Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura Washū

💌 Cuadragésimatercera Sonrisa

Nimura cayó hacia atrás a los ojos de un desconcertado Urie, sin embargo, su caída se detuvo antes de que tocara el suelo.

– ¿Quién anda ahí? –preguntó mientras se quitaba la bala de la cabeza.– Entrando a la sala del Director en Jefe sin permiso...éste no es el baño, ¿Saben?

– Sí...Estuve a punto de llamar "baño" a éste lugar.

A la oficina había llegado Marude, a quien ya creían muerto, junto a varios ex-investigadores. Nimura se puso de pie.

– Me limpiaré esto en el baño –dijo, pasando su dedo sobre la sangre que salía de la herida en su frente.

– Estás despedido –dijo Marude.– ¡Ahora mocosos. Vamos a tomar de vuelta el CCG! –gritó.

– ¡Entendido!

Todos los recién llegados sacaron grandes armas, con las que apuntaron al Director y comenzaron a dispararle. El cuerpo de Nimura se movió con frenesí al recibir tantos impactos de bala, cayendo finalmente al suelo. Marude detuvo la balacera al creerlo muerto. El kagune de Nimura salió y atacó a todos. Los investigadores se sorprendieron, y Marude sacó un arma de balas quinque con la que disparó al pelinegro. La lluvia de balas comenzó de nuevo mientras Nimura se levantaba.

– Fghh...Estos ilusos, sabrán lo que pasa cuando se meten conmigo... –comenzó a correr.– ¡Les mostraré a todos...que soy uno con el viento! –gritó y saltó por la ventana.– ¡Como un ave!

– Un ave, ¿Eh? –dijo alguien que saltó tras él.

Nimura volteó la cabeza, divisando tras él a Matsuri con una espada en su boca.

– ¡¿Matsuri?!

– Haré un poco de sashimi para ti.

Matsuri atacó a Nimura con la katana en plena caída, sin embargo, el Director logró esquivarlo y caer bien, para luego correr, huyendo del lugar.

[Cafetería]

Al pagar el café, los tres salieron de aquella cafetería, siendo seguidos por el escolta de Tn.

– ¿Realmente tu guardaespaldas debe seguirnos?

– Órdenes del sobreprotector de mi esposo –rió.

– Woow, lo llamaste esposo –le colocó una mano en la frente.– ¿Acaso tienes fiebre? ¿Te llevó con un médico?

– ¡Aki! –rió, apartando su mano.– Estoy bien, tonto.

– Estás mejor de lo que creímos que estarías –sonrió Nao.

– Gracias, creo –rió.

– ¡Tn! –gritó alguien.

Los tres se detuvieron, mirando detrás. A lo lejos venía Nimura corriendo a toda velocidad.

– ¿Nimura?

Él sonrió y la abrazó, levantándola del suelo y comenzando a girar por el impacto. Cuando se detuvo, la bajó y rió.

– Estás bien...

– Ah. Sí, lo estoy. Hablamos hace unos minutos, ¿No?

– Sí, es solo que...me preocupé por ti.

– Nimu-chan, tienes...tienes una herida en la frente –dijo mientras limpiaba la sangre que le corría en la frente.

– Ah, no es nada –sonrió.

– ¿No es nada? Parece la herida de una bala, ¿Qué pasó?

– Una emboscada.

– ¿Cabra?