Nada especial

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A veces me pregunto si sólo yo tengo esta extraña manía de decaer en mis mejores momentos. Es como saber que estás en lo más alto y mirar hacia abajo. Es como si tuviera al mundo entero en una mano y a la oscura depresión en la otra. Estos momentos de mi vida me llevan a realizar actos que ni yo creería posibles a esta altura. Siento que prefiero morir mirando al mundo desde abajo, desde lo más profundo de lo malo, que vivir fácil y feliz con las expectativas altas entre mis manos. 

A veces mi mente es consciente de que no merece nada bueno, que lo fácil no es necesario y que la felicidad es la tristeza disfrazada.  A veces mi alma le hace caso a la ciega conciencia y se deja llevar por la basura externa. Muchas veces sacrifico buenos momentos para poder estar mal un rato; incluso los arruino.

El sarcasmo y la ironía ocultan el dolor de mis palabras, convirtiendo el dolor en un chiste. Incluso mis cicatrices se camuflan con una capa externa de falsedad.

¿Cómo vuelvo a estar bien?
¿En qué momento me doy cuenta de que las cosas buenas existen?
¿Cuándo me permito ser feliz?

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