—¡Oye Ámbar! ¿Qué te pasa?— dijo Luna enojada, parándose al asustarse por el golpe que di en la mesa, pero yo igualmente estaba molesta.
—¡¿Qué que me pasa a mi?! ¿Qué te pasa a ti chiquita?— dije casi gritando, pues está chiquita me saca totalmente de mis casillas, es demasiado insoportable.
—Mira Ámbar, yo no entiendo nada de lo que me estás diciendo, así que te me vas calmando por que a mí no me vas a tratar así— dijo Luna dándome órdenes, pero al haber dicho eso, no sabía en lo que se había metido.
—¿Me estás dando órdenes tu a mi?— dije molesta señalándome pues no podía creer lo que acababa de hacer.
—No debiste haberlo hecho— dijo Benicio advirtiendo lo que se venía, había cometido un gran error.
—Mira chiquita, tú no me vas a decir qué hacer y que no hacer, que a tus amiguitos tontos les puedas decir qué hacer no significa que yo, voy a estar de estúpida haciendo todo lo que una niñita insoportable me dice— dije muy enojada, pero Benicio no me dejo terminar, pues esto ya se estaba saliendo de control.
—Aún que todo eso es cierto, no vinimos a eso— dijo Benicio, deteniéndome, mientras ponía una mano en mi hombro.
—¿Si no es a molestar a qué vienen?— dijo Luna, esta niña no entendía cuando se debía callar la boca.
—Vinimos a ponerte en tu lugar y dejarte bien puesta donde debes estar— dije después de rodar los ojos, estaba llegando al borde de mi paciencia.
—¿Ya me podrían decir a qué vienen?— dijo Luna viéndonos con indiferencia, no era la única que no quería tener esta conversación.
—Mira Lunita, te voy a decir una cosa, a Emilia no le lograrás hacer daño— dijo Benicio, tratando de empezar para terminar de hablar de una vez por todas.
—Pues parece que ya lo hice ¿No?— dijo Luna sonriendo, orgullosa de lo que había hecho.
—No, te equivocas, no le lograrás hacer el daño que nosotros te podemos hacer a ti, por qué con los Red Sharks no te metes— dije muy amenazante, pues yo no iba a permitir que Luna se volviera a meter entre Emilia y Matteo.
—¿Me estás amenazando?— preguntó Luna, al parecer si entiende lo que le tratamos de decir.
—¡No! Esto no es una amenaza, es una sugerencia para ti Lunita— dije tomándole el hombro, pero ella lo quitó después de sentir mi mano sobre el.
—Lo único que queremos es que entiendas, por qué si entiendes ¿No? Que a Emilia y a Matteo ya no te les acerques, por qué te va ir muy mal— dijo Benicio, ambos la estábamos poniendo en su lugar, ya nadie soportaba a esta chiquita.
—Ahora son defensores de Matteo y si me acerco a ellos ¿Qué?— preguntó Luna, asegurando no tener miedo de lo que podamos hacer.
—Te vas a arrepentir— dije esas últimas palabras para voltear a ver a Benicio e irnos, nuestro trabajo aquí estaba hecho, solo faltaba que la chiquita esa pudiera entender bien lo que le conviene.
Benicio y yo salimos del lugar y nos dirigimos cada uno a casa, pues mañana nos encontraríamos temprano con Emilia para contarle todo.Narra Emilia
Al entrar a casa me dispuse a olvidar todo, nadie podría recordármelo o hacerme pensar en todo, pues mañana tenía que estar tranquila para cualquier cosa que me pudieran decir los chicos, yo sé que hicieron lo mejor para mi, por qué eso es lo que hacen unos buenos amigos.Llegó el día siguiente y me iba a encontrar más temprano con mi equipo, o sea mis amigos, para que me contaran todo, desperté, me arreglé como debía por que después se venía el entrenamiento y salí de mi casa para dirigirme a la pista.
Llegué a la pista, a la zona de la cafetería y ya estaba los tres sentados, pues al parecer esperándome, habían sido muy puntales y es posible que ya le hubieran contado todo lo qué pasó ayer a Ramiro.
Me acerqué rápidamente, para ya saber que estaba pasando.—Entonces...¿Qué pasó?— pregunté ya cuando había llegado a la mesa mientras me sentaba junto a ellos.
—Todo bien Emi— dijo Ámbar ¿Todo bien? Ayer estaba todo súper mal, hasta parecía que nunca se iba a solucionar.
—¿Qué hicieron?— pregunté, pues no me estaban dando ninguna respuesta des las que yo quería saber.
—Matteo no la besó, fue Luna la que le dio el beso— dijo Benicio, sonriendo, para ese entonces yo ya me había perdido en la platica, como ya era costumbre.
—Entonces ¿Todo bien con Matteo?— pregunté, pues no lo podía creer ¿Cómo habían solucionado todo esto?
—Todo bien Emi y no te preocupes por Luna, ella ya sabe que a ti no se pude acercar o le irá muy mal— dijo Ámbar, como siempre haciendo sus sugerencias a la gente.
—¡Ay chicos! Los amo, son los mejores, muchas gracias, no sé qué haría sin ustedes la neta— dije casi entre lágrimas, mientras los abrazaba, pues no pude haber conseguido mejores amigos.
—Y nosotros te queremos a ti Emilia— dijo Ramiro, literalmente nosotros éramos como una muy buena familia.
—¿Qué estas esperando Emilia?— dijo Ámbar riéndose, pero ¿Qué estaba esperando de que?
Creo que soy muy mala entendiendo las referencias.—¿Esperando para que?— Pregunté para saber de qué hablaba Ámbar, pues nunca entendía bien que era lo que me intentaba decir.
—Para que vayas con Matteo, Emilia— dijo Ámbar aclarando mis dudas.
Pero era cierto, todavía me faltas a ir con Matteo.—¡Es cierto! Bueno, iré a hablar con él— dije soltando un suspiro, era momento de hablar con Matteo, todo parecía ya estar solucionado.
—¡Suerte!— dijo Ámbar cuando yo ya me estaba levantando para irme con Matteo.
Era el momento, iba a ver a Matteo, ya con todas mis dudas aclaradas, sin nadie que nos pudiera interrumpir, sin confusiones o mal entendidos, ya estaba todo aclarado, solo faltaba ser felices juntos.
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¿Cuándo pasó esto? |Emitteo| •Terminada•
FanfictionHola, soy Emilia. Esta es una historia de... ¿Amor? ¿Puede ser esto amor? Claro, pero... amor prohibido, o solamente miedo a amar a alguien incorrecto, ¿incorrecto alguien? ¿O lo que los demás puedan decir de ti? Por el simple hecho de querer estar...