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La definición de su rostro se resume en solo una palabra: Sorpresa...
Es obvio que no esperaba que le pidiera que me llevara a una clínica mental, pero esa sorpresa no dura mucho ya que pasa de su expresión de sorpresa a una en blanco.

- Eh, para que quieres ir ahí?

- Es... Algo personal.. Pero si no quieres llevarme le pediré a alguien más.

- No es eso... Es solo que no esperaba que me pidieras que te lleve justo a ese lugar...

- Te entiendo, solo que... Necesito hablar muy seriamente con alguien que esta en ese lugar...

- Esta bien, pero... Crees que terminemos con esto antes de las siete? Tengo una cena con mi familia.

- Claro, seguro terminaremos en menos de una hora.

El solo me da una sonrisa de medio lado y pone el auto en marcha.

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Cuando llegamos a la clínica, me empiezan a dar leves escalofríos. Este lugar da miedo, osea... No es tan vieja pero... Tiene sus años, es un no tan viejo edificio un tanto destartalado.

- Este ligar es tétrico-. Susurra Samuel a mi lado.

- Parece que no soy la única que piensa eso-. Digo volteando a verlo con una sonrisa.

Entramos un tanto inseguros, cuando llegamos a la recepción veo a la joven recepcionista que se esta comiendo con la mirada a mi acompañante, carraspeo para llamar su atención y para que deje de mirarlo como si fuera el ultimo pote de Nuthella del mundo.

- Los puedo ayudar en algo?- pregunta mas para Samuel que para mi.

- Si, venimos a ver a Gardenia Del Pino.

Ella me examina con la mirada y cuando termina sonríe complacida pensando que yo no soy competencia con ella.

- Un segundo por favor- dice antes de guiar la vista a la computadora-. Gardenia esta en la habitación B51, piso 3. Antes de que ingresen necesito que llenen esta forma.

Me entrega una hoja de papel, completo todo y cuando me pide un numero de teléfono miro a Samuel y miro la hoja, él esta por poner su número pero antes de que siquiera llegue a tomar la pluma pongo el mio, se que esto fastidiara a la recepcionista, que por cierto segun su placa se llama Megan.

Le doy una cordial sonrisa y me dirijo al ascensor con la penetrante mirada de odio de Megan. Escuchó la ronca y suave risa de Samuel a mi espalda.

- Gracias- dice en un susurro mientras las puertas del ascensor se cierran.

- Para eso están los amigos. - digo sonriendo.

- Si... Amigos. - su tono de vos ya no parece tan divertido, por que sera?

AnteojosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora