Te supe

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Supe que no podías dormir antes de las 4 en la madrugada, que amabas el café y el chocolate amargo. Aprendí que no sabías merecer ni querer sin sufrir. Creías herir mientras te mataban el alma. Demostrabas en carne viva lo que las palabras no eran suficientes para expresar.

Te acostumbraste a vivir en el dolor. No sabías lo que era el amor mutuo y sincero, y te negabas a conocerlo por errores del pasado. Había tantas cicatrices en tu corazón que los dedos de ambas manos no me son suficientes para mimarlas.

Lo intenté. Juro que pretendí amarte bien más de una oportunidad. Tantas veces te hicieron creer que tú corazón era demasiado pequeño para abrirse que hasta el día de hoy creés que no puede recibir amor por miedo a estallar y romperte.

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