ROSE (Harry Styles)

6

-Si- los segundos más bochornosos de
mi vida están aquí.Harry me miro con una cara de preocupación que ni puedo describir y Samantha me miro con el ceño fruncido. - ¿S-si podríamos parar en segundo en una farmacia?.

-Ah... Claro creo que hay una cerca.- Harry volvió su mirada al frente.

Unos minutos más tarde paramos en una farmacia y baje a comprar una cajita de dulces porque obviamente no podía comprar ningún medicamento. Cuando retomamos el camino dejamos a Samantha primero.

- Así que ¿Sam va a trabajar en tu empresa?.- comente para aliviar el ambiente un poco.

- Si pero ya no es totalmente mi empresa.

- Ah no?

- No ahora la maneja Erick pero yo la sigo supervisando. Y ¿Que fue eso de "si"?

- No lo sé... Fue por instinto.

- Entonces si te llamo "cariño" me contestarás.- dijo con una sonrisa arrogante.

- No... Solo fue un accidente déjalo morir ¿Bien?

- Bien, lo dejaré pasar.

- ¿A dónde vamos?

- A un parque.- así que nada de lujos ahora.- no puedo llevarte a un restaurante o un lugar público por qué fue una noticia grande que... Estoy casado y no te quiero exponer a ti ni a mí.

- No necesitas dar explicaciones es obvio que no haremos nada malo.

-Malo.- repitió.- el parque es aquí, deja aparco.

Cuando estacionó bajamos y buscamos una de esas típicas bancas con una mesa en medio. Cuando logramos encontrar una yo me senté de un lado y el en frente mia.

- Lamento mucho haberte besado, pero lo que te dije es verdadero. El alcohol no ayudo en nada para expresarme y creo que todo lo que dije fue como si fuera un estúpido adolescente celoso. Pero sé que lo nuestro acabo, lo tengo claro y no pienso insistir porque tú tienes a... Alguien.

- Harry nos tendremos que ver todos los días y no quiero pasar el resto de mis días evitandote o sintiéndome incómoda a tu lado.

-¿Entonces vamos a olvidar todo lo que pasó entre tú y yo?

De repente una serie de flashbacks llegaron a mi mente: la fiesta, el primer día que me dio clases, cuando corrí a besarlo, el campo de golf, el cuarto vino, cuando arriesgo su vida por mi y todas las mañanas en París.

- Si.- intenté decirlo lo más bajo posible porque sé que yo me estaba rompiendo el corazón de solo recordar.

- Supongo que somos unos extraños ahora.

- Así es, no actuaremos raros ni yo frente a tu esposa ni tu frente a mi madre.

- Debo de llevarte a casa antes de que sea demasiado tarde.- lo mire al rostro y logré ver sus ojos algo llorosos. Auch.- no me quiero arrepentir de dejarte ir.- se levantó y empezó a caminar a su auto.

Me dejó sin palabras, me quedé unos segundos sentada en la banca para procesar todo lo que nos dijimos y después seguirle el paso.

Todo el viaje fue silencio pero no incómodo o al menos para mí no, fue como si de verdad al momento de decir "si" en vez de borrar las memorias que tenía a su lado las trajera todas ahora. Para mí este auto estaba lleno de nuestras sombras divirtiéndose con la radio o peleando por elegir la siguiente canción pero ahora solo somos dos cuerpos sentados juntos fingiendo ser extraños.

- Rosallie.- detuvo el auto en frente de mi casa.- se que no lo harás ahora pero espero que algún día me perdones por todo el daño que te hice.