021

1K 131 48
                                    

Los días siguientes solo se trataron de un  JungKook pensando -y repensando- lo sucedido en casa de Jin.

Su cuerpo se retorcía de placer cada vez que se repetía el acto en sus sueños. Y nunca los consideró algún tipo de pesadilla, por supuesto que no, eran calientes como el infierno, y él adoraba que su mente tuviera el don de recordar perfectamente el cuerpo desnudo de SeokJin.

El magnífico cuerpo de su vecino junto al suyo.

Joder, incluso si el tipo hubiera jodido todo al final, la mayor parte del tiempo la pasó bien.

Más que bien, llegó a aceptar después.

Obviamente, el dolor posterior al hecho fue una de las peores partes. Una de tantas.

Kim le había jodido hasta la cabeza -y pensamientos-, y no fue algo que duró poco, sino que tuvo que pasar un tiempo hasta que Jeon volviera a ser realmente consciente.

Parecía que su mente prefirió repetir aquellas escenas en donde Jin se comportaba como un jodido ángel con él. Y eso lo abrumaba y le empañaba los pensamientos que consideraba correctos.

SeokJin seguía siendo el mismo tipo de hace algunas meses. No había forma de que sus sentimientos por el rubio cambiaran después de haber cogido con aquel tipo.

Pero entonces se encontró a sí mismo dedicándose miradas significativas con Kim, cuando cruzaban los pasillos, había algo en los ojos de su vecino que lo hacían querer mirarlos durante horas. Y para esos momentos agradecía que su amigo sea algo despistado y hasta ahora no haya dicho nada acerca de su relación con el que solía ser el dueño de sus dolores de cabeza.

Seguía siéndolo, pero no de la misma forma. Ahora odiaba que sus pensamientos estuvieran contradiciéndose en cada momento, cuando quería remarcar los defectos del rubio, y las razones por las que alguna vez juró odiarlo a muerte, entonces a su cabeza le parecía correcto recordarle aquellos mínimos recuerdos en donde Kim se mostró amable, lindo, y dolorosamente encantador para con él.

No le parecía justo, pero así fue durante una semana. Hasta que YoonGi lo visitó.

¿Qué de bueno podía rescatar de aquella conversación?

Muy poco, de hecho.

Lo único que le interesó fue saber que SeokJin cumplió parte del acuerdo, porque su hyung le comentó que el rubio pareció detenerse en insistirle, y lo relacionó -equivocadamente- con que el chico le había comprendido al final y aceptó esperar hasta que él estuviera preparado.

Que ingenuo parecía ser. Y Jeon se sentía como una perra por pensar eso.

La conciencia de JungKook no pudo mantenerse tranquila después de eso. Era como si eso hubiera sido lo que necesitaba para recomponer la cordura.

Porque su hyung solo sacaba conclusiones que favorecían al rubio, y de manera incorrecta hacían que se enamorara mas de Jin.

SeokJin estaba quedando como el novio perfecto ante Min, y Jeon sentía la impotencia crecer en él.

¿Cómo podía decirle la verdad a YoonGi sin afectar su relación con él?

No había una respuesta porque no era posible. Estaba condenado hasta el alma.

Y fue ahí donde los pensamientos de rencor hacia Kim ganaron a aquellos que lo defendían.

De nuevo se estaba arrepintiendo de lo que hizo, pero...

Pero se decidió que no podía arrepentirse de casi todas las decisiones que tomaba.

Él aceptó acostarse con Jin, es cierto. Y lo disfrutó, también.

¡Te odio, Kim SeokJin! ↪ JinKookDonde viven las historias. Descúbrelo ahora