Un rosado caminaba con una mirada nostálgica en sus ojos y un paso entusiasmado que le hizo llegar más rápido de lo planeado. Agradeció que el taxi le había dejado bastante cerca y no en la puerta, pues quería respirar algo de aire fresco. Miró fijamente la casa donde se había criado. Había pasado tanto desde aquello, y ahora allí estaba.
–Veo que no ha cambiado nada en un año. –comentó en un suspiro, con una sonrisa melancólica en sus labios. La observaba con alegría, pues la idea de reencontrarse sólo le brindaba felicidad.
–Y veo que tú tampoco. –escuchó, y se giró para encontrarse con la sonrisa burlona que tanto acostumbraba a ver cuando vivían todos juntos.
–¡Osomatsu nii-san! –exclamó, y el chico sólo amplió aquel gesto de sus labios, mostrando su mayor alegría al verle. Incluso tuvo el coraje de darle un abrazo.
–Me alegro de verte, Totty. –dijo, y la sonrisa del menor se esfumó para mirarle con cierta ironía.
–Sigues llamándome por ese apodo, Inutilmatsu. –se separó del abrazo, mirándole con molestia.
–Y siempre lo haré. Veo qué tú también.
–Siempre serás Inutilmatsu. –comentó, y ambos rieron ante la pelea tan infantil que había tenido lugar y, en parte, era hasta agradable.
–Vaya, Osomatsu nii-san llegando puntual. Esto si que no me lo esperaba. –comentó aquel verde que tanto reconocieron los dos hermanos y se alegraron al ver que llegaba junto al morado.
–Choropajerovski, Ichimatsu.
–Ignoraré eso porqué hoy estoy de buen humor. –objetó en un tono amenazante y algo cansado, rodando los ojos. –Todomatsu, cuanto tiempo.
–¡Nii-san! –exclamó, abrazando al verde y al morado, lo cual asombró al último, pues Todomatsu y él no eran tan cercanos.
–Sigues siendo el de siempre, veo. Me alegra. –habló el tercero, con una sonrisa y acariciando su cabeza levemente.
–¿Sabéis si vendrá Karamatsu? –cuestionó Choromatsu, sorprendiendo a Osomatsu por aquella pregunta. Como si la hubiese hecho en su lugar, como si hubiese leído su corazón y el miedo que sentía por saber la respuesta.
–No vendrá. Atsushi-kun me ha dicho que no llegaría a tiempo y no tiene ahorros suficientes para viajar. –habló el menor de los seis, decepcionando a los presentes, y enfadando a un morado que chasqueó su lengua con ira que no se molestó en disimular.
–Kusomatsu sigue siendo una mierda que arruina hasta los encuentros familiares. –escupió con desprecio, ya que sabía que el trabajo era importante, pero la familia lo era más. Y sobretodo, ahora que estaban separados.
–Entiendelo, Ichimatsu. –intervino el tercer Matsuno, que colocó una mano sobre el hombro ajeno para calmarle. –Yo he tenido que cancelar muchas cosas por mi trabajo y tú igual. –excusó al segundo con comprensión, pues sabía que para el chico en cuestión tampoco era fácil.
–¡Pero es una comida familiar tras un año sin vernos! –exclamó, e inconscientemente su mirada se dirigió hacia el de rojo, quien había estado callado desde que su nombre había aparecido. –Además, Osomatsu...
–¿Eh? Yo estoy bien, estáis vosotros. –habló calmado, sin dudar ni un segundo de aquello. Si bien era cierto que el asunto de Karamatsu se le hacía difícil, pero los tenía a ellos. –Y aún queda Jyushimatsu. –dijo, y un ruido hizo que no pudieran responder ya que se habían girado para ver de que se trataba.
–¿¡Me llamabais!? –gritó una voz, saliendo de los arbustos que se encontraban al lado de los cuatro chicos los cuales dieron un salto a causa del susto.

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Sakura No Ame. | OsoKara
FanfictionPasado, algo que nos ata a lo que somos como cadenas en una condena. Presente, en el cual simplemente nos dejamos llevar pensando en lo que venga después, a veces, atrapados en el pasado. Futuro, aquel tiempo el cual o queremos alcanzar o queremos e...