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Abrí un poco mis ojos, me estiré en mi cama y al hacerlo me caí de ella, al parecer había dormido justo en la orilla de la cama, mi cama no es tan pequeña como para me caiga así como así, el que me cayera  provocó que me empezara a doler la cabeza como si no hubiera un mañana, me sujeté la cabeza con las manos y cerré mis ojos con fuerza tratando de soportar el dolor.

-Siento que me pasó un camión encima -escuché una voz ronca y adormilada desde la cama, en seguida vi a Renata sentarse en la cama y tallarse los ojos-. No me acuerdo de nada después de como las once de la noche, ¿tú recuerdas algo?

-No -dije sin siquiera tratar de pensar en lo que había pasado en la noche, el dolor estaba siendo demasiado fuerte, miré la botella casi vacía en el suelo, la tomé y la metí dentro del cajón de mi buró, ya la tiraría luego cuando mi mamá no estuviera en la casa.

-¿Qué diremos si preguntan qué hicimos?

-Hablar... escuchar música, ver una película... eso fue lo que pasó, en la primera parte.

-Bien, entonces diremos eso.

Esto último lo dijo en un tono de enojada, supuse que era porque le dolía la cabeza igual que a mí, me levanté del suelo y salí de mi habitación, bajé a la cocina y tomé un vaso de agua, busqué dos aspirinas, me tomé una y luego volví a subir a mi habitación para darle a Renata la otra pastilla. Le ofrecí el vaso y la pastilla ella tomó el vaso de agua y la aspirina.

Me senté a la cama. Me miré en el espejo, estoy hecha un desastre, tocaron a la puerta, solté un pequeño gruñido y me paré a abrir, era mi mamá.

-Vamos a desayunar.

-¿A dónde?

-Con Daniela, nos vamos a las nueve, Renata también está invitada.

Esto último lo dijo más como una orden que como una invitación, creo que ya tiene hambre, ¿qué hora es?, ¿a qué hora nos dormimos?

Renata y yo nos miramos, ninguna quiere poner un pie fuera de la cama.

-Ok -contestamos.

-Arréglense -eso me lo dijo más en un susurro.

-Ok...

Cerré la puerta.

Daniela es una amiga de mi mamá que tiene un restaurante, es un lugar pequeño y muy lindo, es rústico, muy cálido, siempre huele a café y la comida está rica, que es lo más importante de todo.

Encendí mi celular, tenemos hora y media.

¡¿Son las siete y media de la mañana?!¿Qué clase de tortura cruel es esta?

-Mi mamá te invita a desayunar con nosotras -le dije a pesar de que ella ya estaba informada de esto, ella aún no está cien por ciento despierta.

-La avisaré a mi mamá que voy a llegar más tarde- dijo con su voz ronca encendiendo su celular, cuando terminó de escribir el mensaje metió su mano en una de la bolsa de frituras y comenzó a comerlas sin ganas.

Renata se cambió en el baño, tuve que prestarle algo de ropa, ella sólo había traído su pijama y unos dulces (que nos comimos anoche mientras veíamos la película). Se cambió en el baño, no sé por qué, no tenía nada de malo que nos cambiáramos las dos juntas en mi habitación, somos chicas, tenemos lo mismo, no pasa nada pero ella quiso cambiarse en el baño.

-¿Me veo bien?

Dijo acomodándose la playera dentro de jean negro deslavado.

Ay wow, nunca la había visto sin el uniforme, anoche la vi en pijama, pero ahora... ahora ella es "wow".

No cambiaría ninguna cosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora