CAP.18 ¿Qué puede pasar?

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Narra Emilia
Luna se había ido por fin, creo que era más que obvio, Luna y Matteo habían terminado.
Pero tenía un motivo para hablarle a Matteo, que había pasado después de que me fui, sabía perfectamente que había pasado. Matteo estaba sentado, tal vez lamentándose por lo que había pasado.
Me acerqué con cuidado para no llegar tan de sorpresa.

—Hola— le dije a Matteo con cuidado mientras me sentaba en la silla frente a él. Matteo no parecía el mismo, estaba diferente.

—¿Qué quieres?— dijo Matteo, solo pude arquear la ceja derecha ¿Qué le pasaba? ¿En serio se había puesto así por Luna? Parecía una broma, una de muy mal gusto.

—¿Qué te pasa?— le dije a Matteo extrañada, no parecía el mismo de siempre ¿Qué estaba pasando?.

—Pasa que Luna y yo terminamos por tu culpa— dijo Matteo, ahora resulta yo tengo la culpa de todo.

—¿Mi culpa?— le dije a Matteo un poco enojada por lo que me había dicho.

—¡Si! tú culpa— dijo Matteo, estaba enojado por no quererse hacer responsable de sus acciones.

—Mira Matteo, yo no tengo la culpa de que no te puedas controlar y menos cuando estabas de novio con Luna— le dije a Matteo que me estaba comenzando a desesperar.

—Es que tienes la culpa, no hay otra razón— dijo Matteo, si era cierto, si yo no hubiera llegado nunca hubiera pasado todo esto, pero esto se podía controlar, él lo podía controlar y no haberlo dejado llegar tan lejos.

—¡Yo no tengo la culpa de haberme enamorado de ti!— le dije a Matteo casi gritando, era muy probable que las personas a mi al rededor me hayan escuchado pero no nos importo en en lo más mínimo.
Matteo cambió la cara cuando lo dije, ni yo habría reaccionado de otra manera.

—Emilia— dijo Matteo cuando voltee la mirada a otro lugar al haber dicho lo que dije.

—¿Qué pasa?— le dije, ya más calmada, ambos ignorando el público que teníamos a nuestro al rededor.

—Es que tú tienes la culpa...— dijo Matteo, pero lo interrumpí sin dejarlo terminar, ya que seguía insistente en que yo tenía la culpa de todo lo que había pasado.

—Matteo ya estuvo bueno de que me estés echando la culpa de tus acciones— le dije parándome de la silla en la que estaba sentada para irme del lugar.
Pero Matteo me detuvo al volver a hablar.

—No... tu tienes la culpa de estar tan hermosa— dijo Matteo con una sonrisa en los labios, viéndome con esos ojos cafés que enamoran.
Solamente pude sonreír.

—¡Vaya! ¿Cuándo pasó esto par de tortolitos?— dijo una voz detrás mío, voltee y era Ramiro, parecía sorprendido, como yo al ver que todos nos estaban viendo.

—¿Cuánto tiempo llevan ahí?— dije cuando vi que estaba todo mi equipo detrás mío y de Matteo viendo todo lo que pasaba.

—Lo suficiente para escuchar todo— contestó rápidamente Benicio.

—Muy atento a lo que me pasa ¿No Benicio?— le dije a Benicio haciendo referencia a lo de la cafetería.

—Emilia, vámonos, tenemos que dar entrevistas— dijo Ámbar, recordándome todo lo que faltaba por hacer.

—Voy— dije levantándome de la silla en la que me había vuelto a sentar.

—Nos vemos— dijo Matteo con una sonrisa en el rostro.

—Hasta luego— dije agitando un poco la mano para decir adiós.

Me fui con mi equipo para ir a las entrevistas y fotos que faltaban por hacer, sin duda alguna hoy fue un día muy agotador.
Terminamos todo y cuando quise regresar a buscar a Matteo alguien me detuvo.

—¿Ya vas con tu noviecito?— dijo Benicio cuando me tomo del brazo para detenerme.

—No creo que te importe si voy o no— le dije un poco molesta por qué siempre estaba ahí para interrumpir.

—Pues si te detuve fue por algo, claro que me importa— dijo Benicio un poco más serio, no parecía estar molesto.

—¿Qué pasa entonces?— dije extrañada por su comportamiento, me miraba diferente, parecía entender lo que estaba pasando.

—Emilia, yo los vi— dijo Benicio haciéndome sentar en una silla de la cafetería.

—Pues creo que tú y todo el mundo nos vio— le contesté, ya que no parecía tener lógica lo que me estaba diciendo, no solo él tiene ojos para ver lo qué pasa.

—No hablo de lo de hace rato— me dijo con un tono ligero de preocupación. Esto me comenzaba a asustar.

—¿Entonces de que hablas? Explícate por favor— le dije ya un poco asustada por lo que pudiera decir en seguida.

—Ayer los vi— dijo Benicio, ¿Ayer nos vio? Con ese «Ayer los vi» solo espero que no sea lo que estoy pensando.

—¿Ayer? no hubo nada importante— dije, quería hacerme creer que no nos vio besándonos, era muy poco probable, pero era lo único que se me ocurría.

—Si, cerca de casa de Ámbar, Emilia... los vi besándose— dijo Benicio más serio que antes, ¿Cómo pasó? ¿Qué hacia ahí?

—Benicio, yo...— dije, sin tener palabras, estaba en shock, no podía creer que nos habían visto.

—¿No te has puesto a pensar?— dijo Benicio sonando un poco preocupado por lo que estaba a punto de decir.

—¿A pensar? ¿Qué cosa?— dije, cuando ya me había perdido totalmente en esta conversación.

—Si, ponte a pensar, si Matteo te besó, no sé cuantas veces, cuando estaba de novio con Luna, que se supone que quería mucho ¿No crees que lo hará si tú y él llegan a estar juntos?— dijo Benicio preocupado, sonando totalmente como un buen amigo.
Pero era cierto, las personas no cambian del todo, siempre queda algo y si Matteo y yo llegamos a estar juntos, puede hacerme lo mismo que le hizo a Luna, mi mirada se perdió pensando en todo esto, ya no tenía ni idea de qué hacer.

—Emilia, por favor piénsalo, no quiero que te hagan daño— dijo Benicio levantándose de su asiento, para irse.
Dejándome ahí sentada, pensando en todo lo que me había dicho.

¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•Donde viven las historias. Descúbrelo ahora