Nii.

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Por alguna extraña razón, no podía apartar la mirada de él, por mucho que con la oscuridad le fuese difícil localizar sus marrones e hipnotizantes ojos que le analizaban. Y el de rojo tampoco iba apartarse. Mayor fue su asombro al comprobar como Osomatsu se levantaba de la cama para salir de ella y dirigirse a donde estaba él para extender su brazo y ofrecerle una mano. Una mano que con gusto aceptaría.

El mayor agarró su mano y sin vacilar subió al tejado junto al segundo, el cual no podía estar más confuso por la situación que se estaba dando a cabo frente a él, siendo él uno de los involucrados en ésta. Una vez estuvieron arriba, el rojo se sentó dando un gran suspiro de cansancio pero esbozando una enorme sonrisa satisfecha. Un silencio sofocante para ambos se formó entre ellos, pudiendo solo escuchar la respiración del contrario, lo cual era un tanto incómodo. Pero el mayor no iba a estar callado, no era lo que pretendía.

–Vaya día, ¿no crees? –empezó a hablar el de rojo, dando un suspiro y atreviéndose a decir la primera frase de inicio a una conversación. El azul sonrió algo irónico ante aquella expresión que tanta gente utilizaba tanto para bien como para mal. Jamás le había parecido tan exacta como en aquel momento.

–Eso sería poco pero muy acertado para describirlo. –dijo, mirando aún al oscuro y estrellado cielo que iluminaba tenuemente las calles y aquellos osados que se atrevían a salir a tantas horas de la noche.

–Qué susto nos hemos llevado. –dijo, y el menor de ambos asintió lentamente con la cabeza. –La verdad yo... Por un momento pensaba que algo horrible iba a pasar. –comentó, llevándose una mano al rostro con una sonrisa mientras se reía por su negativo yo.

–Lo sé, todos lo pensábamos. Es un alivio saber que papá está bien. –concordó Karamatsu, y el mayor no pudo estar más de acuerdo.

–Lo es. –afirmó, y ambos esbozaron una sonrisa, sin mirarse aún, sin atreverse. –Por cierto, eres muy buen hermano. Tu actitud hoy ha sido característica de un hermano mayor.

–No lo digas por mí, sino por ti. –dijo el azul, consiguiendo que el rojo reuniese el valor necesario para mirarle a los ojos por primera vez en aquella noche. Y el mayor se fijó en su rostro, aquel tan parecido al suyo, dándose cuenta de los detalles que les hacía ser diferentes. –Siempre eres un hermano mayor increíble, ¿sabes? No te lo decimos lo suficiente, pero lo pensamos. Yo lo pienso. –confesó, sonriendo tímido y algo avergonzado por su invariable sorprendida expresión que le analizaba fijamente con un leve sonrojo que se hacía más intenso cada vez que se miraban más a fondo.

–¡Me sonrojas, Karamachu! –exclamó bromeando, riendo nervioso y avergonzado por su tan repentino discurso de confesiones que tan de sorpresa le había pillado. Osomatsu miró a su hermano con una sonrisa, haciendo que éste esbozara una algo débil y apenada pero sin dejar de mirarle. El menor suspiró, apoyando su cabeza en su hombro, enterrando allí su triste rostro.

–Tengo miedo, Osomatsu. –confesó, con un tono monótono tan poco propio de él, sorprendiendo por un corto instante a su hermano. Pero en el fondo, no le extrañaba que estuviese asustado. Él también lo estaba, y era completamente comprensible.

–Lo sé. –dijo el mayor, abrazando con fuerza y cariño al azul. El chico se dejó envolver por aquel olor y aquella calidez que desprendía el mayor, recordando todas las veces que éste le había consolado. Sintiéndose reconfortado, nuevamente, por su hermano mayor. Cerró sus ojos, dejándose llevar por aquella sensación y los recuerdos que venían.

–Estoy realmente aterrado. –dijo, y el mayor empezó a acariciar su cabello con cierta ternura, a modo de ánimo.

–También lo sé.

–No quiero que nadie cambie así. No quiero que nos separemos. No puedo vivir sin vosotros. –su tono de voz cada vez sonaba más quebrada, cosa que encogió el corazón del contrario.

–Yo tampoco.

–No voy a poder. No solo.

–No digas eso. No vas a estar solo, ninguno lo vamos a estar. Por mucho que tengamos trabajo o vivamos separados, no significa que vayamos a estarlo. Siempre estaremos juntos. –hablaba, inspirando aquella confianza que tanto le caracterizaba.

–Siento que todos avanzan menos yo. Nuestros hermanos menores son admirables. Como manejan sus situaciones, como aceptan los cambios sin rechistar y se atreven a seguir adelante. Yo soy incapaz. –al contrario que con Osomatsu, su miedo era muy notable. Con el rojo ya no se molestaba en fingir, al menos no en aquel momento, pues no podía hacerlo al ver su honestidad hacia él.

–Yo siento lo mismo. Pero, ¿no te parece curioso? A la par que solitario. –cuestionó de pronto, con una sonrisa. Karamatsu no pudo evitar preguntar por aquello.

–¿Curioso?

–Los dos hermanos mayores se quedan atrás mientras sus hermanos tienen un futuro brillante a su espera. Curioso. –argumentó el rojo, tratando de sonar despreocupado ya alegre. Y aquella realidad hizo que una sonrisa irónica pero comprensiva se posara en los labios de ambos.

–Estoy orgulloso de ellos. –dijo el mayor, pero sin poder separarse. No quería dejar de sentir aquella sensación agradable en el pecho.

–Y yo, y yo. –afirmó el mayor, pues no era mentira. El mayor, tentado y cayendo en ella, apoyó su cabeza sobre la suya. –¿Sabes, Karamatsu? Puede que ellos avancen y tengan unos futuros brillantes. Pero tú eres quien más brilla para mí. Todo estará bien, lo prometo.

Se unieron en un abrazo, quedando el menor con el rostro en su pecho, reteniendo sus lágrimas como podía para no derrumbarse delante de él. Se sentía seguro al ser consolado por él, y a la vez, sentía que era un egoísta. Qué Osomatsu no tenía porqué soportarle. Pero por aquella vez, dejó de pensar en ello y se dejó engañar por las mentiras de su hermano acerca del futuro.

Papá... Papá está en el hospital.

Como aquellas palabras habían asustado y marcado tanto en los seis hermanos no iba a pasar por alto para ninguno. Todos eran conscientes de lo que debían hacer para que aquello no volviese a ocurrir, lo que tanto habían retrasado por miedo a lo que pudiesen tener que enfrentarse.

La realidad.

Sakura No Ame. | OsoKaraDonde viven las historias. Descúbrelo ahora