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-No lo hagas, no voy a dejar que lo hagas.

-Sólo es cabello Elena, deja de ser tan dramática por favor.

Se quiere teñir el cabello de negro, no quiero que lo haga, su cabello es hermoso así tal cual es (ella es hermosa así tal cual es), no quiero que arruine su cabello pintándoselo, no soy nadie para decirle que no lo haga pero no quiero que lo haga, ¿qué tal que me enamoro más?

-¿Por qué negro?

-Es castaño, ya no exageres, es un año nuevo quiero cambiar mi cabello, todas las chicas o personas en general  lo hacen en algún momento de su vida no es nada del otro mundo.

Ya no puse ninguna objeción y vi cómo se teñía el cabello, he de admitir que me gustó más como se veía con el cambio, pero no le hice saber cuánto me estaba gustando, soy algo orgullosa en algunas ocasiones, en ocasiones demasiado insignificantes para ser sincera, además de que también soy algo dramática.

Yo me quedé leyendo un libro mientras ella hacía el procedimiento sola, le había dicho que no la iba a ayudar a arruinarse el cabello, pero me dan ganas de ir a ayudarle, pero no lo voy a hacer porque le dije que no lo haría, fijé mi vista en la misma línea de hace quince minutos, no puedo pasar de ahí porque no puedo dejar de mirar lo que hace.

A veces odio que tenga tanto poder sobre mí.

Debió de pasar un poco más de una hora porque me quedé dormida, cuando abrí mis ojos ella ya tenía el cabello teñido de color chocolate, ¿cómo es posible que se vea más hermosa que antes?, me quedé embobada viéndola, ella no había notado que estaba despierta, cuando sus ojos conectaron con los míos sonrió, se sacudió el cabello con la mano.

-Hola Bella durmiente -sentí como mis mejillas se llenaba de calor- ¿te gusta?

-Tal vez.

-¿Tal vez?, ¿qué significa ese "tal vez"?, o me veo muy mal o, no quieres admitir de me veo bien, dime, ¿cuál de esas dos opciones es?

Se acercó a mí, la punta de su nariz tocó la mía, ¿es posible que sus ojos se vean más azules ahora?

-Creo que sabes la respuesta -dije en un susurro entrecortado, ella empujó la puerta de su cuarto con su pie, escuché cómo esta se cerró, se sentó a horcadas sobre mí, me tomó la cara entre las manos.

-¿Por qué estás tan nerviosa?

-¿De qué hablas?

-De que te estoy poniendo nerviosa -se inclinó sobre mí y unió sus labios con los míos, comenzamos a moverlos en sincronía, justo como en la primera vez, como si nuestros labios ya hubieran sabido que hacer desde ese momento, como si siempre hubieran sabido que tenían que estar juntos

-Me pones nerviosa, y te ves bien con ese color -dije sin apartar mis labios de los de ella, sentí como sonreía sobre mis labios.

-Ya sé.

Puse mis manos en su cintura, besarla es como estar en el maldito cielo. Mis manos comenzaron a hormiguear, cómo si su blusa le estorbara, mis dedos acariciaron el borde lentamente, temerosos y disfrutando de las corrientes eléctricas que se provocaron cuando tocaban su piel cálida.

Nos separamos y unimos nuestras frentes, mi corazón está como loco en estos momentos.

-¿Estas consciente de que aún no tenemos nuestra "primera cita"? -le digo.

-Sí, pero te juro que no puedo aguantar a hacer esto.

-¿Qué cosa?

Aquí estoy yo fingiendo demencia para que vuelva a besarme.

No cambiaría ninguna cosa ✔️Donde viven las historias. Descúbrelo ahora