Acabó nuestra reunión y llegaba la hora de ir a casa, en dos dias iba a ser el gran evento, mañana íbamos a tener un día libre de entrenamiento, pues mañana iban a empezar a decorar todo el lugar, para la noche del viernes. Iba a tomar ese día para ir a buscar un bonito vestido y algunas otras cosas.
Salí del establecimiento con la cabeza agachada poniéndome mis audífonos, cuando alguien se atravesó en mi camino.
—¿Te puedes quitar de mi camino?— dije a la defensiva cuando vi quien era la chiquita que al parecer se me había atravesado a propósito.
—¿Y tú puedes dejar de molestar?— dijo Luna tratando de ponerse a mi nivel, pero obviamente eso no iba a pasar.
—¡Ay Lunita! Que ternura me das, eres como un pequeño perrito chihuahua enojado, no das miedo— dije expresando ternura, sarcásticamente, pues esta chiquita solo me causaba dolor de cabeza, esto mientras le daba unas palmadas en la cabeza, pues es muy bajita.
—¿Cómo te soportan a ti?— preguntó Luna, a la defensiva, pero esto solo le saldría al revés.
—Por qué no soy hipócrita, por eso a ti ya nadie te soporta— dije rápidamente, pues ella no se iba a salir con la suya, esto mientras quitaba su sonrisa de esperanza.
—¿Qué ya no me soportan dijiste? estás muy equivocada nena, tengo muchos más amigos que tú— dijo Luna, tratando de hacerme sentir mal, pero esta chiquita es tan inocente.
—Ups, me adelanté, espero que la sorpresa no se arruine con eso— dije tapándome la boca con la palma de la mano, era una pequeña muestra de lo que se venía para ella.
—¿De qué hablas?— dijo Luna confundida, con su misma cara de ridícula de siempre, esta chiquita en serio no cambia de expresión.
—De nada, pronto te enterarás— dije hilando un ojo al final, dándome la vuelta para tomar camino a mi casa.
Pobre, se había quedado ahí parada pensando a lo que me refería, pero la espera no será mucha para ella.Llegué a casa, cené, realicé mi rutina nocturna y me fui a dormir.
Desperté un poco tarde, pero me arreglé rápidamente para dirigirme a buscar un buen vestido para mañana. Me iba a encontrar con Ámbar en el centro comercial.
Llegué y empecé a dar vueltas por el centro comercial, para empezar a ver por encima algunas tiendas, Ámbar no tardó en a parecer, pues a los cinco minutos ya estaba ahí.—Hey, hola— dije cuando la vi más cerca de mi, pues nos habíamos visto a lo lejos pero solo nos acercamos.
—¿Lista para mañana?— dijo Ámbar muy emocionada, pues si iba a ser divertido, pero no me parecía la gran cosa. Pero esta emoción no era por el evento.
—¿Y por qué tanta emoción?— dije entrecerrando los ojos, pues sabía que la emoción de Ámbar por mañana era igual que la mía.
—¿Tan obvia soy?— dijo Ámbar soltando un suspiro, Ámbar es muy buena disimulando, pero no estas cosas.
—Mucho y ma aloe que te conozco, suéltalo— dije mientras empezaba a caminar, pues no nos íbamos a quedar paradas en medio de todos, todo el tiempo.
—¡Ay! Bueno, te lo iba a decir mañana, pero no puedo disimular, iré con Simón— dijo Ámbar aún más emocionada, parecía que estaba a punto de saltar de la emoción.
—Sabía que no era por la fiesta, que bueno que mañana vas a pasarla bien y más con quien te gusta— dije feliz, pues ambas pasaríamos una linda noche.
Entramos a varias tiendas, Ámbar encontró primero un vestido de su agrado y después yo encontré uno que me pareció hermoso, ambas contentas con nuestras compras, nos dirigimos a su casa, pues me había invitado a pasar la noche con ella, pues mañana Matteo y Simón nos recogerían en su casa.
Llegamos y solo pude pensar en encontrarme a esa chiquita insoportable, pero para suerte mía, no estaba, solamente esperaba no encontrármela ni una vez mientras yo estuviera en casa de Ámbar.
Estuvimos en el cuarto de Ámbar todo el tiempo hasta que cayó la noche, ni si quiera salimos para cenar, pues nos habían llevado la cena a su cuarto, pero si me había percatado de que Nina, la mejor amiga de Luna también había venido a pasar la noche aquí.
Llegó la noche entre risas y charlas que mantuvimos Ámbar y yo, nos fuimos a dormir temprano, pues teníamos que estar al cien por ciento mañana, pues a parte de que íbamos a pasarla muy bien, íbamos a hacer una presentación.
El gran día había llegado, Ámbar y yo despertamos nerviosas, pues nos ponía más nerviosas la presentación, que cualquier otra cosa que pudiera pasar.
Bajamos a desayunar y nos encontramos con la grata sorpresa de que la niña insoportable y su mejor amiga también iban a desayunar con nosotras, pero no había de otra, solo intentar pasar la comida sin vomitar, solo la tenía que ignorar.Terminamos de desayunar y aún que no me la pasé nada bien subimos para empezar a organizar todo para empezar arreglarnos.
Ámbar se dio una ducha y luego yo, nos empezamos a pintar las uñas y a hacer cosas de ese tipo, nos maquillamos y peinamos, empezamos desde temprano, pues sabíamos que juntas, entre risas y tanto hablar nos íbamos a tardar muchísimo, estábamos en lo correcto, pues nos tardamos una eternidad arreglándonos, pero nada fue en vano.Estuvimos algunos minutos sentadas hablando y riendo, cuando escuchamos que Luna y su mejor amiga se habían ido, pues ellas iban a ir solas, pero unos minutos después de que ellas habían salido escuchamos el timbre y mi celular sonar, era Matteo quien me marcaba para decir que ya habían llegado, bajamos, salimos con una gran sonrisa dibujada en el rostro.
—¡Wow! Te ves hermosa— dijo Matteo abriendo muy bien los ojos, haciendo que su misma sonrisa de felicidad se me contagiara.
—Gracias, tú no te quedas atrás— dije un poco sonrojada, tocándole la nariz con mi dedo índice.
Subimos al coche y nos dirigimos al lugar.
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¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•
FanfictionHola, soy Emilia. Esta es una historia de... ¿Amor? ¿Puede ser esto amor? Claro, pero... amor prohibido, o solamente miedo a amar a alguien incorrecto, ¿incorrecto alguien? ¿O lo que los demás puedan decir de ti? Por el simple hecho de querer estar...