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Me bajé del auto de Marco, me despedí de los dos, entraron a su casa, al parecer ninguno se dio cuenta del auto estacionado frente a mi casa, yo caminé a mi casa ignorando por completo el auto pero él me vio y salió, yo lo ignoré, estaba a unos pasos de mi casa, "por favor que no me vea, por favor que no me vea"...él me tomó de la mano, me giré.

-Te dije que hoy no podía, por favor vete.

Me miró de arriba a abajo, sus ojos se detuvieron en mis labios, sonrió con picardía.

No puede ser.

-Sí, ya veo, estuviste ocupada con alguien más, ¿fue con esa chica y el chico de esa casa? -señaló con el pulgar la casa de Renata.

Sentí cómo mi cara se ponía roja.

-Con ninguno de los dos -se acercó a mí, puso sus manos en mi cintura y me pegó a su cuerpo- Por favor ya vete.

-¿Y si le hablas a tu amiga y nos divertimos los tres?

Claro, claro que tenía que decir eso, no me sorprende que algo tan repugnante haya salido de su boca.

¿Por qué tenía que meterme en esto?, todo porque quería salir de una confusión que no era realmente una confusión, todo por haberle contestado un mensaje, todo por haberle dado mi número, todo por haber tomado su mano cuando me invitó a bailar, siento que ya no me va a dejar sola nunca, siento que si le digo que me deje en paz sólo se va a acercar más, pero no quiero ir con él, no quiero gritar por ayuda, no quiero tener que explicar lo que él es para mí ahora, el chico con el que perdí mi virginidad por una tontería, no puedo porque eso implicaría explicar otro tipo de cosas que no estoy lista para decírselas a mi mamá mirándola a los ojos.

-Tengo que ir a mi casa, es tarde.

-Podemos entrar entonces.

-No, ya lárgate, no quiero que me vuelvas a buscar.

-¿Por qué?, te gusto y me gustas.

-No, no me gustas, nunca me gustaste, fingí todo así que ya lárgate.

-No puedes fingir eso.

-Soy lesbiana, ¿eso es suficiente?, ¿me crees ahora?

Se me quedó viendo como si nunca hubiese escuchado aquella palabra en su vida, me soltó.

Era la primera vez que decía eso en voz alta, se sintió algo extraño pero me siento de haber dicho esas dos palabras en voz alta.

-¿Esa chica es tu novia? -no le contesté, él lo tomó como una afirmación- supongo que no sabe lo que tú y yo hicimos la otra vez -de nuevo no contesté, él no tiene porque saber esas cosas- ¿o sí?

-Sólo déjame en paz, por favor.

-Me voy a ir, pero esta no es la última vez que me divierta contigo, ¿un beso de despedida?

Se acercó a mí, nuestros labios se unieron, no lo empujé al instante, me quedé ahí en frente de él el tiempo suficiente para que sus manos apretaran mi trasero y metiera su lengua en mi boca, lo empujé, él sonrió victorioso, me acorraló contra la pared, puso sus manos a cada lado de mi cara.

-¿Qué vas a hacer?

Él acercó una de sus manos a mi cara, le di una bofetada, dio un paso atrás, se veía un poco enojado, yo estaba muerta de miedo y a dos segundos de ponerme a llorar, ¿cómo es que esto está pasando y nadie se está dando cuenta?

-Ya verás.

-¿Qué es lo que quieres de mí?

-Eso ya lo sabes.

No cambiaría ninguna cosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora