023

891 116 59
                                    

―No puedo hacer esto.

Esperó que el tipo se detuviera y mostrara, por lo menos, algo de respeto hacia JungKook.

―¡Te estoy hablando, idiota!.

Jeon agarró parte del cabello rubio de su vecino y lo alejó de su cuello. Pero contrario a una respuesta, lo que obtuvo fue un beso sucio en la boca.

―Te oí,―reconoció después.―pero me parece algo poco relevante.

Hijo de puta.

―Tan poco relevante como esto.―terminó en su lugar.―No haremos nada en mi casa.

SeokJin sonrió un segundo antes de alejarse y quitarse la polera. Entonces regresó con él, empujando a ambos sobre la cama del pelinegro.

―¿Quieres ver como sí?.

Su madre no estaba, y era seguro que regresaría en por lo menos 3 horas. Parecía poco arriesgado, pero a Jeon lo hacía sentir el doble de remordimiento.

Al igual que el doble de morbo sexual.

―¿Porqué tiene que ser aquí?.―preguntó, perdiéndose en el calor corporal de SeokJin. Queriendo tocarle en varios lugares.

Kim se apoyó en su antebrazo izquierdo; casi recostado por completo encima de JungKook.

―¿Porqué no?.

Los redondos ojos del menor subieron hasta los avellanas del rubio, sintiéndose absurdo.

Iban a tener sexo, joder, ¿aun así insistía en mantener una postura tan correcta y aburrida?.

Jin jugó con su cabello, desordenándolo. Otra vez, siendo lo más lindo posible.

―Esa no es una respuesta, SeokJin.

JungKook desvió la vista.

Si no supiera qué clase de persona era Kim; juraría que su vecino se comportaba como una persona enamorada. Con él.

―Te vez tan bonito como esa vez.―susurró SeokJin, y así tenía que ser, estaban lo suficientemente cerca como para poder hablarse entre susurros y entenderse.―Será algo rápido, cariño, no hay de qué preocuparse.

Jin le tomó por la barbilla y lo besó, lento y profundo, recordándole porqué siempre terminaría enredándose con él.

―Concéntrate en mí, precioso.

JungKook se dejó guiar, menos temeroso que la primera vez pero manteniendo su  ansiedad característica.

Con la mente en blanco, sin pensar en las consecuencias posteriores. Porque como SeokJin lo había dicho, ellos ya estaban condenados hasta el alma. Nada podría ahora empeorar las cosas, ya era un desastre suyo.

Y ambos lo tendrían que enfrentar, tarde o temprano.

―Esta vez me encargaré de hacerlo mejor para ti.

Jeon cayó jodidamente dentro.

Mas allá de sentirse abrumado por la candente situación, había algo más que lo volvió loco.

Tal vez el hecho de que Jin se comportó como alguna vez quiso que YoonGi se comportara con él.

                               ☆☆☆☆☆

JungKook se sintió cohibido al día siguiente, y ojalá fuera un chiste.

Esta vez TaeHyung sí le hacía compañía, pero parecía ser incluso peor de esa forma.

¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora