💌 Sexta Sonrisa

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La noche se había hecho presente en Tokyo. La luna brillaba en el oscuro cielo.

Nimura se había quedado en Kabukichō a esperar el anochecer, y ahora que ya estaba oscuro, decidió ir a aquel lugar donde le habían dicho que podría encontrar a la chica a la que tanto buscaba.
Llegó a un antro; tal como le habían dicho, éste tenía las paredes pintadas de negro y letreros de neón brillando. La puerta era vigilada por dos sujetos de gran tamaño vestidos de negro.
El pelinegro se acercó a ellos.

– ¿A dónde vas, flacucho? –preguntó uno, interrumpiéndole el paso.

– Vengo a ver a alguien.

– ¿Qué eres?

– ¿Eh? –pensó un momento.– Entiendo.

Nimura mostró su ojo ghoul, cerrando el que era común. Los tipos se miraron y asintieron, dejándolo entrar.
El lugar estaba a oscuras, solo iluminaban algunas luces de colores parpadeantes y los lásers. Había mucha gente dentro, bailando y bebiendo; todos tenían máscaras.

 Había mucha gente dentro, bailando y bebiendo; todos tenían máscaras

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Nimura se acercó a la barra. Un camarero lo atendió.

– Una cara nueva, ¿Eh? –rió.– Bienvenido.

– Gracias –sonrió.

– ¿Qué tomas?

– En realidad...estoy buscando a alguien.

– Si es un cliente habitual, puedo buscarle. ¿Quién es?

– Ella es "la jefa" –dijo, sonriendo. Al joven tras la barra comenzaron a temblarle las manos.– La conocen como...Agrath...

El camarero soltó la copa que tenía en la mano, haciendo que ésta se estrellase contra el suelo, partiéndose en pedazos.

– ¿A-Agra-th...? –tartamudeó con nerviosismo.

– Sí, quiero hablar con ella.

– Eh...Con ella... –miró al suelo, los cristales rotos.– Ah...Bien... –lo miró.– Sígueme. Y no llames la atención.

El joven salió de atrás de la barra y llevó a Nimura hasta una puerta bastante escondida con un cartel que decía "solo personal autorizado". Tras pasar por ella, el joven miró al pelinegro.

– Sigue por este pasillo, hay una puerta negra al final. Esta custodiada, pero tal vez te dejan pasar.

– Gracias.

– Y...ten cuidado. No queremos mas muertos en el bar.

– No se preocupe –sonrió.

El joven camarero se fue, dejando solo a Nimura; el pelinegro sonrió y comenzó a caminar por el largo pasillo hasta dar con la puerta del final, la cual, tal como le había dicho aquel, era custodiada por dos ghouls de aspecto de matones callejeros; además, de ella colgaba un cartel que rezaba "Memento Mori".

Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura WashūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora