Jyu-nii.

361 63 9
                                    

[...]

Tic, toc. Tic, toc.

A medida que avanzaban las agujas del reloj, el estrés del chico que tanto esperaba por su turno aumentaba. Sentado en una silla, con la mirada baja, las piernas juntas y las manos apoyadas sobre las rodillas.

Esperaba a escuchar su nombre. Jamás había sentido tal presión por algo tan banal como oír su propio nombre. Ni tan solo cuando era pequeño y le llamaban por su nombre en mitad de la clase para exponer delante de todos había sentido tal presión.

Él, que ya es un chico nervioso, una entrevista de trabajo que aún ni había dado comienzo ya estaba siendo demasiado para él.

Su cabeza daba vueltas y podía notar como agua fría caía por los laterales de su rostro. Empezaba a sentirse abochornado en aquella sala que tan vacía y pequeña le estaba pareciendo.

Empezó a intentar abanicarse con su mano mientras con la otra sacudía su traje para intentar darse aire de alguna manera. No había ventanas, pero localizó un aparato de aire acondicionado. Y entonces notó que era él quien daba calor, no el ambiente.

–Choromatsu Matsuno. –y ahí estaba, el tan esperado y al mismo tiempo temido momento que el de verde sabía que llegaría. En un movimiento instintivo, se levantó de su asiento sin querer parecer demasiado nervioso. Pero el estar tan tenso hizo que estuviese recto como un palo.

–¡S-Sí! –asintió y el hombre trajeado que le observaba no pudo evitar esbozar una sonrisa conmovida al ver como avanzaba tan nervioso hacia su despacho. Una vez entraron, el mayor de ambos ofreció asiento al sextillizo que con gusto aceptó.

–Bien. –habló, dando comienzo a su entrevista, y el verde tragó saliva. –Dime, Choromatsu... ¿Por qué debería contratarte? Quiero decir, no has trabajado antes por lo que me ha dicho tu hermano. –empezó, apoyando sus codos en la mesa del despacho para hacer lo mismo con su cabeza en sus manos. Choromatsu respiró para calmarse y poder responder neutral.

–No, no tengo experiencia laboral. –afirmó lo que había dicho, y el castaño levantó una ceja inquisitiva para ver por donde llevaría al chico.

–¿Entonces? –preguntó, para dar pie a sus argumentos. El de verde relajó sus hombros para centrarse en lo importante que era ese momento como para desperdiciarlo con sus nervios. Respiró hondo y miró al que podría ser su jefe en un futuro.

–Pero tengo iniciativa, y a pesar de ello no significa que vaya a esforzarme poco o sea un holgazán. –empezó a hablar, sorprendiendo al hombre que tenía delante por como había pasado de un nervioso chico a uno convencido de lo que hablaba. –Vengo con intenciones de poder trabajar al fin, esforzarme y dar lo mejor de mí. Soy responsable y prometo ser alguien trabajador.

–Veo que tienes grandes expectativas. –comentó algo divertido, mirando al chico hasta ahora desempleado que hablaba como si hubiese tenido trabajos posteriores. Pero no le desagradaba aquella actitud.

–Las tengo, señor. –confirmó, tragando saliva nerviosamente, notando de nuevo sus piernas temblar por como no había respondido a nada de todo aquello. Pensó que quizás le había parecido arrogante su actitud y eso sólo le hizo volver a tensarse.

–No me llames señor, sino Atsushi. –respondió amablemente, sonriendo al tercer sextillizo para calmarle. –Matsuno-kun, no tienes que estar tan tenso. No es de esas entrevistas largas y pesadas, sólo hago preguntas de este tipo. Ya hemos acabado. –informó, ordenando algunos papeles sobre su escritorio.

–¿Y? ¿E-Estoy dentro? –preguntó y Choromatsu sintió como su corazón se aceleraba, ansioso por una respuesta que esperaba que fuese afirmativa. Atsushi le dedicó una mirada seria que hizo sentir un escalofrío al menor de ambos. El castaño esboza una sonrisa al ver lo fácil que era asustarle.

Sakura No Ame. | OsoKaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora