me encontraba sola en mi casa ya que mamá había ido a sus clases de baile. Me dispuse a arreglar un poco la casa; comencé con mi habitación para terminar con la cocina. No sé porqué razón estaba realizando la limpieza de la casa de modo alegre, me pareció extraño.

No tardé mucho, pues la casa no estaba tan desordenada. Fui a mi habitación y cogí mi móvil y noté que tenía varios mensajes. E incluido uno de él.

"Llámame cuando estés desocupada, cielo".

Presioné el teléfono contra mi pecho mientras reía. Y de inmediato lo llamé.

— ¿Hola? — contestó en seguida. Noté que estaba algo ronco, y se escuchaba realmente atractivo. 

— Hola, buenos días. Soy yo.
— Buenos días — hizo una pausa tratando de aclarar un poco su garganta —, solo quería saber si tenías planes para hoy. Y pensé en si podrías venir a mi casa para ayudarme con unos deberes que tengo... Estaré solo — dijo riendo. 

— Claro — repuse algo insegura.

Y colgué.

<<Bueno, justo cuando creí haber terminado con los míos>>.

Esa tarde estuve arreglándome para ir a su casa. Le dejé una nota a mamá para avisarle que estaría en casa de un amigo y salí de la mía encaminada hacia la de él. Según la dirección que me dio no quedaba tan lejos, pero si tenía que tomar autobús. Y no podía ir con las manos vacías, así que llevé algunos bocadillos para compartir.

Al llegar toqué el timbre, <<espero no haberme equivocado de dirección>> pensé. Su casa era enorme, era como tres veces la mía. Ésta tenía dos plantas y su estilo era algo así como una casa colonial enorme, era hermosa.

Toqué el timbre un par de veces, y al ver que nadie salía me devolví, y de pronto escuché el chirrido de la puerta de entrada, volteé a ver y estaba él parado viéndome con gran asombro.

— ¿Por qué me miras así? — le pregunté.
— Es que has llegado algo temprano — dijo riendo. 

— Y yo creí haberme equivocado de dirección — hice una pausa para poder observar todo el frente de la casa —, por cierto. Es una casa muy bonita.
— Gracias. Es de mi madre. Adelante. Puedes pasar.

Por un momento mi cabeza estaba dándome vueltas, y el corazón me latía muy rápido. Estaba sudando. Pero me agradaba la idea de estar con él, a solas, en su casa.

Adelanté el paso para poder adentrarme en su enorme casa, él me sostenía la puerta de entrada. Y al pasar por su lado me detuvo halando de mi muñeca. Quedamos frente a frente, realmente olía de maravilla, ya me estaba acostumbrando al olor de su maravilloso perfume; ese que desde el principio me había estado atormentando. Se acercó a mi oído para luego decir.

— Es todo un placer tenerte aquí conmigo...

Subí la mirada para verle, le sonreí y luego entré.