Cinco semanas y unos días más habían pasado desde esa vez en la casa de SeokJin.
Semanas y días en los que habían continuado las caricias íntimas y besos sucios entre ambos chicos.
Hasta ese momento, a JungKook no parecía importarle ocultar sus deseos, después de todo Kim no volvió a cuestionar la forma en que el pelinegro dejaba que lo manoseara y besara sin reprochar.
Todo parecía haberse vuelto más confuso, sí, incluso más que el propio hecho de mantener contacto físico -y sexual- con la persona que, supuestamente, odiaba. La cosa empeoró en el momento en que se encontró así mismo esperando a que su vecino lo invitara a su casa, donde la mayor parte de las veces era EL lugar.
Otra ubicación sería el baño de la facultad.
Jin aveces llegaba hasta él, cuando Tae no se encontraba cerca, para pedir tener un tiempo a solas.
JungKook se negó la primera vez, de hecho, hizo un gran escándalo por lo desesperada que sonaba la insinuación. Días después él solo seguía al rubio hasta el lugar y compartían besos y pequeñas caricias. Aunque siempre era un poco problemático terminar con una leve erección en los pantalones.
JungKook, afortunadamente, nunca tuvo que pasar por el vergonzoso momento de dar explicaciones acerca de su bulto, al rubio nunca pareció importarle. A demás, tampoco la razón de su calentura se debía al tipo en sí, cualquiera reaccionaría de esa forma ante los toques sexuales y besos sucios.
Desde aquella vez en que SeokJin lo encontró restregándose, se había prometido que nunca volvería a ocurrir, siempre llegando a tiempo antes de que su instinto sexual quisiera apoderarse de su cuerpo y nublarle los pensamientos racionales.
También había aprendido a actuar como el JungKook de antes, Jin venía a molestarlo y él le contestaba. Se veían casi como si ellos realmente no estuvieran comiéndose la boca a diario, a escondidas de los demás, y eso era lo que el menor quería hacer creer frente a su amigo.
YoonGi era un tema diferente. Él había hecho a Jin prometerle visitar al chico peli verde al menos tres veces a la semana, que actuaran como novios y como si a Kim realmente le importara Min.
¿Esto se consideraba casi masoquismo?.
JungKook todavía odiaba verlos juntos y cariñosos, pero al menos de esa forma hacía que su hyung lo visitara con una sonrisa e irradiando alegría.
Si querer la felicidad de la persona a la que adoras no es amor, entonces él no tenía idea de lo que era.
Incluso si Min solo iba hacía él para contarle acerca de su relación con Jin..., Oh, incluso si todas esas sonrisas no eran causadas por él...
JungKook todavía tenía esa idea en la cabeza, de que algún día su hyung realmente le haría caso, y entonces todo sería total felicidad.
SeokJin no existía en sus planes futuros. El rubio terminaría por aburrirse de él y dejarlo, al igual que de YoonGi. Y JungKook estaría ahí, dispuesto a dar su hombro y consolar a su amado vecino.
No todo tendría que ser sufrimiento y fracaso en su vida, después de todo.
—Deberíamos cambiar esto...
Fue lo que mencionó SeokJin, justamente ayer, en la tarde, mientras le besaba el cuello y acariciaba detrás de su oreja algún punto que lo hacía relajarse.
JungKook, efectivamente, preguntó por una explicación más a fondo.
—Ya sabes, buscar otro lugar para nosotros dos, cariño.
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¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKook
FanfictionJungKook odia a SeokJin. SeokJin está al tanto de esto pero no parece importarle mucho. Sin embargo, las cosas se tornan un poco confusas después de un tiempo. Hay un problema, el cual explicaría el pronto odio del menor. A JungKook le gusta YoonGi...