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JungKook no había sentido ningún movimiento de SeokJin los últimos días.

Y él no estaba exactamente calmado.

¿Debería estarlo?.

No bajaba la guardia ni aunque no se sintiera la presencia del bonito rubio.

Se preguntó si debía dejar de cavilarse con respecto a Kim.

JungKook río nervioso, ¿Enserio se estaba preocupando de su tonto vecino?. Ya había sido una semana exacta después de ese día, y SeokJin ni siquiera se había acercado a molestarlo.

Él no extrañaba eso, de todas formas.

Pero, el perturbador sentimiento de esos últimos días lo atormentaba.

A él no le gustaba que SeokJin se burlara, sin embargo, lo constante de las acciones del rubio hacía él se volvieron repetitivas y constantes, él se acostumbró. ¡Mierda, Jin había jodido su cabeza!.

—¡Nos vemos el lunes!.

JungKook sacudió su mano en dirección a su amigo, despidiéndose.

Él estaba tan exhausto, por cosas del destino a su amigo le había pasado algo, había estado mucho más insoportable de lo normal.

O bueno, demasiado cariñoso para ser más específicos.

Solo quería llegar a su acogedora cama y dormir hasta el lunes siguiente.

Ah, él además había sentido una incomoda mirada en casi toda la clase, pero cuando volteaba no habían ojos sobre él.

JungKook probablemente estaba alucinando. Sí, eso tenía que ser.

Él no se dio cuenta ni se alborotó cuando su mirada se dirigió a la casa de los Kim. Él sólo necesitaba relajarse y despejar su mente.

Estaría bien.


                                       ☆☆☆☆☆


—¡JungKook!.

El pelinegro abrió un ojo ante la llamada de su madre.

—¡Mi amor, te buscan!.

Él sintió los pasos en la escalera y la puerta abrirse.

—¿Todavía durmiendo?.

—Intentando.—apenas murmuró.

Cabeceó cuando la suave mano de su mamá le acarició el cabello.

—Ahora no, JungKook. Alguien vino a buscarte.

—¿Alguien?.

Vaya, lo que le faltaba, visitas.

¿Es que hoy los planetas se habían alineado y las personas se habían puesto de acuerdo para joderlo? Él no quería que lo visitaran, en realidad, ¡A él nunca lo visitaban!.

—Es un compañero tuyo, es lo único que diré.

JungKook frunció el ceño.

¿TaeHyung, tal vez?. Pero su amigo no le había avisado nada.

—Ahorita bajo.

Su madre se fue y JungKook se levantó.

Él estaba devastado, aún. No pudo dormir. Cerró los ojos muchas veces, giró y dio vueltas en la cama, contó ovejas, y tomó un poco de leche calientita.

Entonces, ¿Qué estaba mal con él?.

Después de un rato bajó.

Él odió haberlo hecho, y odió un poquito a su mamá por dejar entrar a aquella persona.

¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora