💌 Quintoagésimaprimera Sonrisa

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– ...Estamos aquí.

Tn, Kaneki y Ayato habían llegado finalmente al Distrito 19. La voz de Kimi se oyó por los comunicadores.

– Habla Nishino. Kirishima, srta. Tn, por favor pónganse la máscara, tú también Kaneki, por precaución.

Los tres se colocaron las máscaras de gas, a petición de la doctora.

– El aire aquí es terrible –habló Ayato.– Una vez terminemos esto nos vamos, bastardo híbrido.

– ...Ya sé.

– Hay un hueco enfrente –dijo Tn.–, y múltiples caminos que se extienden desde ahí...

El trío avanzó por aquel hueco, adentrándose a él, encontrando allí varios "huevos" con "monstruos" dentro.

– ...Los huéspedes anteriores.

– La toxina de verdad ¿Sale desde ahí?

– ¿Puedes enviar imágenes dese ahí?

Kaneki tomó unas fotografías a la enorme masa de kagune, enviándoselas a Kimi.

– ...Así que los bastardos hechos en la raíz son despachados en la superficie. Entonces debemos eliminarlos de la estructura rizomática. Los de aquí no contienen ninguna toxina. Por favor, vayan más a fondo a investigar.

– Entendido.

Los tres comenzaron a escalar aquel kagune.

– Asco. Todo pegajoso –se quejó el peliazul.

– Ayato, ¿Estás bien...? –preguntó el albino, preocupado.

– Bueno...No exactamente... –respondió entre jadeos.– El aire se vuelve aún más sucio. Como si estuviera dentro de un bicho.

– Trata de no entrar en pánico, o podrías quedarte sin aire –aconsejó la fémina. Él asintió.

– ¿Tú cómo te sientes, Tn?

– Bien. Me arriesgo a decir que también soy inmune.

– Ya veo... –murmuró. Habló a Kimi.– Srta. Kimi, las formas de los descendentes de aquí son distintas de los que vimos antes.

– ... ¡No hay dudas, es del tipo que contiene la toxina! La toxina de verdad está aquí...

– Srta. Kimi...

– ¿Qué pasa...?

– Veo algo enorme. Parece que algo se proyecta desde el oviducto...

– Notas de Kanou...Archivos y...

– Solo necesito un poco más de ayuda...Yo puedo hacerlo...

– Bien...Vamos de prisa.

Los tres comenzaron a avanzar de nuevo, con más rapidez. En un punto, saltaron; y al hacerlo, varios de aquellos "huevos" cayeron también, abriéndose y dejando salir a los monstruos de dentro.

– ¡¿Sus alarma se activaron o algo?! –gritó Ayato.

– Maldita sea... –gruñó Tn.

– ¡Debemos ir abajo, rápido!

Al llegar abajo, el kagune comenzó a moverse, alarmando al trío.

– ¡Corran! –gritó Kaneki.

Los tres comenzaron a correr. En un momento, Ayato se detuvo y arrojó la mochila que llevaba; Kaneki y Tn también se detuvieron, mirándolo con confusión.

Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura WashūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora