—Te lo advertimos— dijo Benicio mientras salía detrás de Ámbar para empujarme, eran los Red Sharks, protegiéndose unos a otros.
—¡¿Qué te pasa Benicio?!— dije alejándome de ellos pues no quería más problemas y complicar las cosas.
—Ya te dije Matteo, te lo advertí, no le ibas a hacer daño a Emilia, por qué si te metes con un Red Sharks te metes con todos y cada uno de nosotros— dijo Ámbar molesta, acercándose a mi.
—No, chicos, escúchenme— dije desesperado, esperando que fueran comprensivos conmigo a y me dieran la oportunidad de explicarme.
—Tienes unas oportunidad— dijo Benicio cursando los brazos, después de todos sin saben escuchar.
—Sin perder tiempo, Matteo— dijo Ámbar también cruzando los brazos, esperando una explicación.
—Las cosas se mal entendieron, ya no besé a Luna— dije más calmado, sabía que entenderían, pues no son lo que aparentan.
—¡¿No?! ¿Entonces no eras tú el que la estaba besando?— dijo Benicio sin dejarme terminar, acercándose un poco más a mi, tal vez me había explicado mal.
—Benicio, déjalo terminar— dijo Ámbar, dispuesta a seguir escuchando, mientras detenía a Bencio con su mano en el pecho de Benicio.
—Bueno, termina— dijo Benicio, permitiéndome hablar de nuevo.
—Bueno, si nos besamos ella y yo, pero ella fue la que me besó, tal vez no reaccioné al instante, pero si me quité, tú lo viste Benicio— dije esperando que pudieran entenderme, pues necesitaba su ayuda para estar junto a Emilia.
Ámbar volteó hacia Benicio, en señal de pregunta para saber si era cierto lo que decía.—Si, es cierto— dijo Benicio, parecían estar creyendo, lo que yo decía, pues era la verdad.
—¿Lunita te besó?— dijo Ámbar sería, mientras arqueaba su ceja derecha.
—Si— dije rápidamente, no había tiempo que perder.
—Bueno, gracias por explicarnos, lamentamos haber llegado tan explosivos, pero nadie se mete con los Red Sharks, no vayas detrás de Emilia, ya está llegando a su casa— dijo Ámbar, dijo como operadora de teléfonos disculpándose por las fallas técnicas, pero no quedaba más opción, más que esperar al otro día.
—Bueno... está bien— dije con la voz temblorosa, pues me daban un poco de miedo así.
—Pero ojo Matteo, primero tenemos que hablar con Emilia, nosotros— dijo Benicio cuando yo ya estaba apunto de caminar para irme.
—Ahora Benicio, ya sabes cuál es nuestra siguiente parada ¿No?— dijo Ámbar volteando a ver a Benicio, pero yo no entendía ¿Era ir a hablar con Emilia?
—¿A dónde van?— pregunté pues quería saber si era con Emilia, lo uso hacía que pudiera hablar antes con ella.
—Vamos a hablar con alguien y no, no es Emilia— dijo Benicio ¿Ellos se ponían de acuerdo en la mente acaso? Pero si no iban con Emilia ¿Con quien iban?
Al ver sus rostros solo me quedaba una opción, Luna.
Salieron en busca de ella.Narra Emilia
Ramiro me sacó del lugar y camino a casa ya lo suficientemente lejos del lugar de idi preguntar.—Ramiro ¿Qué está pasando?— pregunté deteniéndome, pues esto ya me parecía bastante extraño.
—Camina Emilia— dijo tomándome de la mano para seguir caminando. Pero yo quería obtener respuestas.
—No voy a caminar hasta que me digas que está pasando— dije quitando mi mano, pues ya estaba enfadada de la situación.
—Bueno, pero prométeme que no te devolverás a la pista y te irás a tu casa— dijo Ramiro, esta me estaba preocupando, pero solo me quedaba prometerlo.
—Bueno, te lo prometo, ya cuenta me qué pasa— dije, ya necesitaba saber que era lo que estaba pasando.
—Bueno, no solo fueron a hablar con Matteo— dijo Ramiro apartando la mirada de mi.
—¿Cómo? A ver Ramiro explícame, no te estoy entendiendo nada— dije pues esto me sonaba a que le iban a hacer algo malo.
—Pero no te preocupes Emilia, si todo fue un mal entendido, ellos dejaran que hable antes, tú no puedes hablar con él, mírate, sigues llorando, no estás en condiciones— dijo Ramiro, todo era cierto pero me preocupaba pensar en lo que le pudieran hacer a Matteo.
—No, yo no me puedo quedar así— dije tratando de devolverme pues me preocupaba lo que le pudieran hacer a Matteo.
—No, Emilia, me lo prometiste— dijo Ramiro cuando logro detenerme, pero no había más opción, solo esperar a mañana.
—¿Qué?— dije antes de recordar que si, se lo había prometido.
—Vamos, mañana te contarán qué pasa, ya cuando estés más tranquila— dijo Ramiro, pero eso solo me hizo recordar algo.
—Espérate ¿Ya lo tenían planeado?— pregunté pues todo esto parecía un plan elaborado con antelación.
Ramiro suspiró y contestó.—Si, lo planeó Ámbar después de que habló contigo sobre darle una segunda da oportunidad— dijo Ramiro ¿Ellos sabían que esto pasaría?
—¿Pero qué?— dije cuándo realmente ya no entendía nada, esto ya era bastante extraño, pues cada que obtenía una respuesta nueva venían millones de preguntas más.
—Si, Emilia, mejor tranquilízate y ya vamos a tu casa— dijo Ramiro como siempre tan tranquilo desde que salimos del la pista.
—Está bien— dije, pues solo me quedo aceptarlo, pues esto ya me parecía bastante extraño, solo me quedaba esperar hasta mañana a ver cómo había ido todo con Matteo.
Al poco tiempo caminando, llegamos a mi casa.—Descansa Emilia, mañana será un mejor día, ya lo verás— dijo Ramiro, listo para irse a su casa, ya había cumplido su misión.
—Igual tu, descansa, mañana nos vemos en el entrenamiento— dije entrando a mi casa, era momento de despejar mi mente y dejar de pensar en todo lo que había pasando.
Narra Ámbar
Terminamos de hablar con Matteo y Benicio y yo fuimos en busca de Luna pues esto no se iba a quedar así.
Hasta que por fin la encontramos en una mesa en la cafetería.—Hasta que por fin te encontramos, chiquita— dije llegando rápidamente con Luna, azotando las palmas de mis manos contra la mesa.
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¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•
FanfictionHola, soy Emilia. Esta es una historia de... ¿Amor? ¿Puede ser esto amor? Claro, pero... amor prohibido, o solamente miedo a amar a alguien incorrecto, ¿incorrecto alguien? ¿O lo que los demás puedan decir de ti? Por el simple hecho de querer estar...