CAP.5 ¿Olvidar?

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Llegó el día siguiente y Ámbar me invitó a su casa a pasar el rato y otras cosas pendientes que teníamos que hacer y que para mí suerte la casa de Ámbar también la casa de la chiquita esta Luna y que si lo queremos ver peor, es su prima también...me levanté medianamente temprano para ir a su casa me arreglé, desayuné algo y me fui en patines a su casa, por qué como ya dije, yo no solo patino para ganar, esto es lo que me gustaría hacer para el resto de mi vida, iba patinando y como a medio camino, me encontré a un Jam & Loser...

Era Matteo, no sé por qué ya no me sorprende tanto encontrármelo casi todo el tiempo y sin buscarlo, aquí no soy yo la que parece querer algo más, el iba adelante de mí, así que decidí acortar el camino por otro lugar para que él me encontrara y pareciera una simple casualidad...

Acababa de dar la vuelta, acortando el camino, para que él me viera y oh sorpresa, no tardó ni 3 segundos en gritar mi nombre.

—¡Emilia!—dijo Matteo acercándose a mi.

—¿Me estás siguiendo Matteito?— pregunté con una sonrisa dibujada en el rostro, mi plan había funcionado.

—¿Siguiéndote a ti? Más parece que vamos al mismo lugar y creo que no es el Jam & Roller— dijo cuando se percató que íbamos por el mismo camino y tal vez a la misma dirección sin ponernos de acuerdo por dónde ir y es cierto parecía que íbamos al mismo lugar.

—A menos de que vayas a casa de Ámbar, no vamos a ir al mismo lugar— Le dije a Matteo y luego recordé que también es donde vive su amada novia.

—Mira qué sorpresa, vamos al mismo lugar Emilia, solo que yo voy con Luna—

Era cierto, íbamos al mismo lugar pero con diferentes personas, así que intenté hacer algo, a ver qué tanto la quería a su noviecita Luna.

—Bueno a mí como que ya no me dan ganar de ir para allá, lastima que tengas que ir con... Luna— dije poniendo una cara de tristeza, en seguida me miró con una sonrisa en el rostro.

—A veces aburre hacer lo mismo, todos los fines de semana voy a visitarla, es bueno salir un poco de la rutina ¿No crees?— Me dijo insinuándome que no quería ir donde su novia.

—Estás en lo correcto Matteo— dije con un tono seguro y al ver su cara, estaba claro que tenía algo en mente.

—¿Qué tienes en mente Matteo?— sonrió aún más, se acercó más y decidido me tomo de la mano diciendo.

—Salir de mi rutina— había funcionado a la perfección, ¿Se deja convencer tan fácilmente acaso? O... ¿Hay algo más?...

No sé a dónde íbamos pero los dos íbamos sonriendo y riendo, entre las risas le pregunté.

—¿A dónde vamos?— ya que solo me traía de la mano hacia no sé dónde.

—A un lugar muy especial— dijo mientras sonreía, sonó totalmente cursi, pero me gustó como lo dijo y como me miró mientras lo dijo, con esos ojos cafés, tan hermosos, llegamos a un parque muy bonito y nos sentamos en una de las bancas de ahí para platicar sobre... no sé, no sé la verdad ni que estaba haciendo allí y con Matteo cuando yo iba con Ámbar...

Empezamos a platicar del patinaje, desde cuando lo hacemos y por qué nos gusta.

—Yo patino desde los 13 ¿Y tú?— dijo cuando le pregunté desde cuando patinaba y respondiendo a su pregunta yo dije.

—Desde los 10 y nunca lo he dejado de hacer— Matteo medio sorprendido preguntó.

—¿En serio te gusta tanto patinar?— me dijo con una cara de confundido.

—Si, obvio por qué aún que lo creas yo no patino nada más por quererme sentir superior a otros, yo patino por qué me gusta y por qué patinar es mi pasión— Dije, Matteo tenía una cara, estaba muy sorprendido por lo que le acababa de decir, no entiendo por qué todos hacen la misma cara cuando les digo que realmente me gusta patinar.

—Wow, nunca pensé que pudieras hablar así— dijo Matteo con una casi sonrisa en la cara a lo que yo le respondí un poco confundida.

—¿Así cómo?— la verdad no fingí no haber entendido, por qué la verdad no había entendido a lo que se refería con «Poder hablar así» Y Mateo respondiendo a mi pregunta dijo.

—Como si no fueras una Red Sharks, como que si fueras una persona más comprensiva a lo que pareces, pero veo que no eres como todos piensan— dijo con su casi sonrisa dibujada en el rostro.

Mientras se acercaba cada vez más y más hacia a mí, hacia mis labios, no quiero a hacerlo pero no podía resistirme a besar sus labios, él apuntó de acariciar mi mejilla, algo nos interrumpió, por suerte no alguien, estaba soñando el celular de Matteo, lo cual hizo que reaccionáramos a lo que estaba pasando y que estaba apunto de ocurrir, nos quedamos viendo por unos segundos cuando él tomó su teléfono y dijo:

—Es Luna— en ese momento sentí que no podía odiarla más y recordé que en serio tenía que ir con Ámbar así que le dije.

—Recordé que en serio si tengo que ir con Ámbar— levantándome para ir hacia con ella.

—Y bueno yo iré con Luna— otra vez íbamos al mismo destino pero con diferentes personas, nos paramos y en seguida me dijo mientras sonreía.

—¿Vamos juntos?— a lo que solamente pude responder una cosa.

—Vamos— creo que hoy no era el día para salir de la rutina...

Tomé mi celular y le mande un mensaje a Ámbar diciendo:
*Ya voy llegando a tu casa, perdón por la tardanza*

Durante el camino Matteo y yo no hablamos mucho, pero yo durante todo el trayecto no paraba de recordar lo que casi pasaba, finalmente te llegamos a nuestro destino así que nos separamos, cada quien por su lado...

Narra Matteo
Era de esperarse, después de lo qué pasó hoy en el parque no iba a poder olvidar todo  lo que casi pasa o mejor dicho dejar de pensar... En ella.

¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora