Capítulo 26

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<<Debes preguntarle... Ha-haz-lo ya...>>

— ¡Ah!
 ¿Te duele?
— Hmm, se siente tan bien... — respondí jadeante.

Escuché como reía en un tono muy bajo. Mis ojos permanecían cerrados, tenía los párpados húmedos debido al sudor que caía sobre mi frente.

— N-no pa-res...

Al abrir los ojos, la viva imagen de su rostro empapado de sudor de hizo presente. A mi parecer eso era realmente atractivo. Se separó un poco de mí y me senté en el colchón, pues nos encontrábamos en su habitación, de nuevo. Su miembro permanecía dentro de mí aún estando sentada, quedando frente a frente lo tomé de las manos entrelazando nuestros dedos. Él solo se detuvo a verlas por unos instantes.

— Oye... — murmuré entre gemidos. 

 ¿Si? — subió su rostro para verme fijamente. 

— ¿Realmente, qué somos? — tragué algo de saliba lentamente —. Digo, me siento bien donde estamos, justo ahora, pero...

Noté como se sonrojaba, y poco a poco un largo silencio se instaló entre nosotros. Por lo general, él siempre solía tener una respuesta a mis inoportunas preguntas, pero ésta vez no hubo respuesta inmediata.

 Yo... También me siento bien en donde estamos.

Su respuesta me desanimó un poco, pensé que diría algo más convincente. Pero me conformo. Él era solo mío, justo ahora. Y lo era siempre y cuando durara nuestra "amistad", basada en el sexo sin compromiso.

Me acerqué más a él y sentí como mi pecho desnudo chocó contra el suyo. Para poder abrazarlo de manera lenta, quisiera quedarme así por largo tiempo. Pero una vez él me dijo que los abrazos largos no eran de su agrado.

 ¿Por qué tu corazón late tan fuerte— preguntó.

La respuesta era obvia.

— Tú eres la razón por la cuál mi corazón late de esa manera.

Se alejó de mí para clavar su mirada en la mía, y acercándose lentamente juntó sus labios con los míos para besarme pausadamente. Se detuvo solo para ver la hora en el reloj. Alcancé a vislumbrar los números en su móvil, 7:00 pm. ¡Vaya! ¿Cuánto tiempo habíamos estado allí? ¿Unas dos horas tal vez? No importa, debía ir a mi casa justo en ese momento o iba a encontrar a mamá sentada en el sofá esperando por mí. A pesar de no ser tan tarde, que estuviera fuera de casa a esa hora no era de su agrado.

— Debo irme... — espeté.

I looked for you for sex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora