CAP.11 La banca

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Pasaron varios días después de mis primeros días de entrenamiento, cada vez me encontraba más a Matteo, a veces nos era imposible evitarnos, él seguía con Luna, a pesar de todo lo que estaba pasando o con lo que no estuviera pasando entre nosotros, parecía un cuento de nunca acabar, nos encontramos nos sonreímos y pensamos en el otro, un ciclo que parecía nunca acabar.

Era pasado mañana el gran día, por fin nos íbamos a presentar al mundo como el mejor equipo del mundo, los Red Sharks, los mejores patinadores del mundo, estuvimos entrenando sin parar.

Dos días antes iba a ser nuestro ensayo general, el ensayo más importante, o sea hoy, era en la tarde como ya era costumbre y era de mañana, mi equipo y yo decidimos ir a celebrar, fuimos a tomar una malteada a un lugar cerca de la pista, llegué yo primero y como ya se imaginarán ahí estaba Matteo...¿Esperando a Luna? O simplemente estaba solo.
Me senté en una mesa un poco más alejada de él ya que mis amigos no tardarían nada en llegar.

Narra Matteo
Estaba en una cafetería cerca del Roller tomando un licuado, tratando de acomodar mis ideas, donde nadie conocido me pudiera interrumpir.
Cuando alguien más que conocido llegó, era Emilia, estaba sola, se sentó en una mesa, me vio sentado viéndola, pero antes de decir su nombre pensé, en qué tal vez ella no viniera sola y podrían venir sus amigos y vernos juntos, lo cual sería una mala idea ya que yo regresé hace poco al equipo del Roller lo cual había complicada más las cosas entre nosotros.

Y cuando llegó un chico del equipo de los Red Sharks me di cuenta que mis pensamientos eran correctos, no venía sola y si ¿Estaba en una cita? No me dijo nada... obvio no me iba a decir, aún que es algo que me interesa bastante no era algo que me pudiera decir a la ligera, no era su amigo, pero si era alguien importante, no sé bien qué éramos.

Narra Emilia
Estaba sentada en mi celular y no había nada que me sorprendiera más que Matteo me haya visto verlo y ni si quiera me haya dirigido la palabra. Estaba completamente extraño, me veía y no me hablaba, mire a mí al rededor para comprobar si había alguien conocido y nada, ni siquiera había tq ras personas en esta cafetería.
Llegó Benicio a los poco minutos que yo me había sentando a esperar a los demás.

—Hola, bonita— dijo Benicio feliz al ver que estaba sola, se la pasa diciéndome cosas así cuando estamos solos, estoy al borde de estallar, ya me tenía harta.

—Hola— respondí lo más cortante que pude, estaba ansiosa de que llegaran los demás para que Benicio me dejara en paz.
Benicio se estaba acercando más y más.

—Oye, aléjate de mi— le dije a Benicio cuando ya estaba demasiado cerca de mi rostro, se acercaba más, parecía no importarle lo que le estaba diciendo yo me estaba resistiendo, Benicio se acercaba más y yo cada vez hacia más fuerza para alejarme de él, cada vez esperaba más que alguien del equipo llegara y se alejara de mi de una vez por todas, estaba desesperada Benicio disimulaba por qué alguien nos podía ver, pero se podía notar que yo no quería besarlo.

Cundo llegó mi salvación, no era del equipo del Roller, era Matteo alejó a Benicio de mi, mi corazón latía a mil por hora del susto, había olvidado que Matteo estaba en ese mismo lugar.

—Aléjate de ella— dijo Matteo alejando a Benicio de mi, sentía un gran alivio.

—¡Bueno, bueno! No te metas en lo que no te incumbe, gracias— dijo Benicio enojado al ver que lo habían alejado de mi.

—Matteo, por favor vámonos— le dije a Matteo tratando de evitar una pelea.

Tomé a Matteo del brazo y salimos de ahí, al salir me encontré con Ámbar.

—Hey Emilia— dijo Ámbar al verme salir del lugar con Matteo, me quedé petrificada al ver a Ámbar estando yo junto a Matteo, cuando le había dicho que no pasaba nada con él.

—Nos vemos en el entrenamiento,  Ámbar— le dije con mi cara petrificada mies tras salí del lugar junto con Matteo, Ámbar solo sé me quedo viendo y la perdí de vista cuando entró al lugar.

No sé por qué saqué a Matteo, no tenía ni idea pero lo quería junto conmigo, no sentamos en la misma banca de siempre.

—Gracias, Benicio ya me estaba empezando a molestar con esas    actitudes— dije agradeciendo a lo que había pasado recién.

—No te preocupes, ¿Lleva mucho tiempo así?— me dijo al darse cuenta que no era la primera vez.
—Solo cuando estamos solos, no sé qué había pasado si no llegas— dije con una sonrisa en la cara.

—Aquí está tu héroe para salvarte siempre— me dijo contento al escuchar lo que había dicho.

Estábamos hablando en el parque, faltaba un rato para el entrenamiento y yo no pensaba volver con mi equipo hasta que llegara la hora de mi entrenamiento, entre tantos temas que hablamos y pudimos haber hablado sacó el tema en el que ambos no podíamos dejar de pensar.

—¿No te has dado cuenta que las veces que casi nos besamos han sido en esta banca?— dijo Matteo, eran tan ciertas sus palabras, esta banca tenía algo que nos hacía querer besarnos.

—Si, creo que ya me había dado cuenta— dije cuanto él estaba acariciando un poco mi cabello, sus ojos color chocolate viéndome fijamente, sus pequeños rizos moviéndose con el viento, su sonrisa apareciendo poco a poco en su rostro y yo acercándome más hacia sus labios, bajando su mano a mi mejilla...

¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora