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—No esperes estar a salvo, ahora que no me diste una respuesta yo tampoco te voy a asegurar que Min no se enterará de nada. Lo que pase será pura culpa tuya.

Los ojos de JungKook recayeron una vez más en SeokJin, vacilando en acercarse o no y acabar con todo.

Él no habló con YoonGi en esos 2 días que pasaron, y estaba asustado, ¿Acaso el rubio se atrevió a decirle?.

Sus manos volvieron a picar sobre su carpeta, ansioso.

SeokJin no lo miró en ningún momento después de aquella vez en su casa, y él se había encontrado a sí mismo necesitando una mirada.

Joder, sólo se había acostumbrado a eso, era la única razón, lo juraba.

Y TaeHyung..., ¡Su amigo no ayudaba!.

La mayor parte del tiempo al castaño parecía sólo importarle su novio, nunca pensó llegar a creer eso, pero el amor se le estaba volviendo un fastidio. Para ser mas exacto, el amor que se profesaban las parejas.

Siendo su amigo todo lindo mientras hablaba de su "HoSeokie bebé". Ugh, ese apodo le daba diabetes de tan solo oírlo.

Él estaba solo en ese problema, sin poder contar con nadie porque nadie lo sabía.

Excepto SeokJin.

¡Agh!

JungKook recordó cómo vio a su hyung siendo besado por el maldito rubio ayer, en la tarde, enfrente de su casa. Su mas grande amor se notaba tan feliz, con una sonrisa sincera en los labios mientras sus pequeños ojitos brillaban con cariño mirando los orbes avellana de Jin. Aún se acordaba del rose de narices que sus vecinos tuvieron antes de volver a besarse.

Parecían una pareja perfecta, tan lindos y felices. Lastima que él era testigo de la terrible infidelidad.

De tan sólo pensar que él también había sido besado por esa boca. Asco, eso era lo único que sentía.

Tuvo que controlarse antes de correr hacia ellos y apartar a YoonGi y limpiarle los labios, por que sus hermosos belfos rosaditos se habían manchado con la suciedad del idiota ese.

Él tendría que ser el que besara esa boca, no SeokJin, no jodidamente el peor tipo de todos.

—Kookie~...

JungKook volteó atendiendo al llamado.

—¿Qué pasa Tae?.

—Uhmn... Bueno, estaba pensando en si podría ir a tu casa esta tarde...,— el castaño movió sus pestañas inocentemente.— ya sabes, a jugar un rato y distraernos. Últimamente te ves muy estresado y enojón, no recuerdo que mi conejito sea así.

Lo último alegró al menor, solo un poco.

—Puedes venir cuando quieras TaeTae, sabes que siempre eres bienvenido.

—¡Kya~!, Gracias, JungKookie.— su amigo se abalanzó contra él encerrándolo en sus brazos en un cálido abrazo.

TaeHyung siempre hacía eso.

El pelinegro no pudo evitar sonreír con ternura mirando la linda sonrisa del castaño.

Ah..., si tan solo...
                                        
                                            ☆☆☆☆☆

—¡No es justo!, ¡Haz vuelto a hacer trampa, JK!.

El menor se reía con ganas mientras su inmaduro amigo hacía un berrinche.

¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora