Peleas Por Sangre

¿Qué sucede conmigo?

Me levanté de la mesa y me dispuse a pasear por los patios con mi IPod y mis auriculares. La música evitaba que pensara en cualquier cosa excepto en las letras y mis movimientos de baile. Sonreír mientras escuchaba música era algo inevitable. Una mano me tocó el hombro y yo voltee, aun sin parar de sonreír.

-¿Cómo te sentís?- Will estaba parado frente a mí. Me quité los auriculares.

-Bien.- Él asintió.

-¿Puedo saber qué pasó?- No, no podes. Lo menos que quería ahora era hablar de lo que había pasado, solo quería dejar todo en el pasado.- Me refiero a ayer.- Eso me confundió. Creí que me hablaba de por qué me había ido. Creí que me reprocharía, pero Will siempre estaba a mi lado, pasara lo que pasara, y sin juzgarme.

-No sé, vos decime qué pasó.- Will se incomodó y pensé que había sido peor de lo que creía. Comencé a ponerme nerviosa y mis alertas saltaron.- Will, ¿qué pasó ayer?- Se rascó la nuca, para nada cómodo con el tema.

-Esperaba que vos me lo aclararas,- Puso las manos frente a mi cuerpo pero sin tocarme, como si quisiera detenerme.- pero te voy a decir lo que vi. Saliste del bar y nosotros te seguimos, intercambiamos tres palabras y te pusiste a llorar. Dan te tomó en brazos, pero te tiraste al piso y seguiste llorando. De la nada, apareció un cuchillo en tu mano y empezaste a apuñalarte. Tenías los ojos cerrados y seguías llorando, pero se notaba que estabas furiosa. Después te tranquilizaste y te desmayaste por la falta de sangre. Despertaste unas horas más tarde, todos nos preocupamos por vos.- Había estado al margen de lo que habían visto ellos. En mi cabeza la situación había sido completamente diferente. Realmente estaba loca de remate. Era una suicida. Y además alucinaba. Me sentí avergonzada. Un bicho raro del que todos huían cuando veían. Del que todos se asustaban, y tenían razón en temerme y escapar, si no fuera yo el monstruo, también lo haría.

Bajé mi vista y la clavé en el piso, mis energías empezaban a fallar. Volví a colocarme los auriculares antes de caer al piso y traté de seguir caminando como si nada hubiera pasado. Pero Will me alcanzó y no dio por terminada la conversación.

-¿Y bien?- Me encogí de hombros, se me hacía realmente muy difícil olvidarme de lo que me consideraba.

-Aluciné.- Tarde o temprano Will se iba a enterar. Y prefería que fuera temprano, porque mi mente podría terminar jugándome trucos muy malos por sentirme culpable. Lo mejor era decirlo, después de todo confiaba tanto en Will que estaba segura de que no contaría nada. Hablé con indiferencia, como si no fuera de mucha importancia el tema.- Me siento culpable por la muerte de Jannie y Alec. Sobre todo la de él, ya que fui yo quien lo mató. Y mi mente me juega malas pasadas.- Estaba erguida y seria esperando la reacción de Will. Él blanqueó los ojos.

-Sabes que no fue tu culpa. Los querías y te sentís culpable por no haber podido salvarlos en esos momentos, pero no los mataste vos.- Miré a Will con firmeza y seriedad. Estaba decidida a que se enterara.

-No quiero que nadie lo sepa.- Suspiré pero mi dura postura siguió en pie.- Le dije a Jannie que cuidara a sus hermanos por mí. Si no se lo hubiera dicho no habría ido a luchar.- Me sentía bastante culpable por eso. Pero al fin y al cabo, ella había tomado esa decisión. Lo que me torturaba día y noche era Alec.- Y maté a Alec, con mis propias manos. Levanté el cuchillo lleno de agua bendita y todo terminó en cuestión de segundos. Yo lo maté, es mi culpa y no puedo hacer nada para revertirlo. Lo único que sé es que si volviera en el pasado no dudaría en volver a hacer lo que hice. Me duele en el corazón decirlo, pero lo volvería a hacer.- Voltee antes de que Will viera cómo comenzaba a llorar.

Me alejé dejando a Will parado ahí, completamente conmocionado. Traté de concentrarme en la música, pero lo único que hacía era volver al momento en el que tenía a Alec entre mis brazos, con los ojos cerrados y mis lágrimas cayendo en su cuerpo, quemándolo. Mis piernas amenazaban con dejarme caer al suelo, pero no les hice caso hasta que llegué arriba de todo. Quería llorar en paz, sin que nadie me molestara. Quería estar sola por una vez, nadie a mi alrededor.