Parecía increíble ¿No? Pensar tanto en el futuro, pensar en algo que probablemente no pase, nadie está seguro si estaremos juntos algún día, si las personas, entenderán por todo lo qué pasamos para poder estar juntos.Y ahí iba yo camino a casa, patinando, distraída con todos mis pensamientos, pensar en que Matteo podría engañarme si yo estuviera con él, con la excusa de que se enamoró de alguien más ¿Quien dice que yo le gusto? Que no son solamente mentiras que dice para que yo caiga en todo lo que dice.
¿Quién dice que no soy otra más de sus conquistas? De pronto ya no veía a Matteo como antes, estaba pensando en mí y en lo que podría llegar a sufrir por lo que pudiera llegar a hacer conmigo, pero nadie dijo que enamorarse es fácil, nadie dijo que no iba a sufrir, pero las cosas se pueden evitar.
Y yo puedo evitar sufrir.Llegué a casa, así que como ya era costumbre me bañé en la noche, sequé mi cabello y me fui a la cama, dejando atrás todos esos pensamientos, dejando descansar un momento mi cabeza.
Entre tantos pensamientos y tantas preocupaciones, mi cabeza no pudo descansar ni un segundo, ni si quiera en mi sueños, me invadían tanto esos pensamientos que los soñé.
Estaba yo sola en el parque, esperando a Matteo y de pronto apareció cerca de mi, estábamos parados, a punto de abrazarnos pero alguien tomó su mano, ambos volteamos y era Luna, entonces Matteo dudó en si quedarse o irse. Finalmente se decidió, empezaron a caminar hacia atrás y empezaron a desaparecer poco a poco.
Me desperté un poco agitada por el sueño. Respiré hondo y exhalé, teniendo una sensación de alivio, todo era un sueño. Mi cabeza no dejaba de darle vueltas a la situación.
¿Por qué de un de pronto ya dudaba tanto de Matteo? No debería dudar si realmente estoy enamorada.Era domingo por la mañana, no había nada importante que hacer así que decidí quedarme en casa y descansar de todo lo de los últimos días.
Mañana tenía entrenamiento y eso significaba tal vez ver a Matteo, yo no me sentía lista para volverlo a ver y menos cuando ya está soltero.Pasó el día rápidamente, entre una siesta, un par de películas y la comida, perdí la noción del tiempo, ya era hora de dormir, mañana temprano tenía que ir a entrenar, así que hice mi rutina de noche y me fui a la cama.
Era el día siguiente y salí temprano para ir a la pista, pues como ya dije tenía entrenamiento.
Llegué a la pista y ya estaban Benicio y Ramiro ahí, solo faltaba esperar a que Ámbar llegara.
Así que fui a la cafetería con Benicio a tomar algo, en lo que llegaba Ámbar.—Y bueno...¿Lo pensaste?— dijo Benicio mientras nos sentábamos en una mesa.
—¿Lo de Matteo?— pregunté para estar segura de lo que me preguntaba.
—Si, ¿Qué vas a hacer?— dijo Benicio, parecía preocupado por lo que pudiera pasar entre Matteo y yo.
—Si, lo pensé, mucho de hecho, pero no llegué a ninguna conclusión, no sé qué hacer, tal vez vea hasta dónde llega y si decido tomar el riesgo o no— le dije a Benicio no tan segura de lo que acababa de decir, pero era verdad, no tenía ni una conclusión y estaba totalmente confundida.
—Tiene sentido, no es una decisión fácil de tomar— dijo Benicio, comprendiendo totalmente por la situación en la que yo me encontraba atrapada.
—Gracias por entender— le respondí, cuando vi que entendió lo que le acababa de decir.
—Pero dime algo ¿Si estás enamorada de él?— me dijo, era lógico, estaba preocupado por mi situación, pero no sabía que responder, ya no sabía bien que era lo que yo sentía por él.
—S-Si, bueno, no sé, ahora todo es diferente— dije sin estar nada convencida de lo que dije, solo por no quedarme en silencio.
—No pareces muy convencida— dijo Benicio, sabía cómo me sentía, a parte creo que cualquiera se habría dado cuenta de que no estaba convencida del todo.
—Tienes razón, no estoy para nada convencida, de lo único que estoy convencida es de que estoy confundida— dije confundida junto con mi expresión.
—Y hablando del Rey de Roma— dijo, al principio no entendí, hasta que volteé hacia dónde Benicio lo hacía y estaba Matteo llegando con una rosa roja en la mano, parecía estar buscando a alguien.
No dije nada, estaba callada, observando los movimientos de Matteo, hacía dónde iba o mejor dicho, si lo que estaba en la mano era para mi.
—¿No es muy pronto?— dijo Benicio ¿Muy pronto? ¿Para qué? No entendí para nada lo que me estaba diciendo, así que solo me quedó preguntar de que hablaba.
—¿Muy pronto para que? ¿De qué hablas?— le pregunté al no entender de lo que podría estar hablando.
—Ayer terminó con su novia y no creo que esa rosa que trae en la mano sea para Luna— dijo Benicio un poco sorprendido por qué no entendido lo que me decía en un principio.
—Nadie dijo que eso es para mí— dije sería y como siempre con actitud negativa.
—¡Ay por favor Emilia! Podría apostar que es para ti, aún que claramente es muy pronto de un día para otro— dijo Benicio seguro de cada una de sus palabras.
—¿Tu crees?— pregunté, no quería ilusionarme, aún que si, ¿Para quien más sería esa rosa?.
—Obviamente— dijo Benicio seguro de sí.
Nos quedamos ahí sentados esperando lo que pudiera pasar....
Hasta que algo pasó, Matteo parecía seguir buscando a alguien y no había visto hacía dónde yo estaba, cuando Luna pasó a escasos metros en frente de mí Matteo volteó.No tardó en reaccionar y de inmediato venía casi corriendo hacia dónde yo me encontraba, pero por algo yo no quería hacerme ninguna ilusión, él seguía sin haberme visto, estaba distraído con alguien más.
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¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•
FanfictionHola, soy Emilia. Esta es una historia de... ¿Amor? ¿Puede ser esto amor? Claro, pero... amor prohibido, o solamente miedo a amar a alguien incorrecto, ¿incorrecto alguien? ¿O lo que los demás puedan decir de ti? Por el simple hecho de querer estar...