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06✨Declaración venidera

Di un vuelco en la cama cuando el sonido de la alarma me despertó

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Di un vuelco en la cama cuando el sonido de la alarma me despertó. Caí al suelo, dándome justo en la cadera, lugar en el que probablemente iba a tener un buen moratón. Eran poco más de las siete de la mañana. Sí, había dormido tres horas en toda la noche y probablemente iba a quedarme sobada en cualquiera de las clases que tenía por delante.

Abrí las ventanas, en busca de los desperfectos que la tormenta habría provocado. Inundaciones, casas destruidas, árboles tumbados... Pero no, nada de nada. Las calles se mantenían igual de perfectas que antes, como si no hubiese habido un temporal la noche anterior. Como si todo hubiese sido un simple sueño.

—¡Peque baja a desayunar! —Fruncí el ceño, extrañada por el hecho de que mamá se encontrara en casa a tan tempranas horas de la mañana. Me vestí y acicalé rápidamente para posteriormente, encontrármela sentada en uno de los taburetes de la pequeña mesa de la cocina. Lucía cansada, con unas profundas y pronunciadas ojeras violáceas.

—¿Qué haces aquí tan temprano mamá?

Besé su mejilla con suavidad, sabiendo que ahora mismo necesitaba un poco de amor. Me lo agradeció con una leve sonrisa que se esfumó pocos segundos después.

—Debo ir a trabajar por la mañana, y como la tormenta amainó hace unas horas, decidí pasarme para cambiarme de ropa y asegurarme de que mi hija no hiciera pellas.

—Mamá, yo no me salto el colegio si no es por una razón de mucho peso.

—¿Cómo la última vez que te saltaste la escuela porque según tú, había un cerdo que no te dejaba salir de la casa?

—Eso fue hace diez años. ¿Vas a recordármelo mucho más?

—La...

—Además, tú aprovechaste que había dicho aquello para ir a comprar ropa para ambas por las vacaciones, así que, ¿de qué te quejas?

—Cuando tienes razón, tienes razón —Sonrió genuinamente mientras terminaba de beber el café humeante en su taza favorita— Bien cariño, me voy, nos vemos esta noche, te quiero.

—Y yo a ti mamá, no te cargues demasiado. —Negó con movimientos demasiado bruscos e hizo ademán de cerrar la puerta— Oh, ¿y tú quién eres, joven?

Miré perpleja la puerta que mamá aún sujetaba abierta, ¿con quién demonios estaba hablando ahora? Me acerqué con la intención de decirle que dejara de alucinar voces, pero lo que me encontré me dejó más pasmada de lo que podría cualquier rastro de esquizofrenia.

—¿Sabías que este señorito estaba esperándote aquí fuera para ir al instituto?

Miré a Yoongi, perpleja, ¿qué hacía él frente a mi casa?

—Vamos Jee, termina ya de desayunar o llegaréis tarde. ¡Tened ambos un buen día!

Bebí el café de un trago y me pasé las manos por el pelo, esperando que eso ayudara ligeramente a no parecer que ni me había mirado al espejo.

—¿Qué haces tú aquí? —Pregunté al extraño a quién había conocido apenas la noche anterior.

—Te dije que íbamos a vernos hoy.

—¿Y crees que eso te da derecho a esperarme delante de la puerta de mi casa, cómo si fuésemos amigos de toda la vida? —Se encogió de hombros.

—Tenía ganas de verte —Sentí mi corazón dar un vuelco.

No supe que contestarle a aquello, así que opté por hacer lo que se me daba mejor. Huir. Cerré de un portazo y me aseguré de que estaba bien cerrado al dar un par de vueltas al pomo con las llaves en él. A continuación, colgué en mi espalda la mochila que había dejado la noche anterior preparada en la entrada y comencé a caminar rumbo al instituto, esperando que Yoongi no me siguiera y que no tuviera que contestarle nada a lo que me acababa de decir. ¿No se suponía que aquello se lo decían las parejas o amigos a los otros? Él no era mi amigo, ni mi pareja, ¡ni nada! Era un simple desconocido que había pasado a conocido la noche anterior, ¡la noche anterior por Dios! No hacía ni veinticuatro horas que lo conocía. Además, recordaba vagamente que él me acompañase a la cama, para yo quedarme completamente dormida. ¿Y si realmente había robado algo? ¿O se había aprovechado de mí? Comencé a sudar pensando en si la pastilla del día después aún serviría en mí. Era demasiado joven para tener hijos. Demonios, ni siquiera sabía si quería tener hijos.

—Puedo oler tu paranoia desde aquí —Habló Yoongi, perturbando mi enorme monólogo interior.

Me di la vuelta para saber dónde estaba. Se encontraba un par de metros detrás de mí, andando a un paso demasiado lento como para seguirlo sin desesperarse. Cuando nuestros ojos se cruzaron, le saqué la lengua y apresuré mis pies, intentando alejarme del chico.

No sirvió de nada, porque en cero coma lo tenía caminando a mi lado.

—¿Tan mal huelo? —Le contesté a lo que me había dicho segundos atrás.

—Hueles muy bien.

Sentí como me sonrojaba, ¿a este niñato que le pasaba?

—¿Te incomoda estar conmigo?

Me frené, recibiendo una mirada dubitativa por su parte. Tuve que cruzarme de brazos para darme más firmeza y no sentirme tan pequeña a su lado como realmente era, intentando evadir la realidad.

—Te conocí ayer por la noche, estabas empapado, pasaste la tormenta en mi sofá, me llevaste a la cama y esta mañana me esperabas frente a mi puerta, como un príncipe azul. La que debería preguntar, soy yo. ¿Por qué?

Estuvo callado durante unos segundos. Se mordió el labio en el proceso. A medida que iban pasando los segundos, lo único que podía sentir era como los nervios aumentaban. Iba a llegar tarde a clase e iba a llegar con un ataque al corazón.

—Me gustas.

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Sé que es corto but fuck it

Al diablo con la vidaAAAAaAaAAaAaaAa

He empezado a trabajar en un lugar durante el verano.

MI JEFE ESTÁ PARA BABEARLE ENCIMA

Necesitaré fuerzas para no escribir ninguna historia sobre un jefe y su asistenta

Jajasalu2, ya existe y se llama Home lmao

Nos vemos dentro de poco, chau♥

pd: Yo sé, muy en el fondo, que mis notas a final de capítulos, random, os gustan ;)


Blood ✥ Myg ⁑Donde viven las historias. Descúbrelo ahora