Troublemaker is Back {Julieta Bieber}

Parte IV

—Mami, ¿Qué dijo la profesora?—pregunté mientras ella terminaba de bañar a cosita. Él amaba las duchas, no como yo que odiaba bañarme.

—Que eres una niña muy aplicada y muy inteligente, pero con un comportamiento inapropiado de una niña—dijo y bufé. Maldita maestra fea. ¿Quién se creía para decirme eso? ¿Comportamiento inapropiado? ¡Yo no había hecho nada!  Solo por llevarle la contraria ya era una malcriada y una mala niña ¿No? Ugh, por eso odio el colegio. –Quita esa cara bebé, en parte tiene razón—dijo secando a cosita que reía moviendo su chupete. –No puedes ir por ahí dándole órdenes a los adultos porque eres una niña y son ellos los que deben darte órdenes a ti—dijo y bufé cruzándome de brazos. –Si, sé que papá y tus tíos te permiten dar órdenes, pero eso es acá, no en el colegio—dijo poniéndole el pañal antes de mirarme. –Tampoco puedes ir por ahí molestando a tus compañeras porque te caigan mal y mucho menos ir por ahí pegándole a los niños solo porque se te acercan—dijo y reí al recordar cómo le di una patada a un niño porque me había tocado mi coleta.

—Pero no quiero que se me acerquen mami—bufé y está sonrió asintiendo terminando de vestir a bebito. El rey de la buena vida.

—Lo sé, y sé lo que tu papá te dice todos los días, pero no por eso vas a ir pegándoles a todos los niños que se te acerquen o sin querer te toquen, lo mismo va para Isaac y Daniel—suspiró negando. –La maestra me dijo que si no te comportas puede que te cambie de salón y tú no quieres eso ¿Verdad?—preguntó y rápido negué. No quería que me separan de mis primos.

"Tampoco de Travis"

Negué en un bufido. Ese niño feo. ¿Por qué no dejaba de pensar en él? ¡No me interesaba! Solo me interesa que me traiga yogurt de fresa todos los días nada más.

—Bien, entonces a partir de ahora compórtate—dijo y asentí. Si no me quedaba otra opción tendré que comportarme. Ni loca dejaba que me cambien de salón sin Isaac y sin Daniel. –Ahora ve a hacer tarea en lo que hablo con papá—dijo y la miré con preocupación. –Es sobre otra cosa cielo—dijo y asentí con alivio. No quería que papi se enterara de los reportes que tenía en mi segundo día.

—Te espero mami—dije besando su mejilla y la de bebito antes de salir rumbo a mi habitación. Pero no iba hacer mi tarea, eso es aburrido. ¿Para que trazar las letras y los números? ¿Qué? ¿Estábamos en kínder o qué? Por Dios, yo ya estaba aprendiendo a escribir cursivo ya. Vi como papá se dirigía a la habitación con mamá cerrando la puerta detrás de él y corrí pegándome en la puerta para escuchar.

—Tengo algo que decirte amor—empezó mamá y me asomé con cuidado a ver que hacían. Papá nunca cerraba la puerta por completo. Papá cargaba a cosita mientras mamá terminaba de recoger todo lo que uso con este. –Te mentí hoy, no fui hacer la compra sino hablar con la profesora de Isa—dijo.

—¿Por qué me mentiste?—preguntó papá molesto y mamá se sentó en su regazo ya que bebito estaba acostado en la cama. Era la única manera de mantener a papá tranquilo. Él molesto era la guerra mundial.

—Porque cada vez que te digo que debo ir al colegio piensas que pasó algo malo—bufó mamá y papá rio. Era cierto, papá rápido se ponía histérico pensando que Andrés había hecho algo malo o que le habían hecho algo, o que me hicieron algo.

—¿Entonces?—preguntó y mamá suspiró.

—La profesora y la directora creen que es mejor que Julieta este dos grados más arriba del qué está ahora—dijo mamá y fruncí el ceño. ¿Qué significaba eso? ¿Estar en el mismo grado que mi hermano? ¡Pero si él está casi en cuarto grado! Yo apenas había entrado a primero.

—¿Qué diablos? ¿Con Andrés?—preguntó papá y mamá asintió. –No nena, definitivamente no—dijo y mamá suspiró. Me alegraba que papi dijera que no, yo tampoco quería eso. Ósea yo estaba grande y era madura, pero no quería estar en ese grado. ¿Qué iba hacer sin mis primos?