Capítulo 32

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Caminar en línea recta fue lo único que pude hacer, traté de alejarme lo más posible de aquella escena, cosa que me resultó algo difícil. ¿A dónde se supone que iría a plena madrugada? Las calles estaban completamente vacías y el clima era frío. Escuchaba el sonido de la brisa al chocar contra las hojas de los árboles mientras miraba al frente; tratando de no perder la cordura. Si, aún seguía llorando. Me sentía realmente mal, sentía como mi corazón poco a poco se hacía trizas mientras paso a paso me adentraba más en aquellas lúgubres calles.

No podía pensar con claridad, el alcohol aún no lograba hacerme efecto, pero sabía bien lo que acababa de suceder. ¿Por qué a mí? Realmente no sabía qué pensar. No sabía con quién estar molesta, si con ellos por haberme lastimado de esa forma, o conmigo por creer que nada pasaba entre ellos mientras yo estaba presente.

Llegué a una zona algo lejos de mi casa, habían un par de casas a ambos lados de la calle. Me detuve frente a un pequeño jardín situado al lado de una pequeña casa, éste, tenía dentro de si varios bancos. Y me resultaba muy tentador el poder sentarme luego de estar caminando por varios minutos. Andando con cuidado logré llegar al banco y esquivando algunas plantas por fin me senté. Miré al cielo por unos segundos, estaba completamente oscuro, el sonido de los grillos era muy relajante y pude entrar en calma por unos momentos.

Fue así hasta que escuché el sonido de unos pasos muy cerca de mí. Aunque no veía de quién se trataba podía sentirlos aproximándose a mí. No me sorprendería que fuese alguien para robarme o tal vez violarme. ¿Debería dejar las bromas no?

Rápidamente me levanté del banco tratando de esconderme tras el gran tronco de un árbol, y me sentí sorprendida al ver que él estaba allí, buscando a alguien, o más bien, buscándome. No quería verlo, lo estaba odiando justo ahora por lo que me había hecho. Volteó a ver a donde estaba el tronco en donde me hallaba y traté de esconderme pero fue imposible, si fuese un asesino de seguro ya estuviese muerta.

  que estás allí...

A paso lento fui alejándome del tronco mientras me apartaba de él, en dirección a otra parte, de inmediato me siguió detrás a paso rápido. Estuve a punto de correr si no fuese que él tomara de mi mano para halar de mí quedándome justo frente a él.

— ¡Suéltame imbécil! ¿Por qué me sigues?

Mis intentos por escapar de sus brazos eran inútiles.

 Te dije que debíamos hablar...

— ¡¡Yo n-no quiero hablar contigo!! — dicho esto logré quitar sus manos de mis muñecas.

 No intentes escapar de nuevo, será inútil...

Dándome la vuelta continué caminando a paso rápido para así poder alejarme de él. Pero aún así él me seguía.

Sentí como lágrimas caían por mis mejillas otra vez mientras caminaba. No quería tenerlo cerca, pero una parte de mí me decía que tal vez tenerlo cerca me calmaría. ¿Debía luchar contra mí misma para poder alejarme de una persona? De inmediato comencé a correr en línea recta lo más rápido que pude, pero estaba cansada, mis piernas no aguantarían mucho así que tenía que aprovechar la poca fuerza que me quedaba. Sentí como él me tomó del brazo e instintivamente me volteé a verlo, él estaba tan relajado y tan normal, como siempre había logrado mantener esa faceta, tenía ganas de besarle. Pero luego recordé que él había besado a aquella zorra.

Me rodeó con su grandes brazos dándome un cálido abrazo, pero no se lo devolví, en cambio, traté de zafarme de sus brazos pero mis intentos siempre fueron en vano. Tomó mi rostro entre sus manos para acercarse a mí y darme un beso lento. De inmediato lo aparté.

— ¿Qué haces? ¿No te alcanzó con besarla a ella? ¡Puedes volver a hacerlo si eso te es apetecible! ¡Como lo haces con todas!

Él no mostró expresión alguna, solo estuvo mirándome por varios segundos para luego limpiar lo que quedaba de mis lágrimas con sus pulgares.

— ¡No me toques! Me das asco, ¿cómo pudiste hacerme eso?, y de ti no me duele tanto. De ella sí, tanto que se hacía llamar mi mejor amiga y mira lo que me ha hecho — hice una pequeña pausa cuando un pequeño nudo se hizo presente en mi garganta — . ¿Por qué no me fuiste sincero desde un principio?

Bajó el rostro mientras reía en un tono realmente escalofriante.

 ¿En serio crees que realmente me importabas? No hay que ser tan inteligente para entenderlo. Es solo que eras tan, inocente y... vulnerable.

Esas palabras entraron en mi cabeza para hacer un gran estruendo en ésta. ¿Realmente me ha dicho eso? Él, que siempre me hablaba de "cariño" ¿había estado jugando conmigo durante todo este tiempo?

— Entonces, ¿solo era yo la que estaba soñando que te estabas enamorando de mí?

 ¿Querías sinceridad? Ahora ya la tienes... — dicho esto me miró directamente a los ojos.

— No sé porqué me convencí de que lo nuestro era algo especial. Cuando en realidad lo nuestro solo fue por necesidad tuya de calmar tus ansias con cualquier chica, incluyéndola a ella. Mientras que lo mio si fue verdadero lo tuyo fue solo... un juego.

Mi voz terminó por quebrarse mientras que él solo permanecía serio. No quería llorar pero por desgracia lo hice. Juzgué mal a una persona a la que había creído correcta. ¿Suena tan cliché no? Pero, a diferencia de todas esas cosas, él no era conocido ni halagado. De hecho él era normal, un chico con buenas calificaciones y muy ordenado. Aun así no logro entender lo que pasa justo ahora por su mente para que actúe de esa forma, y eso, rompió por completo mi corazón.

 ¿Algo más que decir?

Negué con la cabeza, me di la vuelta y continué caminando, debía buscar un lugar en donde pasar la noche, no me atrevía a volver a mi casa justo ahora. Tal vez después, solo para limpiar el desastre que habría luego de la fiesta. Pensé que este día sería el mejor de mi vida, era mi cumpleaños, debía de haber sido un día de diversión y locuras. Pero esto si duda es, indescriptible. No sé qué decir...

I looked for you for sex Donde viven las historias. Descúbrelo ahora