« CAPÍTULO 22 »

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capítulo dedicado a up10tionxangels por estar esperando a que el Changlix vuelva. 

Se arrepentía de muchas cosas.

Se arrepentía de tantas, pero ahora mismo solo podía pensar en la misma: cómo le había podido decir que no lo amaba si era lo primero que se le venía a la mente y le hacía sonreír. Había cambiado mucho por Felix, pero todo era en vano.

Los últimos días había jugado a que no le importaba nada. Y aunque no le doliese ya todo lo que le dijeran, dolía ver al australiano pasear sin su típica sonrisa adornándole la cara. De alguna manera tenía que hacerla volver.

Y sin quererlo, se pasó siguiéndolo por los pasillos, intentando cruzarse (¡Qué ironía que ahora fuese él quien lo buscara!). Por eso, cogió fuerte la rienda de la mochila y se giró por dónde había desaparecido el australiano.

Fue fácil encontrarlo cuando este estaba a punto de cruzar por la calle, cabizbajo y apostaba que se encontraba con sus auriculares y su chaqueta puesta. Changbin literalmente quería verlo más ligero –pues hacía bastante calor para ir con chaqueta y capucha-, Felix había cambiado. Y de verdad creía que cuando rompieron, solo le haría bien.

—Felix, ¡espera! —tironeó de él cuando iba a avanzar en rojo.

Y cuando se giró, apartó sus auriculares, pudo ver como sus ojos destellaron —Dime.

—No puedes cruzar en rojo... —respondió sonrojado tímido, parecía tonto que estuviese diciendo algo tan estúpido.

Felix soltó un "oh" –con evidente tono de decepción- e intentó continuar con su camino una vez ya ahora en verde, soltando irónicamente —Está verde, me voy... eh, gracias supongo.

—Espera... —volvió a retenerlo por la muñeca —¿podemos hablar?

Felix pareció dudarlo, pero aceptó y dejando que tironease de él, aún por la muñeca, guiándolo, avanzaron los dos por las calles.

[...]

Esperaba que lo llevase a un sitio tan tranquilo como un parque. Extrañamente, no había nadie y cómo dos niños pequeños (o al menos el menor, corriendo hasta el columpio –literalmente como un niño pequeño- para apoderarse de él) empezaron a juguetear ahí.

Nunca habían hecho algo así en sus citas, en las otras se habían dedicado a pasear cogidos de las manos, intentando impresionar al otro.

Pero ahora, ahora sin presiones, solo siendo ellos mismos, se sentía distinto.

—¿De qué quería hablarme, hyung? —se balanceó un poco.

—¿Cómo has estado...? —preguntó uniéndose a su balanceo, sin alzar su cabeza del suelo.

—Ohm... —carraspeó un poco antes de continuar —B-bie... ¿A quién miento? —susurró más para si mismo que para su acompañante, sin embargo, lo oyó —No, no he estado bien, hyung.

Changbin lo miró, con un rostro serio e inexpresivo, aunque sus ojos delataron preocupación.

Te he echado de menos... —observó de reojo como se mordía el labio y volvía su vista al suelo —Te echo de menos. Joder, hyung, te quiero. Quiero estar contigo. No puedo estar nadie más que contigo.

Desde el primer momento quería no ceder, intentando construir un muro de fortaleza para él mismo, mantener la dignidad y no volver a arrastrarse por Changbin. Pero después de verlo, cualquier intento de mantenerse se desvaneció, delante de él era muy débil.

PHOTOPHENES 『HyunMin / 현민』Donde viven las historias. Descúbrelo ahora