Capítulo Final "Parte III"

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—¿Cuando nos sacaran de aquí? ¡Me quiero ir!—gritó Chaz molesto dándole a la celda haciendo ruido haciendo que nos quejáramos. —¡No soporto estar aquí joder!—volvió a gritar. Quería irse de ahí, todos queríamos irnos. Apenas habíamos sobrevivido una noche. ¡Una noche encerrados en esta maldita celda! no creo poder aguantar un día mas. Creo que ninguno podría aguantar otro días mas en esta maldita celda. ¡Era el mismísimo infierno estar aquí! No era la primera vez de nosotros en una celda, pero jamás pensamos que volveríamos a terminar en una. ¡Y mucho menos una como esta! Toda sucia, con mal olor, con frio y para el colmo con un solo banquito donde apenas podían sentarse dos personas. ¡Dos! Y ni hablar sobre el baño; un maldito inodoro todo sucio que daba vista a todos los presos. Ni loco ninguno de nosotros lo usaríamos. Era asqueroso solo imaginarse que muchos ojos te miraran mientras hagas tus necesidades. ¡Eso era incomodo!

—¡Cállate, deja dormir!—gritó Peter del otro lado de la celda y apreté la mandíbula. El solo hecho de escuchar su maldita voz me daban ganas de golpearlo y borrarle su estúpida sonrisa. ¡Quería matarlo! Pero a este paso ya ni fuerzas tenia, ninguno tenia. solo queríamos dormir, o al menos intentarlo. El maldito piso estaba demasiado frio y sucio.

—Solo quiero irme—se quejó Chaz deslizándose hacia el piso junto a los demás que trataban de dormir uno recostado del otro. ¿Cómo podían intentar dormir? ¡Este lugar daba miedo! No había estado en una celda desde hace años, mucho menos había tenido ataques de pánico ni claustrofobia, pero ahora mismo sentía que las paredes estaban cerrándose sobre mi y me costaba respirar. ¡Necesitaba salir de aquí!

—¿Te quieres callar de una vez?—bufó Riley molesto. —Porque lo digas no va a ocurrir un milagro cabrón—dijo y todos estuvimos de acuerdo. Por mas que gritáramos pidiendo salir, nadie iba a escucharnos. El cabrón de Cyrus había cerrado la puerta y se había negado a entrar porque estaba harto de escucharnos quejarnos y pelear. Y mucho menos alguien vendría a sacarnos, o al menos ninguna de nuestras mujeres había venido excepto la mía, pero no quería ni pensar en ella. Si lo hacia solo me entraría mas rabia y ganas de matarla. Porque iba hacerlo; iba a matarla en cuanto saliera de aquí por haberme dejado pasar la noche aquí cuando ella muy bien sabia que este lugar me traía malos recuerdos. ¡Ella sabia que era claustrofóbico! Podría morir acá dentro y a ella le daba igual. Así que todos estábamos jodidos, incluso Louis también estaba jodido. A pesar de ser el jefe de Dylan y de Cyrus, ninguno de los dos lo dejó salir. Ni siquiera cuando los amenazó con despedirlos. No nos quedaba mas remedio que esperar las malditas 48 horas en donde estudiaran nuestro caso, los cargos presentados en ambas partes y la decisión de llevar el caso ante un juez o no. Honestamente me daba igual la decisión que tomaran, lo único que quería era salir de este maldito lugar y dormir una eternidad. ¡Y en una cama!

—Necesito salir de aquí, no creo poder aguantar mas sin ir al baño—se quejó Alfredo y todos asentimos de acuerdo con él. No estaba seguro cuanto mas podríamos aguantar sin ir al baño.

—¿Estas bien papá?—pregunté al ver como hacia una mueca de dolor mientras se removía en su silla de ruedas. Era un milagro que le hayan permitido quedarse con la silla, sino hubiera sido peor.

—No puedo creer que tu madre me haya dejado aquí—bufó molesto y me encogí de hombros. No me sorprendida que mamá y las demás nos hayan dejado aquí, no cuando mi chica estaba al mando. De eso estaba seguro, ___ le había prohibido a las chicas que no nos sacaran y para ser sincero me lo merecía. Merecía que mi chica me dejara aquí, que mi cara estuviera a punto de reventar debido a todas las hematomas que tengo por los golpes y que mis bolas sigan latiendo debido a los golpes. Esto era poco con lo que de verdad me merecía. Nunca me perdonaré haber dañado la fiesta de cumpleaños de mi princesa. Aun me dolía recordar como hace unas horas mi princesa había venido a verme y me había acusado de haber dañado el mejor día de su vida. ¡Joder! Eso me había dolido en el alma. Yo jamás quise dañar su fiesta, su mejor día, de hecho me había estado esforzando para hacerlo el mejor para ella, para que estuviera feliz. podía cerrar los ojos y me imaginaba sus ojitos llorosos, su mirada de decepción y su vocecita quebrada. ¡Maldita sea! era el peor papá del mundo. Había lastimado a mi princesa, la había hecho llorar y la había asustado, y eso era algo que iba a perseguirme por el resto de mi vida. Pero voy a recompensárselo, en cuanto salga de aquí voy a recompensarle a mi princesa todo lo mal que había hecho. Eso si, espero que mi princesa me perdone, o sino moriré. Me asusta la idea de que tal vez mi princesa no me vea con los mismos ojos, que ya no me considere su héroe, su chico problemas. ¡Me muero si eso pasa! Jamás podría vivir sintiendo que mi propia hija me odia. Es por eso que iba a recompensárselo, quería que todo fuera como antes, que ella fuera como antes. Y que todos incluyéndola en especial, olvidáramos todo lo ocurrido las ultimas horas. Sobre todo que olvidara a ese mocoso. De solo pensar en él, se me revolvía el estomago y las ganas de matarlo crecían. ¡Quería matarlo! No solo por haber causado problemas entre mi chica y yo, sino por haberse atrevido a meterse con lo mas sagrado que tenia; mi princesa. ¡Mierda! Quería borrar la cara de ese mocoso de mi mente, pero en lo único que podía pensar en todo lo que le hizo a princesa. Pero eso ya no seria problema. Mi princesa jamás volvería acercarse a ese mocoso estúpido. Si tengo que cambiarla de colegio, lo haré, pero ese niño jamás volverá a ver a mi princesa, aunque creo que eso no será necesario luego de que mi princesa le dejó claro a ese mocoso que jamás iban a estar juntos y que jamás tendrá un novio. Así que en parte eso me tranquilizaba, mi princesa estaba haciendo las cosas bien.

Troublemaker is Back  {Julieta Bieber}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora