Jyu.

428 67 5
                                    

–¿Esos son Ichimatsu y Choromatsu? –preguntó el de azul con curiosidad, ya que no veía con claridad las siluetas de dichos chicos. El rojo se fijó en donde señalaba el segundo y pudo ver que estaba en lo cierto.

–Sí, definitivamente son ellos. ¿Desde cuando van juntos? –cuestionó el mayor, algo confuso y asombrado, ya que siempre creyó que no se llevaban bien.

–Creía que no se llevaban muy bien. Pero parece que se entienden. –dijo Karamatsu, también observando atentamente a los dos chicos que hablaban animosamente.

–¿El inicio de un nuevo amor? –cuestionó juguetón, riendo ante aquella extraña pareja.

–Osomatsu, por dios. Aunque, jamás había visto a Ichimatsu así... –comentó, mirando como parecía disfrutar de su compañía de una manera especial. –No, no, nos lo hubiesen dicho.

–Hay muchas cosas que no sabemos los unos de los otros. –volvía aquel aire melancólico y misterioso que tanto intrigaba a Karamatsu.

–¿Hay algo qué no sepa de ti? –preguntó con cierta curiosidad el segundo Matsuno, y el mayor esbozó una sonrisa algo traviesa que hacía que sólo quisieses saber más sobre él.

–Puede. –respondió, dándole más misterio a su persona.

–¿Lo sabré algún día? –preguntó de nuevo. Quizás sonaba muy extraño, pero a pesar de ser hermanos tenia la sensación de no conocer en absoluto al mayor. Y quería conocer a ese Osomatsu oculto que nadie conocía.

–No creo que sea capaz. –afirmó inseguro, pues aquello que tanto ocultaba bajo llave en su corazón eran sus tan incorrectos sentimientos. Y no tenía pensado confesarlos al azul jamás.

–¿No confías en mí? –cuestionó, algo apenado, pues quizás no le había ofrecido la confianza suficiente para que sintiese que podía hablar con él sobre todo lo que le atormentara.

–No, no es eso. Es que no confío en mí. –dijo, bajando la mirada, deseando que cambiara de tema o incluso que se lo reprochara. Qué le reprochara el ser tan egoísta siempre, el daño que le había hecho.

–Esperaré hasta que estés preparado. –y contra toda esperanza, de nuevo mostraba una bondad muy poco merecida para Osomatsu. Y éste, no pudo evitar sonreír.

–Gracias. –agradeció, y ambos se sonrieron con ternura. Y el mayor decidió seguir con el tema anterior. –Entonces... ¿Quién crees que sería el activo de los dos? –preguntó, y Karamatsu no podía tener más claro aquello.

–Definitivamente Ichimatsu. Es imposible que Choromatsu pueda serlo. –respondió seriamente, y los dos se miraron fijamente. Y como de costumbre, estallaron a carcajadas por toda la estupidez de sus comentarios.

–Todos son una bola de idiotas. ¿No crees, Jyushimatsu nii-san? –cuestionó Todomatsu junto al quinto, quienes también habían salido para seguir a sus hermanos, -idea que fue cortesía del rosado-.

–¡Síp! –exclamó el alegre chico, con su sonrisa habitual, coincidiendo en ideas con el menor de los seis, que dió un suspiro al ver que ambas parejas seguían igual.

–Vámonos antes de que nos contagien la idiotez.  –dijo, dando media vuelta para volver a casa, y Jyushimatsu solo obedeció. Giró su cabeza para mirar de nuevo a los mayores y puso una apenada mueca.

¿Cuánto tiempo más seguiréis haciéndoos daño el uno al otro por miedo a vuestros sentimientos?

[...]

–¡Estamos de vuelta! –exclamó el mayor, entrando en casa junto al azul, siendo los últimos en llegar a dicho lugar.

–Explicaselo a quien le importe, Inutilmatsu. –dijo con un desprecio notable Todomatsu, que miró mal al mayor de todos y sacó una risa a Karamatsu por aquel apodo. No podía reprocharle nada, puesto que al segundo era a quien siempre le ponían motes dañinos.

–Totty, qué cruel eres con onii-chan... –dijo, haciendo un puchero completamente falso en el intento de dar cierta lástima a sus hermanitos. Observó como el de verde comentaba algo en voz baja con el de morado y no pudo evitar comentar algo sobre ese asunto. –¿Choropajerovski tiene un nuevo amigo?

–Deja de llamarme así, Inutilmatsu. –se limitó a responder el tercero, ignorando por completo el tan odiado apodo que le había sido otorgado por un simple error. El error de no encerrarse en el baño.

–¡No soy inútil! –se quejó con los mofletes inflados el de rojo, cruzándose de brazos por tal ofensa. Cuando se giró para comentarle algo a Karamatsu, vió que ya no se encontraba en la habitación.

–Sí, lo eres. Los dos mayores lo sois. –dijo Ichimatsu, sin tan siquiera mirar a su hermano.

–¿Karamatsu? ¿Él por qué? –cuestionó, ya que él nunca se metía con nadie a diferencia de él. Pensó que, de nuevo comentarían algo acerca su actitud dolorosa, pero no lo hicieron.

–¿Qué ha pasado esta mañana entre tú y él? Karamatsu nii-san estaba muy raro. –preguntó Choromatsu con cierta curiosidad, ya que aquella cuestión no se desvanecía de su cabeza.

–Recuerdo que estuvimos hablando... Pero nada más. –y no mentía, puesto a que todo lo demás le resultaba completamente borroso en su cabeza. Dedució que era a causa del alcohol consumido.

–¿Sobre qué? –siguió Todomatsu, ladeando la cabeza.

–Le pedí perdón por comportarme como un idiota con él. Por iniciar una discusión. –siguió con la explicación, esperando a que se dieran por satisfechos.

–¿Discusión? –e intervino el cuarto hermano, siguiendo con el interrogatorio.

–¿Desde cuando sois tan cotillas? –cuestionó, ya molesto por tanta pregunta sobre aquel tema que prefería olvidar.

–Desde que sabemos lo que sientes. –le recordó el mismo Ichimatsu, con una sonrisa perversa que se asomaba en sus labios.

–Esto es mucho más entretenido que la televisión. –bromeó Todomatsu, sonando inocente con palabras perversas.

–Hijos de... –cogió aire y se calmó antes de seguir hablando. –En fin. Discutí con él porqué... No quería que avanzara.

–Hablas sobre buscar trabajo, ¿no? –dedució el de verde, recordando aquella conversación que tuvieron no hacía demasiado.

–Sí. Vosotros siempre habéis avanzado sin nosotros. Y pensé que no me dejaría solo. Le acusé de ello. –no estaba orgulloso de sus palabras. Se sentía como un completo estúpido por haberle tratado así por algo que era positivo para su vida.

–Eres definitivamente un idiota, Osomatsu nii-san. –suspiró Choromatsu, negando con la cabeza, siendo imitado por los otros tres.

–Lo sé. Pero tampoco sabéis lo que es sentir que lo único que deseas no se cumplirá. Qué la persona a la que amas se aleja lentamente de ti, destrozándote.

–Quizá tengas razón. Pero no sabes que sentimos. Además... Esa no es excusa.

–Negarlo no es la solución.

–En este caso, es el único camino viable.

La mirada de los tres se centró en el mayor, que ahora subía las escaleras con cierta molestia. No podía creer que ya por la mañana se encontrase con ese humor. Y los restantes, sólo suspiraban. La cuarta mirada perteneciente al verde se fijaba en el morado hijo Matsuno, que miraba cabizbajo hacia el suelo.

No sabía porqué últimamente no podía dejar de observarle.

[...]

Sakura No Ame. | OsoKaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora