💌 Trigésimoseptima Sonrisa

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[Kabukichō]

Tn había salido del Distrito 24, aun bajo las insistencias de Kaneki de no hacerlo y sin decirle a nadie, había aprovechado que todos dormían o estaban ocupados para salir de allí. Caminaba ahora por las calles de Kabukichō, con un cigarro en su mano y una botella de alcohol en la otra; iba a paso tambaleante, pues no era la primera botella que bebía en lo que iba de la noche. Se detuvo de golpe al oír pasos tras ella, pasos apresurados que parecían correr en su dirección; frunció el ceño y se giró, con el kakugan activado en sus ojos y lista para la pelea.
Frente a ella se detuvo alguien de traje negro y camisa blanca, con una corbata roja hecha moño y una máscara de payaso. Ella frunció mas el ceño, sabía quién era aquel.

– Nimura...Hijo de perra.

– Auch –rió y se quitó la mascara, guiñándole un ojo.

– ¿Qué demonios quieres? ¡Vete al diablo!

– ¿Estás ebria, cariño?

– No te importa eso, largo.

– Si me importa, eres mi mujer –se acercó a ella, mientras ella retrocedía torpemente.– Vamos, vayamos a casa para que descanses –extendió su mano.

– ¡Púdrete!

Tn comenzó a correr, adentrándose a un callejón, pero para su mala suerte éste no tenía salida. Nimura rió mientras se le acercaba, haciéndola retroceder.

– Vamos Tn, sabes que no te haré nada.

– ¡Lárgate! –le arrojó la botella.

Nimura se movió unos centímetros, esquivando la botella, rió y la miró.

– Tienes buena puntería aún estando ebria. Que bien.

Él siguió acercándose, y ella retrocediendo hasta que su espalda chocó contra la pared, avisándole que ya no tenía salida. Nimura se acercó rápidamente y la acorraló contra el alto muro, sonriendo.

– No tienes escapatoria de mí, Tn. Vendrás conmigo.

– ¡No quiero!

– Lo harás.

Nimura tomó a Tn de la cintura y la cargó sobre un hombro, como a una bolsa, luego comenzó a caminar mientras ella protestaba intentando que él la soltará, algo inútil en su estado.

[Día siguiente]

Tn despertó con una horrible jaqueca, no recordaba muy bien la noche anterior. Sintió algo metálico rodear sus muñecas, y pronto notó que estaba de pie y esposada, además de que llevaba un vestido negro en lugar de la blusa y jeans de la noche anterior.

 Sintió algo metálico rodear sus muñecas, y pronto notó que estaba de pie y esposada, además de que llevaba un vestido negro en lugar de la blusa y jeans de la noche anterior

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Miró a un lado, viendo la ropa que llevaba anoche doblada sobre una silla, junto a sus zapatos y su chaqueta sukajan.
La puerta frente a ella se abrió, dando paso a un hombre vestido de negro, éste era Nimura...

Sonríe, Tn... 💌 Souta Nimura WashūDonde viven las historias. Descúbrelo ahora