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Dios, ¿Qué fue lo que pasó?.

Él no iba a ir, tenía bastantes ocupaciones como para tomar en cuenta las tonterías del rubio.

Jeon JungKook no visitaría la residencia de los Kim, con esa oración en la mente terminó haciendo presencia frente a la puerta de la casa de SeokJin.

Joder, que cambios tan repentinos, ¿verdad?.

JungKook mantuvo su entrecejo fruncido mientras seguía matando sus últimas neuronas pensando en la idiotez que estaba apunto de hacer.

Él no debería entrar, y mucho menos estar parado ahí. Jin abriría y entonces todo lo planeado por el rubio comenzaría.

Se rehusaba a que el tipo ese viera como él y su estupidez le habían hecho caso en venir.

Quiso retroceder dos pasos y volver por donde vino, pero él ya había tocado el timbre.

Y lo tocó más de una vez.

SeokJin vendría y él no podía huir como un cobarde, ya estaba aquí, no había nada que perder.

Respiró logrando calmarse. ¿Porqué se sentía tan ansioso de repente?. Sus manos sudorosas se secaron contra su pantalón y entonces la puerta se destrabó, y la impecable cara de Jin se mostró.

—Pensé que tendría que ir a buscarte.—su vecino se apoyó contra la puerta mientras le sonreía.—Hiciste una buena decisión en venir.

JungKook dio una rápida vista al rubio, llevaba ropa cómoda y parecía haber tomado una ducha recientemente.

Uhmn, esto era bastante normal, de hecho.

—Tú nunca hiciste una pregunta, me dijiste que venga, aquí estoy.

SeokJin pareció mirarlo mejor, recorriendo la vista descaradamente por su cuerpo antes de volver a sonreír.

—Entonces si yo lo digo, ¿Lo harás?.

JungKook suspiró irritado.

—Solo dime qué es lo que quieres.—respondió tratando de ocultar su inevitable nerviosismo.

—Primero deberías pasar, ¿No crees?.

Jin se apartó y él no se movió.

—Prefiero estar aquí.—se cruzó de brazos.

—Pero yo no lo quiero. Asi que entra.

El rubio no esperó, él simplemente lo tomó de un brazo y tiró de él adentro.

JungKook tropezó cuando entró al lugar. Una pregunta llegó a su cabeza después.

—¿Tus padres..., ellos están aquí?.

Jin terminó de cerrar la puerta antes de caminar hasta él.

—No, ¿Hay algún problema con eso?.

—SeokJin, yo espero que no se te ocurra hacer ninguna tontería mientras estoy aquí.

La sonrisa en la boca del mayor se agrandó.

—¿Por quién me tomas, JungKook?, todo queda en tus manos, pero no prometo nada si algo llega a pasar.

Él no se sintió tranquilo después de eso.

—Bien, entonces qué, ¿Para qué quisiste que venga?.

El rubio pasó por su lado y se sentó en el mueble detrás de él.

—Yo..., yo quería hacerte una propuesta.

—¿Una propuesta?.

JungKook no estuvo contento cuando los ojos de Kim se quedaron mirando un punto fijo en su cuerpo, de alguna u otra forma se sentía raro.

¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora