c i n c o

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05✨Dulces sueños tormentosos

—¿Qué es el amor? Algunos lo describirían como un sentimiento, una premonición, un aliento de vida. En el programa de hoy, nos aseguraremos de responder a esta pregunta, pero antes, demos paso a la publicidad...

Tomé el mando y apagué el televisor sin miramiento. La lluvia seguía sin cesar y empezaba a creer que la casa iba a terminar bajo las profundidades, ¿iba este lugar de mala muerte a ser la próxima Atlántida? Esperaba que no, no me había traído flotador.

Los rayos seguían golpeando zonas, para mi gusto, demasiado cercanas. Recorrían el cielo indiferentes de todo lo que los rodeaba y castigaban los conreos de los campesinos como truenos, inundando la oscura noche como si un gigante se quejara de un dolor sórdido e impugnable.

Una vez había abierto la puerta de entrada y el misterioso chico había entrado, este no había vuelto a moverse del lado contrario del sofá al que yo me había sentado. Podría llegar a pensar que no respiraba de lo quieto que permanecía.

—¿Quieres algo para comer mientras esperamos a que Satanás deje de azotar la casa?

—No, gracias.

—¿Algo para beber?

—No, gracias.

—¿Alguien a quien estrangular?

—¿Hablas siempre tanto?

—¿Te presentas en la casa de personas que no conoces siempre tanto? —Mofé. Min giró su cabeza, alejando la vista del detergente que anunciaban y viéndome.

—Me encontraba indispuesto a llegar a mi casa con la que estaba cayendo.

Respiré profundamente durante unos segundos, sin pronunciar palabra. Era un chico tan extraño.

—¿No eres de por aquí cierto? —Yoongi negó con la cabeza después de quedarse pensativo— ¿De dónde vienes?

—Nací aquí, pero tuve que irme por asuntos familiares.

—¿Y qué te trae de vuelta a este lugar?

Yoongi volvió a quedarse en silencio mientras me miraba fijamente a los ojos. Dos opciones, o había algo de lo que no quería hablar y le incomodaba, o realmente era un asesino en serie y no quería que supiese su plan malvado.

—Estoy buscando a alguien —Dijo cuando estuve a punto de volver a centrarme en la televisión, que por cierto, ya habían terminado los anuncios y volvían a discutir un asunto tan relevante como "el amor platónico".

—Oh, ¿cuál es su nombre? Puede que le conozca, es difícil no conocer a todo el mundo aquí, o al menos haberlo visto.

—No... no sé su nombre.

—Oh, vaya... Es una buena forma de buscar a alguien, no saber su nombre. Sí, perfecta.

—¿Eres siempre tan simpática?

—Oye, nadie te obliga a estar en mi casa a altas horas de la noche en las que preferiría estar durmiendo a estar viendo un programa de mierda. Haber escogido otra casa en la que acampar amigo.

—¿Tienes sueño?

Oí preocupación en su voz. Aquellos ojos negros me observaron con anhelo. Por primera vez en toda la noche, el castaño se había movido, concretamente, lo había hecho para poder entablar una mejor conversación, o al menos aquello quería creer. Si debía ser sincera, Yoongi era un chico hermoso, idílico, algo pálido y con cara de muerto, pero aun así era como un príncipe salido de las tinieblas. Era inquietante y me incitaba a conocerlo más.

—Puedes irte a dormir si por mi concierne, no voy a robar ni a desmantelar nada.

—¿Enserio? —Asintió— ¿De verdad crees que voy a dejar un desconocido en casa mientras me voy a dormir? Es decir, no solo por el hecho de que los padres se pasan el día repitiendo la frase de "No dejes entrar a nadie en casa si estás solo" y segundo, ¿tú tienes idea de lo que me haría mi madre si se enterase de que he dejado a un desconocido pasar la noche aquí? Mientras estuvieses tú probablemente te invitaría a café y después de preguntarte sobre tu vida te echaría amablemente con la excusa de que tenemos trabajo que hacer, pero luego... luego me colgaría del pelo y haría vudú con mi cuerpo.

—Tienes una madre curiosa. Parece divertida.

—Ýoongi, eres tan comprensible —Sonreí irónicamente. Su carácter se parecía tanto al mío que me daban ganas de darle una patada. ¿Esto era lo que la gente sentía cuando yo les hablaba con mi ingenio? Muy probablemente sí.

—Vas a terminar durmiéndote en el sofá, y como invitado, tendré la obligación de llevarte a la cama, y sinceramente, esa bolsa de nachos que te has zampado en diez minutos, no me inspira mucha confianza a que no se me parta la espalda en cualquier momento al cargarte.

—¡Pero bueno, y estas confianzas! —Sonreí sin querer. Parecía muerto por fuera, pero puede que hubiese algo simpático dentro de él.

—De verdad, vete a dormir. Prometo que mañana por la mañana me habré ido.

Me puse de cuclillas en el sofá y rapté hasta llegar al punto en el que Yoongi se encontraba sentado. Depositó suavemente su cabeza hacia atrás hasta llegar al reposabrazos del sofá para observarme con más facilidad. Se lamió el labio inferior, rosado, sin apartar sus oscuros ojos de los míos. Sentí como mi rostro se calentaba. Suerte tenía de que estuviésemos casi a oscuras a excepción del brillo que salían de la televisión.

—Aunque quiera irme a dormir, tienes que entender que no puedo dejar a un extraño en mi casa, vagando como si fuera la suya. ¿Lo entiendes? —Asintió como pudo— Bien. Pues aquí me quedo.

Volví despacio hasta el cojín que ya había tomado la forma de mi trasero y me dejé caer ahí, rendida por el sueño que iba ganando terreno en mi cabeza. Tomé el mando del aparato de TV, pasando un canal tras de otro, esperando encontrar lo que fuese que me inspirase y evitase que me quedara dormida en el sofá con aquel chico a mi lado. Di tres vueltas completas a todos los canales que había y me planteé sincronizar la televisión para encontrar nuevos que no estuviesen seleccionados y guardados en el aparato, pero finalmente cedí y apagué aquel cachivache. Coloqué uno de mis brazos por encima de mis ojos y suspiré pesadamente. Eran ya las cuatro de la mañana según mi reloj y al día siguiente, tenía que ir al instituto. Genial.

—Me iré ahora. Gracias por haberme acogido —Levanté una ceja aturdida, los sonidos a mi alrededor se encontraban entumecidos por el sueño— La tormenta ya se ha calmado, así que me voy.

Noté como Yoongi me cubría con la manta de mi cama y acolchaba levemente la tela del cojín a ambos lados de mi cabeza.

—Espera... ¿cómo he llegado hasta mi habitación?

—¿Cómo te llamas niña?

—Jee... ¿a qué viene eso ahora Min?

—Nos vemos mañana, Jee.

Yoongi sonrió, mostrando unas blanquecinas encías que parecían tener un déficit de riego sanguíneo.

Me habría asustado si no hubiera sido porque el sueño había decidido tomarme antes incluso de que pudiese terminar de abrir los ojos. Pero juraría, que de aquellos orbes negros, un resplandor rojizo había emanado como si hubieran sido bañados por un río de sangre.

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Hola sí he terminado mis exámenes si tenéis peticiones para que actualice algo avisadme chau os quiero ♥

Blood ✥ Myg ⁑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora