Peleas Por Sangre

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Llegué a la casa de Cirius en cincuenta minutos. Cuando entré, Cirius estaba en el salón de estar caminando nervioso por todo el lugar. Tenía una mano en la barbilla, como pensando. Me había olvidado de que teníamos que buscar el libro. Lo tendríamos que haber hecho hace un pa de meses, pero no entendía cuál era el problema con eso. Si no había llamado antes, es que no lo molestaba.

-Cirius, me estás poniendo nerviosa. Toma asiento y explícame a qué viene todo esto, por favor.

Él me hizo caso y se sentó. Se quedó viéndome, incómodo, como si lo que fuera a contarme me volvería loca o peor. Su pierna se movía de arriba abajo, inquieta, y me ponía más nerviosa todavía. Finalmente suspiró y su pierna se detuvo, anticipé que lo que me estaba a punto de contar era lo peor que podría escuchar.

-Resulta que las sirenas saben de tu hermano y tienen el libro. El tipo que me lo dio fue secuestrado. Lo torturaron hasta que escupió todo y después ellas vinieron por mí. Ninguno de ustedes vino nunca a recuperar el libro, y entiendo que tenías millones de problemas, es por eso que no presioné, pero terminaron por encontrarme y se lo llevaron. Ahora van tras tu hermano.

Eso me puso más nerviosa a mí. Me levanté y no dudé en irme de ahí. Will en peligro, tenía que saberlo. Todos nosotros estábamos en peligro. Las sirenas, ¿cómo podían estar tan adelantadas si vivían en el mar?

-¿Cómo están tan adelantadas si viven en el mar?-Pregunté en voz alta.

-Se rumoreo que tienen un infiltrado en tierra, alguien muy poderoso. Aunque aún no sé quién. ¿A dónde vas?- Preguntó viendo que me ponía mi abrigo y salí por la puerta.

-No hay tiempo, y venís conmigo.- Le tomé el abrigo que tenía puesto él y nos hice aparecer en la casa.

Subimos las escaleras lo más rápido que pudimos y toqué la habitación de los hombres. El único que debía de estar durmiendo era Will, el que más tenía que saber lo que pasaba. Agus me abrió la puerta. Tenía una sonrisa torcida y el pelo revuelto. Sus ojos estabancaídos, lo más parecido que vi al cansancio en un ángel rebelde. Sonrió más grande cuando me vio y puso cara de insinuación. Pero al ver a Cirius a mi lado, se irguió y se puso serio. Nos dejó pasar sin decirnos nada. Me coloqué al lado de Will y lo sacudí para despertarlo. Él se fue al baño y comenzamos la reunión cuando Will ya estaba bien despierto. Dan no paraba de reclamarle que me hubiera ido sin contarle a nadie, que podría haberme pasado algo, que debería haber avisado. A mí me cansó.

-Estoy bien, no me pasó nada y tengo noticias y a un mago conmigo. Así que deja de quejarte porque hay algo realmente importante acá o no hubiera levantado a mi hermano a estas horas.-

Todos se quedaron callados y la habitación se sumió en un profundo silencio incómodo. Mis ojos miraban con furia a Dan, y entonces entendí que él hacía esto porque me quería y no quería que saliera lastimada. Pero había otros momentos, este no era el más oportuno. Me arrepentí de haberle hablado así y me acerqué para que él me abrazara. Cosa que me resultó de lo más confortante. Le hice un ademán con la cabeza y Cirius empezó a hablar. Contó lo que él sabía y llegamos a una conclusión. Iríamos al centro hoy para conseguir unas cuántas cosas que necesitaríamos y volveríamos antes de que las chicas se enteraran. Las cosas se conseguían en lugares de magia, como las cuchillas de agua bendita y todo eso, y esa era la razón por la que no las podíamos hacer aparecer.No era importante que ninguna de las chicas lo supieran, así que decidimos no contarles nada. Pero dejamos una nota, por las dudas.

Mientras empezábamos con la lista de compras, recordé a mis amigas y decidí llamarlas para ponerlas al tanto. Si nos pasaba algo, ellas lo sabrían y todos tendríamos esperanzas. Además, no podían seguir fuera de esto. Las puseal tanto y ellas decidieron mantenerse en contacto conmigo y con nuestro lazo.

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