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Antonio había llegado al orfanato en el que Lola trabaja hace una semana y ha tenido muchos problemas con los demás niños, al parecer lo golpeaban, le quitaban su comida y se la pasaban ofendiéndolo, se reían de él, de su nombre, por eso no quería decírmelo, no puedo creer que fueran tan crueles con él, como si no hubiera sido suficiente tener a una madre drogadicta y a un padre totalmente desinteresado, por suerte la madre no le haba pasado su adicción durante el embarazo.

En fin, el niño necesitaba un lugar en donde quedarse donde estuviera cómodo y mi mamá se ofreció a cuidarlo, es un niño bastante lindo así que no da mucho trabajo y no hace ruido, la mayoría del tiempo es como si él no estuviese en la casa.

Por ahora estará con nosotras un mes, luego tal vez se la pase yendo de casa en casa hasta que alguien decida adoptarlo, no puedo creer todo lo que ha sufrido ese niño y todo lo que va a sufrir. No se merece algo así, es muy pequeño parta haber vivido tantas cosas de mierda.

Por ahora Antonio sólo habla conmigo, no le hace mucho caso a Elisa y mi mamá sólo le habla cuando es necesario y solo dice cuatro cosas: "sí", "no", "por favor" y "gracias", no sé por qué confía en mí si lo hice llorar cuando nos conocimos.

Ahora está viendo uno de mis libros, lo sostiene como si nunca hubiera tenido uno entre sus manos, tal vez sí sea el caso.

-¿Te gusta leer? -le pregunté sentándome en el suelo con él.

-No sé leer- dijo avergonzado y dejó el libro en su lugar sin dejar de verlo.

Ah sí, tiene cinco años, ya he olvidado lo que yo sabía hacer a esa edad, ¿yo sabía leer a los cinco años?, creo que no, creo que a penas estaba aprendiendo.

-¿Quieres que te enseñe?

Sus ojos se iluminaron cuando dije eso, asintió con la cabeza, sus chinos se alborotaron, sonreí, no puedo con su cabello, me encanta.

Comenzamos repasando el abecedario y luego cómo sonarían si juntábamos una letra con otra, las sílabas, una vocal y una consonante, él entendió todo muy rápido, fue un momento muy agradable. Va a aprender a leer muy pronto y espero que se enamore de los libros como lo estoy yo.

Al parecer en el orfanato también lo molestaban porque no sabía leer, claro, los niños de siete años no toman en cuenta que un niño de cuatro años (casi cinco), no sabe leer o que está aprendiendo a hacerlo, a esa edad quien tiene más conocimientos es superior a los demás automáticamente y se toma demasiado en cuenta la edad, entre más grandes sean los niños significa que pueden mandar a los niños que son menores a ellos, es horrible.

En la niñez tampoco todo está lleno de felicidad y Antonio conoce el lado más oscuro de esta.

Hay muchas personas que no tienen ni idea de cómo tener un hijo, a veces no es su culpa, no es algo que te enseñen en la escuela y tampoco es que muchas personas estén interesadas en aprender la forma correcta, son decisiones importantes que muchas veces se ven influenciadas por un millón de factores y es por eso que no se toman las elecciones correctas.

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La fiesta de Tamara llegó, Marco nos llevó y también se quedó a la fiesta, Tamara le pidió que se quedara en cuanto lo vio, es atractivo, él vio que no había nadie de su edad por ahí así que negó la invitación (además de que no iba vestido para la ocasión), dijo que la pasáramos bien y que lo llamáramos cuando quisiéramos irnos para venir a recogernos.

Parecía una princesa gótica, me había hecho un delineado un poco grueso y me había puesto un labial oscuro, sí... yo daba miedo y Renata parecía una princesa, ¿por qué tenía que vestirme así?, pude haber lucido menos aterradora si hubiera usado colores más claros pero, me gustan estos colores, así que... ya ni modo, hice lo que pude con las cosas que tenía en mi bolsa de maquillaje.

No cambiaría ninguna cosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora