-2-

4.9K 218 58
                                    

Me puse mi uniforme, la falda azul marino con el saco del mismo color, camisa blanca y una corbata de rayas verdes y azules. Es demasiado formal, no me gusta del todo pero se ve lindo.

Tomé mi mochila y bajé a la cocina, mi hermana ya estaba ahí igualmente con su uniforme e impecable. Elisa estaba ahí moviéndose de un lado a otro buscando algo de comer, yo tomé una manzana y le di una mordida, mi mamá apareció en la cocina.

-¿No me digas que nada más vas a desayunar eso, Elena? -dijo mi mamá con tono de preocupación mirando la manzana y a mi alternadamente, yo le di otra mordida a la manzana- Come algo más, por favor.

-Ya hay que irnos o nos va a dejar el autobús -dijo mi hermana, ella también había agarrado nada más una manzana, se acercó a mi mamá y le dio un beso en la mejilla, yo me acerqué e hice lo mismo, salimos de la casa.

Cuando salimos el autobús ya estaba esperándonos, antes de subirme vi a una chica subiéndose a un auto a dos casas de la mía, era una chica rubia, llevaba el mismo uniforme que yo y había un chico con ella, él llevaba un pantalón gris oscuro, con saco azul marino, camisa blanca y corbata negra, el cabello del chico es de color miel.

¿Quiénes son?, no los había visto nunca. ¿Cuándo se mudaron aquí?

Me senté en el penúltimo asiento del lado de la ventanilla y el autobús avanzó, saqué de mi mochila un libro y comencé a leerlo, casi siempre leo en el autobús así que ya no me mareo, ya me acostumbré, afortunadamente.

Llegamos a la escuela y fui a mi salón, me senté en mi lugar y esperé a que la maestra de Lengua llegara mientras seguía leyendo mi libro.

Sí... no tengo muchas amigas, ninguna en realidad, me hablo con algunas chicas de vez en cuando, pero no creo que pueda llamarlas "amigas", sólo nos hablamos cuando son cosas referentes a la escuela.

Pasaron las horas y llegó la hora del receso, fui a sentarme a la orilla de una jardinera, saqué mi celular,  me puse mis audífonos y lo puse en reproducción aleatoria, abrí mi libro en donde había dejado el separador y me puse a leer otra vez, estoy leyendo "Cinder", es una adaptación de "La Cenicienta", aquí en vez de que se le caiga la zapatilla se le cae el pie porque es una ciborg, lo estoy disfrutando mucho la verdad.

Levanté mi mirada del libro por un momento, me quedé viendo a las niñas que estaban a mi alrededor, no las escucho pero sé perfectamente de qué están hablando, hace dos semanas que regresamos a la escuela, todas siguen hablando de sus vacaciones, viajes a Europa y demás.

Agradezco estar en una escuela privada, pero odio que todas siempre estén tratando de competir por todo, como con los chicos, había escuchado que una de ellas conoció a uno en sus vacaciones y mantiene la esperanza de que una relación a distancia funcione.

Ingenuas.

Desde que había recibido esa decepción el fin de semana con Cristian, el pensar en chicos me causaba y un poco de repulsión, al igual que pensar en tener cualquier tipo de relación con ellos.

Sentí como el audífono derecho fue retirado de mi oreja, delicadamente miré en esa dirección, esperando ver a alguna monitora o profesora, pero en lugar de eso vi una bonita sonrisa.

-Hola- me saludó.

-Hola.

-Soy Renata, soy nueva.

La chica que vi en la mañana subiéndose al auto a dos casas de la mía, debía de ser ella, ¿no?

-Soy Elena -contesté sin saber muy bien qué decir.

Se sentó a mi lado sin invitación, ella seguía sonriendo, no pude evitar que una pequeña sonrisa se dibujara también en mis labios, tiene de esas sonrisas que te ponen de buen humor y te es imposible corresponder el gesto.

No cambiaría ninguna cosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora